Autor Derek Prince

El apóstol perito arquitecto de Dios –Segunda parte en la serie: Patrón para el cuerpo de Cristo

Cuando Dios desciende de Su infinita y eterna morada, para intervenir en el escenario de la historia, lo hace usualmente a través del vehículo de la carne humana. Hablando de la venida de Jesús, Juan nos dice: «El Verbo (el Dios eterno) se hizo carne, y habitó entre nosotros .. » (Juan 1:14). Cuando Jesús vino, lo hizo en un cuerpo que Dios había preparado para Él. Por lo tanto, en Hebreos 10:5-7 dice: «Un cuerpo has preparado para mí… He aquí, yo he venido para hacer, oh Dios, tu voluntad.»
Una vez más, hoy en día, Dios se está revelando a través de un cuerpo. Este es el «cuerpo de Cristo», la Iglesia. Está compuesto de todos los creyentes en Jesucristo.
La iglesia es comparada también con un edificio en el cual cada creyente es una «piedra viva» bien ajustada. Dios ha provisto para este edificio un plan maestro en las Escrituras. Es este plan el que estamos estudiando ahora.
Leemos en Efesios 4:11 que después que Cristo ascendió a los cielos, «El dio a algunos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros.» Estos son los cinco ministerios principales que Cristo ha dado a su Iglesia. Es alrededor de estos cinco ministerios que estamos desarrollando nuestro estudio.
Hay una división básica entre estos cinco ministerios. Cuatro son primordialmente para todo el Cuerpo de Cristo, o la «iglesia Universal». A veces llamados «ministerios móviles» ellos son: apóstoles, profetas, evangelistas y maestros. Uno de los cinco es puesto en el Cuerpo para funcionar principalmente en una localidad determinada, o en la «Iglesia Local». Este ministerio local es el de pastor.
LA IGLESIA UNIVERSAL
Antes de examinar en detalle los ministerios universales o móviles tenemos que entender con claridad lo que se quiere decir con la «Iglesia Universal». La iglesia de Jesucristo es presentada usualmente por los maestros de la Biblia en dos aspectos principales – universal y local.
La iglesia universal está compuesta de todos los verdaderos creyentes de todas las edades, razas, denominaciones y fondos. La iglesia local es el cuerpo de creyentes en una localidad determinada, generalmente una ciudad como San José o Bogotá . Es de suma importancia que este concepto sea plenamente entendido.
La palabra griega para «iglesia» es ekklesia. Significa una asamblea formada de personas que son llamadas fuera de un grupo más grande. La raíz de esta palabra es el verbo ekkalo que significa «llamar de». Ekklesia tenía un significado secular en la literatura griega en los días del Nuevo Testamento y en Hechos 19 lo encontramos con este significado. La misma palabra que normalmente traducimos «iglesia», en los versos 32, 39 y 40 se traduce «asamblea». En este caso ekklesia se refiere a la asamblea de la ciudad de Efeso. El verso 29 dice que la asamblea se reunió en un teatro. Esto significa que la asamblea no era un lugar o un edificio material, sino que era la gente congregada en ese lugar.
Es significativo también, que únicamente ciudadanos libres podían asistir a la asamblea. Los extranjeros y los esclavos estaban excluídos. La asamblea de Efeso se formó llamando a un grupo de gente que reunía ciertas condiciones que hasta entonces habían formado parte de un grupo más grande y el grupo de los «llamados» se reunía en cierto lugar.
Siguiendo este patrón, la verdadera iglesia de Jesucristo es una reunión que se forma llamando a gente para que salga de un grupo más grande, que es el mundo o la raza humana. Aquellos que pertenecen a este grupo de llamados, que denominamos la Iglesia, deben reunir ciertas condiciones para poder tomar su lugar en la asamblea.
PEDRO Y LA ROCA
¿Cuáles son las condiciones para participar en la verdadera asamblea del pueblo de Dios? Una de las respuestas se encuentra en Mateo16:16-18. En un punto crítico de Su ministerio Jesús encaró a sus discípulos con esta pregunta: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro respondió (verso 16) » … Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.» (Verso 17) «Y Jesús respondió y le dijo: Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló ni carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.» (Verso 18) «Y yo también te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no la subyugarán. «
Demos por sentado de una vez que Pedro no es la roca. Primeramente, en el griego. el nombre «Pedro» es petros, que significa una «piedra». La palabra griega para «roca» es petra. Jesús no estaba comparando a Pedro con la roca. Lo estaba contrastando con la roca. «Tu eres Pedro (petros- una piedra) y sobre esta roca (petra) edificaré mi iglesia.» En otras partes de la Escritura petra se usa para denotar a Cristo. En I Corintios 10:4 Pablo identificó la Roca (petra) que seguía al pueblo de Israel en el desierto; «y la roca era «Cristo.» De manera que la palabra «roca» de ninguna manera se refiere a Pedro.
La roca es esa relación con Cristo a la cual Pedro fue llevado. Es una relación personal con el Señor Jesucristo mismo. Pedro fue llevado a ella (esta relación) en cuatro fases sucesivas. Estas fases forman un patrón a través del cual los verdaderos creyentes tienen que entrar para entablar una relación similar con Cristo.
Primero, hubo una confrontación personal y directa entre Pedro y Cristo. No hubo un tercer hombre, un mediador, o un ángel. Eran Pedro y Cristo y nadie más.
En segundo lugar, después de la confrontación vino una revelación concedida por el Padre a través del Espíritu Santo. Jesús dijo, » … porque esto no te lo reveló ni carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.» Pedro reconoció a Jesús, no como un hombre simplemente – una figura histórica sino como al eterno Hijo de Dios, en Su naturaleza divina.
En la tercera fase, era necesario que Pedro aceptara o reconociera la revelación que Dios le había dado de Cristo.
Finalmente, hubo una confesión pública, sin la cual no hay entrada en el Reino de Dios. Jesús dijo, «A todo el que me confiese delante de los hombres yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.» (Mateo 10:32).
Para llenar las condiciones de admisión en la asamblea del pueblo de Dios, toda persona debe venir por medio de Jesucristo y debe seguir los mismos cuatro pasos. Este patrón lleva a cada creyente a una relación con cada Persona de la Trinidad. El Padre a través del Espíritu revela al Hijo. Estos son los requisitos de admisión a la verdadera iglesia de Jesucristo, la asamblea de los llamados.
ENTRANDO AL REDIL
En Juan capítulo 10 la parábola del Pastor presenta una enseñanza que es exactamente paralela. Note en particular los siguientes versos. Jesús es el que habla:
(1) «En verdad, en verdad os digo, el que no entra por la puerta al corral de las ovejas, sino que sube por otra parte, es ladrón y salteador. (El redil no es el cielo, porque existe la posibilidad de que ladrones y salteadores entren y Jesús dice en Mateo 6:20 que en el cielo no hay ladrones. El redil es la asamblea del pueblo de Dios en la tierra.)
(2) «Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
(3) «A éste el portero le abre, y las ovejas oyen su voz, y llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera.
(7) «Entonces Jesús volvió a decirles: En verdad, en verdad os digo, yo soy la puerta de las ovejas.
(8) «Todos los que vinieron antes que yo son ladrones y salteadores; (esto incluye a todos los sabios y, filósofos antes de Cristo – tales como Buda, Sócrates, Platón – que propusieron señalar el camino a la vida eterna. Desafortunadamente muchos que profesan ser cristianos están tratando de seguir a ladrones y salteadores) pero las ovejas no les hicieron caso.
(9) «Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá, y hallará pastos.
(10) «El ladrón sólo viene a robar, y matar, y destruir … (‘el ladrón’, singular, se refiere al diablo y sus objetivos son robar, matar y destruir), yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
(11) «Yo soy buen pastor …»
En esta parábola Jesús se presenta en dos aspectos. Dice; «Yo soy la puerta», pero también dice «Yo soy el pastor». ¿Cómo puede ser ambos? Sencillamente: Jesús crucificado es la puerta; resucitado de los muertos es el pastor. Para llegar a conocerlo como el pastor, una persona debe venir a Él primero como la puerta. La única entrada legal al redil es por medio de la muerte de Cristo en la cruz.
Si le ponemos un fondo a esta parábola, encontramos que hay tres personas. Está el dueño de toda la propiedad; está el portero del redil; y está el pastor. Una vez más las tres Personas de la Trinidad están involucradas. El dueño es Dios el Padre; el portero del redil es el Espíritu Santo; el pastor es Jesucristo el Hijo.
De modo que la enseñanza de Juan 10 corresponde exactamente a la de Mateo capítulo 16. En ambos casos, la única entrada legal a la asamblea del pueblo de Dios es por medio de una relación personal con cada Persona de la Trinidad – Padre, Hijo y Espíritu.
Una persona puede meterse al redil por otro medio que no sea la puerta y posar como miembro de la verdadera iglesia, pero aquellos que lo hacen son llamados ladrones y salteadores. Hay muchas sectas que existen hoy que tienen todo el lenguaje religioso, los servicios y los himnos de la verdadera iglesia. Sin embargo, son ladrones y salteadores, porque no han venido por la puerta – Jesucristo crucificado por nuestros pecados, Su sangre vertida y Su muerte expiatoria en la cruz. Hablan de paz, amor y unidad, pero estas son «bendiciones robadas» a las que no tienen ningún derecho.
Con este entendimiento fundamental de la Iglesia universal podemos movernos hacia un estudio de los ministerios móviles o universales.
EL APOSTOL
El primero en la lista de ministerios en Efesios 4:11 es el de apóstol. La palabra en griego para apóstol es apostolos , que se deriva del verbo apostello, que significa «enviar». Entonces un apóstol por definición es alguien que es enviado. El ser envia­ do implica por necesidad que alguien lo envía. Jesús dice en Juan 13:16 «Un enviado (apostolos – el apóstol) no es mayor que el que le envía. Dos personas o grupos de personas están involucradas: El que es enviado, el apóstol; y el que lo envía.
El Nuevo Testamento menciona a veintiocho apóstoles aproximadamente. A algunos cristianos se les hace difícil aceptar que había más de doce apóstoles, pero nuestro estudio enseñará que sí los había.
Jesús fue el primer gran apóstol. Hebreos 3:1 lo llama, » … el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe». Estos son dos de los ministerios de Jesús: primero, Él fue enviado como un apóstol por el Padre; luego regresó al Padre como Sumo Sacerdote para hacer intercesión por nosotros. Jesús confirmó Su apostolado en Juan 10:36 cuando dijo, «¿por qué decís a quien el Padre santificó y envió al mundo: ‘Blasfemas’, porque dije: ‘Yo soy el Hijo de Dios?» El Padre apartó a Jesús para una tarea especial y después lo envió al mundo. La palabra «envió» que se usa aquí es la palabra griega apostello – Él fue enviado como un apóstol.
En Juan 20:21, Jesús confirma nuevamente Su ministerio como apóstol cuando le dice a sus discípulos, » … como el Padre me ha enviado a mí (la palabra es apostello), así también yo os envío a vosotros. «
Leemos en Mateo 10, la manera en que los doce discípulos se convirtieron en apóstoles cuando fueron enviados por Jesús:
(1) «Entonces Jesús, llamando a sus discípulos les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para sanar toda clase de enfermedad y toda clase de mal.
(2) «Y los nombres de los doce apóstoles son estos: … (Note la frase clave en el verso 5).
(5) «A estos doce Jesús los envió … «
La transición de discípulos a apóstoles vino cuando fueron enviados. Como sabemos, Judas fue infiel y cayó por transgresión. En el período entre la resurrección y Pentecostés, Matías fue escogido por suertes para tomar el lugar de Judas. Algunos han discutido la validez de este nombramiento, pero el Espíritu Santo da testimonio a través de las Escrituras que fue válido. Hechos 2:14 dice que en el día de Pentecostés Pedro se puso en pie con los once; si el nombramiento no hubiera sido válido la Escritura hubiera dicho diez. De manera, que antes de Pentecostés tenemos catorce apóstoles que se mencionan: Jesús, los primero doce y Matias.
Todos los otros apóstoles del Nuevo Testamento fueron nombrados después que Jesús ascendió a los cielos y mandó al Espíritu Santo para que tomara su lugar en la tierra. Efesios 4:8, 11 dice «Cuando (Cristo) ascendió a lo alto … dio dones a los hombres… El dio a algunos como apóstoles … » Notemos varios casos de nombramientos de apóstoles después de Pentecostés y veamos como se hicieron.
EL LLAMAMIENTO DEL ESPIRITU
Nuestro primer ejemplo se encuentra en Hechos 13: 1-4
(1) «En la iglesia (la asamblea) que estaba en Antioquía (una iglesia local en la ciudad de Antioquia) había profetas y maestros ….. (Hay cinco hombres en la lista de profetas y maestros).
(2) «Y mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo …
(3) «Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, les enviaron.
(4) «Así que, siendo enviados por el Espíritu Santo, descendieron …» Note que el verso 3 dice que estos dos hombres fueron enviados por la iglesia en Antioquia: pero también leemos en el verso 4 «siendo enviados por el Espíritu Santo.» ¿Quién fue en realidad el que los envió? ¡El Espíritu Santo! Pero Él operó por medio de agentes humanos para llevar a cabo sus nombramientos divinos. Antes que el nombramiento viniera, estos dos hombres eran llamados profetas y maestros, pero después que fueron enviados se les llamó apóstoles.
En Hechos 14:4, hablando de Pablo y Bernabé se dice, «Pero la multitud de la ciudad estaba dividida; y unos estaban con los judíos y otros con los apóstoles.» El verso 14 del mismo capítulo es más claro todavía: «Pero cuando los apóstoles, Bernabé y Pablo, lo supieron, rasgaron sus túnicas … » Así que tenemos autenticado por las Escrituras, el apostolado de ambos Pablo y Bernabé.
Este patrón es consistente en el Nuevo Testamento. Se convierten en apóstoles los que son enviados por una iglesia local bajo el nombramiento del Espíritu Santo.
Muchos lectores del Nuevo Testamento no se dan cuenta del número de hombres que son mencionados como apóstoles porque no siempre se traduce de esa manera la palabra griega para «apóstol». Algunas veces la palabra apóstolos, es traducida como «mensajero» cuando en realidad es «apóstol».
Uno de estos casos es 2ª Corintios 8:23. Pablo está hablando de aquellos que viajaban y ministraban con él, «En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros; en cuanto a nuestros hermanos (está hablando en plural de ciertos obreros cristianos a los que no menciona por nombre), son mensajeros (apostoloi – apóstoles en griego) de las iglesias … » Aquí, Tito y al menos dos hermanos no nombrados son reconocidos como apóstoles.
En Filipenses 2:25 Pablo usa un lenguaje similar para referirse a un hombre llamado Epafrodito: «Pero creí necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de milicia, quien también es vuestro mensajero (apostolos – apóstol en griego).» Epafrodito era un apóstol enviado por la iglesia en Filipos.
Este mismo patrón es seguido a través de todo el Nuevo Testamento. Después de Pentecostés, envía apóstoles de las iglesias locales. Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, usando agentes humanos.
PATRON PARA LOS APOSTOLES
Cuando los apóstoles completaban la tarea para la cual habían sido enviados, se esperaba de ellos que dieran un reporte a la iglesia que los había enviado. En Hechos 13:1-4 Pablo y Bernabé son enviados. En los capítulos 13 y 14 se nos cuenta de la misión que cumplieron. En el capítulo 14:26-27 leemos que habían cumplido su misión.
(26) «Y desde allí navegaron a Antioquia, de donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido. (Había una obra especifica para la que habían sido llamados).
(27) «Y cuando llegaron y reunieron a la iglesia, comenzaron a informar todas las cosas que Dios había hecho con ellos, y cómo había abierto una puerta de fe para los gentiles.»
Regresaron a casa y reportaron lo que habían hecho para llevar a cabo la tarea que la iglesia de Antioquía los había enviado a hacer.
Hay tres puntos importantes que caracterizan a los apóstoles nombrados después de Pentecostés:
Primero, son el producto del mover del Espíritu Santo dentro de una iglesia local.
Segundo, son enviados por esa iglesia local para cumplir una tarea específica; y cuando su tarea es terminada, se espera que informen a la iglesia que les envío.
Tercero, los apóstoles no son autócratas o dictadores espirituales. No están en libertad de andar por donde les plazca, haciendo nombramientos en forma arbitraria o dando órdenes caprichosas a todos y en todo tiempo. Ellos responden por su conducta y ministerio a la iglesia que los envió. Si ellos dejan de cumplir con las condiciones bíblicas, esa iglesia está en el derecho de retirar su endoso de ellos como sus apóstoles.
Hemos visto la manera en que un apóstol es nombrado, pero ¿qué es lo que hace? Pablo dice cuál es la tarea de un apóstol muy claramente en 1ª Corintios 3: 10. Tenga en mente que la iglesia de Corinto era el producto del ministerio de Pablo. El fue la primera persona en traer el evangelio a esa ciudad. El vió a esta gente salvarse y ser bautizada en agua y en el Espíritu Santo. El nombró sus líderes locales y los llevó al ejercicio de los dones espirituales. Cuando los dejó, ellos eran una congregación completa y autónoma. Hablando de esta tarea que había cumplido en Corinto, Pablo dice, «Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo como sabio arquitecto establecí un fundamento … «
El apóstol es el arquitecto constructor y el edificio (1) es la iglesia (2) local. El apóstol conoce cada fase del proceso de construcción, desde el fundamento hasta el techo. El puede empezar en un lugar donde no hay iglesia y dirigir todo el proceso de su construcción desde el principio hasta el fin. 0, si llega a un lugar donde la edificación ya está en progreso, él puede dar cualquier instrucción o corrección que se necesite en cualquiera de sus fases.
1- 2 Se entiende el edificio l) espiritual y la iglesia(2) como la Asamblea de los llamados. (N. del T.)
¿COMO RECONOCER A LOS APOSTOLES?
En este punto es lógico preguntar: ¿Cómo podemos reconocer a los apóstoles si es que los vemos? La Escritura nos ha dado pautas claras para la identificación de los verdaderos apóstoles.
Primero, los apóstoles tienen un sello. Todos estamos familiarizados con el concepto de los sellos. Por ejemplo, en ciertos productos en los almacenes podemos ver el Sello de Aprobación para protección del consumidor. Ese sello es la autentica­ ción externa de la calidad del producto que puede ser visto por cualquiera. Pablo dice a la iglesia en Corinto, » … vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor» (1ª Corintios 9:2). Pablo puso el fundamento de la Iglesia en Corinto y la dejó con su techo. El sello de un apóstol es una iglesia local completa y funcionando. La Iglesia de Corinto era la evidencia externa del ministerio apostólico de Pablo si alguien alguna vez quisiera disputárselo.
Hay también ciertas Señales que acompañan a un ministro apostólico. Una vez más vamos a la Iglesia de Corinto: «Entre vosotros se operaron las señales de un verdadero apóstol, con toda perseverancia, por medio de señales y maravillas, y milagros» (2ª Corintios 12: 12). Todo apóstol verdadero tendrá estas señales.
La primera señal concierne al carácter. Es paciencia o perseverancia. Cuando todo el mundo se da por vencido y se aleja, el apóstol se mantiene firme. Pablo prosiguió cuando estaba solo, en prisión o desamparado. La segunda señal es lo milagroso: señales, maravillas y milagros. Estos acompañaban a Pablo donde quiera que iba. Ambas señales son necesarias: carácter y milagros.
EQUIPOS
En el Nuevo Testamento encontramos que los apóstoles operaban normalmente en equipos. Más adelante vamos a ver que esto se aplica también a los profetas y a los pastores. ¿Por qué es que estos tres ministerios operan regularmente en equipos en vez de individualmente? Yo creo que la razón es que estos tres ministerios afectan el orden y la estructura de la iglesia y la tarea es demasiado importante para que Dios la entregue en las manos de un individuo que actúe por sí mismo. Por lo tanto, estos tres ministerios normalmente operan en pluralidad.
En Hechos 8 leemos que Felipe descendió a Samaria y predicó el evangelio. Felipe era un evangelista (vea Hechos 21 :8). El fue solo y trastornó la ciudad. Pero oigan lo que pasó después en Hechos 8:14, «Entonces, cuando los apóstoles en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan … » Un evangelista y dos apóstoles. Los apóstoles iban en equipos.
Ya hemos visto en Hechos 13, que Pablo y Bernabé fueron enviados juntos de la iglesia en Antioquía. Ellos no fueron enviados como individuos, sino como un equipo.
En hechos 15 encontramos que dos equipos apostólicos fueron formados. Bernabé tomó a Juan Marcos y se fueron en una dirección. Pablo no quiso a Juan Marcos, así es que escogió a Silas y se fueron en otra dirección. Ni Pablo ni Bernabé se fueron solos. Cada uno tenía un colaborador con él.
Más tarde, Timoteo se unió al equipo de Pablo y Silas en Listra (Hechos 16). Este equipo apostólico se menciona de nuevo en 1 Tesalonicenses 1: 1. Dice así: «Pablo, Silvano (Silas) y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses … » Esta epístola fue escrita conjuntamente por estos tres hombres. No fue solamente Pablo, sino Pablo, Silas y Timoteo. Más adelante en la misma epístola dice, «Ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido imponer nuestra autoridad» (2:6). Todos estos tres hombres eran reconocidos como apóstoles. Pablo y Silas fueron enviados de Antioquia, Timoteo fue enviado de Listra. Operaban como un equipo.
Otra compañia de apóstoles se menciona en Gálatas 2:1, «Entonces, después de catorce años fui otra vez a Jerusalén, Con Bernabé, llevando también a Tito.» Pablo, Bernabé y Tito – otro equipo. En Jerusalén confrontaron el equipo apostólico de Pedro, Jacobo y Juan sobre el asunto de la circuncisión de los gentiles (2:9). Resolvieron sus diferencias, se dieron la mano de compañerismo y partieron.
Había aqui dos equipos apostólicos diferentes operando dentro de una estructura de compañerismo que cornprendía a todo el Cuerpo. Pablo, Bernabé y Tito eran apóstoles que fueron enviados a los gentiles; Pedro, Jacobo y Juan fueron enviados como apóstoles para los judíos- cada equipo con una tarea especifica para cumplir.
Dentro del rango de los apóstoles exiten varios niveles de apostolado. Pablo dice en 2ª Corintios 11 :5, » … Pues yo no me considero inferior en nada a los más eminentes apóstoles.» Y en 2ª Corintios 12:11, » … en ningún sentido fui inferior a los más eminenetes apóstoles.» Por implicación, si hay apóstoles eminentes, hay también los que no son tan eminentes, pero que son apóstoles genuinos, no obstante. No todos los apóstoles son del mismo calibre que Pablo. No todos los profetas son Isaías o Jeremías, pero con todo eso pueden ser profetas genuinos. Lo mismo es cierto con los apóstoles.
ADVERTENCIA
Sin embargo, no sólo hay apóstoles verdaderos. Hay también apóstoles falsos. Pablo habla de estos en 2ª Corintios 11:13-15:
(13) «Porque tales hombres son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.
(14) «y no es de extrañar, pues aun Satanás se disfraza como ángel de luz.
(15) «Por tanto, no es de sorprender que sus siervos también se disfracen como siervos de justicia; pero su fin será conforme a sus obras.»
La expresión «que se disfrazan como apóstoles» sugiere la idea de que estos hombres probablemente se nombraron a si mismos. No son enviados por un nombramiento genuino del Espiritu Santo de un cuerpo local reconocido.
El Nuevo Testamento nos advierte que en los últimos días habrá un aumento en el engaño religioso y en los ministerios falsos. En Mateo 24:24 Jesús dice, «Porque se levantarán Cristos falsos y profetas falsos, y mostrarán grandes señales y prodigios, para engañar, de ser posible, aun a los escogidos.» Si habrá «Cristos falsos» y «profetas falsos», podemos esperar que también habrá «apóstoles falsos». Estos hombres podrán ser capaces de obrar milagros de diferentes clases. Por lo tanto, milagros por si solos no autentican necesariamente como genuino a un ministerio. Hemos visto que la señal de lo milagroso debe ser equilibrada por la señal del carácter.
Si las cosas siguen desarrollándose como hasta ahora dentro del cuerpo de Cristo, cada creyente, o grupo de creyentes, va a ser confrontado tarde que temprano por hombres que se dicen ser apóstoles. Es de suma importancia probar por medio de las normas establecidas en las Escrituras lo que estos hombres dicen. ¿Son nombrados y enviados de acuerdo al patrón del Nuevo Testamento? ¿Son ellos responsables a un cuerpo local que sea reconocido? ¿Están desplegando un carácter y modo de vida apóstólico? ¿Está su ministerio acreditado por lo milagroso?
En Apocalipsis 2:2 Jesús elogió a la iglesia de Efeso porque no aceptaron sin someter a prueba a los que se decían ser apóstoles: » … y sometes a prueba a los que se dicen apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos … «
Como la iglesia en Efeso, todos los creyentes hoy en día –tanto individuos como grupos – necesitan estar alertas al respecto.

Derek Prince, de origen inglés, fue convertido de la filosofía al Cristianismo mientras servía como soldado en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces dedicó su vida al estudio y exposición de la Biblia.