Querido amigo en Cristo:
El Tratado de Versalles fue firmado por Alemania y los Aliados (Imperio Británico, Francia, Estados Unidos, Italia y otros) el 28 de junio de 1919, finalizando la Primera Guerra Mundial. El tratado implantó toda la culpa en el perdedor, Alemania, y los penalizó severa, política, económica y militarmente. Alemania quedó bajo una deuda imposible de pagar y en un vacío de liderazgo desesperado. La habían despojado de todos sus recursos.
Vivimos momentos en que parece que la ira y la venganza se están convirtiendo en normas sociales en muchos lugares. Afecta a familias, amistades, vecinos e incluso iglesias. La paz personal parece ser más esquiva; el estrés y la lucha a menudo acechan a la vuelta de la esquina. ¿Hay esperanza para mi nación y su nación? Yo creo que sí; expondré algunas de mis razones por las que lo creo.
Luego, surgió una de las figuras más tenebrosas de la historia, Adolfo Hitler, y finalmente vino la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. ¿Fue Alemania la responsable? ¿Eran ellos los culpables? En gran parte, sí. ¿Pero, resolvió o empeoró el problema echarle toda la culpa? La segunda guerra fue peor que la primera. Después de la Segunda Guerra Mundial, los aliados actuaron de manera diferente. Ayudaron a restaurar, en lugar de culpar a Alemania, que ahora tiene la economía más fuerte de Europa y es un aliado de las demás naciones, en lugar de un enemigo amargado.
La destrucción de la Segunda Guerra Mundial que fue causada en parte por haber cargado toda la culpa sobre Alemania, no termina afectando solo las Guerras Mundiales. Invade también el nivel personal, vidas individuales, familias, empresas, comunidades e incluso naciones. Una casa dividida y polarizada está afectando seriamente a nuestra nación.
La culpa
Culpar es “Atribuir a alguien o a una cosa la culpa de algo. 1” Con frecuencia conduce a la condena, la ira y la lucha. ¿Hay culpa, responsabilidad y la necesidad de justicia? Sí, por supuesto. Pero, más allá de nuestro sistema judicial, ¿cómo deberíamos nosotros, como creyentes, manejar los desacuerdos de una manera que no conduzca a más conflicto?
Culpar es la bola de demolición2 de Satanás que trae polarización, ira y conflicto. Él es el «Acusador de los Hermanos». Esta es la herramienta que destruye vidas, matrimonios, iglesias, comunidades y naciones. La pregunta no es «¿Está justificado?» La pregunta es: «¿Funciona?» Funciona para el diablo, pero ¿realmente queremos ayudarlo? No funcionó para nuestros primeros padres, Adán y Eva, y no lo ha hecho desde entonces.
Cuando se echa la culpa a alguien, los «acusadores» se sienten mejor acerca de sí mismos. “¡No es mi culpa!” La vergüenza se transfiere a otros y el orgullo toma su lugar. Los avergonzados son tentados por la ira, el resentimiento, la retribución y otros problemas. El enemigo de nuestras almas atiza ambos lados.
Un terrible ejemplo de este proceso maligno son las guerras civiles. En la Guerra Civil de los Estados Unidos (que fue brutalmente incivil), más de 500,000 de nuestros mejores ciudadanos fueron asesinados. Todas las razas y clases sufrieron. Luego vino el «Klan», otro Hitler corporativo. El espíritu de polarización y culpa todavía vive entre nosotros. ¿Hubo motivo para todo el derramamiento de sangre y la ira en la Guerra Civil? Por supuesto que lo hubo. ¿Hubo culpa? ¡Claro que la había! ¿Resolvió esa guerra todas nuestras divisiones? Yo creo que no. Hubiera sido maravilloso si se hubieran considerado los costos antes de la acción y se hubieran revelado mejores soluciones. A veces eso parece imposible, pero ¿lo es?
Jesús
¿Recuerda cuando Jesús anduvo predicando en Israel? Israel estaba dominado por Roma y un soldado romano podía exigir que un israelí llevara su carga por una milla. Jesús dijo: “Llévala dos millas” (lea Mateo 5: 38-48). De hecho, todo el Sermón del Monte (capítulos 5-7 de Mateo) pareció una fantasía a la mayoría de los israelíes; no lo entendieron y muchos de nosotros todavía no lo entendemos. ¿La segunda milla? Debemos revisar lo que le sucedió a Israel como resultado de no haber aceptado el mandamiento de Jesús. Podría pasarnos a nosotros.
Jesús no fue ni nunca ha sido un acusador. Él es un perdonador y nos enseña a nosotros a perdonar (lea Mateo 18: 21-22). Las Escrituras están llenas de instrucciones para perdonar (lea Mateo 6: 14-15; Colosenses 3:13; Efesios 4: 31-32). Jesús condicionó su perdón a la forma en que nosotros perdonamos a los demás (lea Mateo 6: 12-13). Y creo también que asoció nuestro perdonar a otros con no ser tentados y, en última instancia, a ser librados del maligno.
Jesús fue más allá del perdón cuando asumió nuestra culpa (lea Isaías 53). El inocente sufrió por el culpable para redimir al culpable. Aquellos que aceptan como propio lo que él hizo por ellos confesarán su propia culpa y confesarán su fe en él. Jesús borrará toda su culpa, e incluso serán tenidos como justos ante Dios. Dios nos muestra que el culpar no funciona, pero que la gracia y la fe sí (lea el Salmo 130: 1-4).
Incluso en la cruz, Jesús predicó cuando dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo hacen”. Su acto fue perfectamente coherente con la naturaleza de su vida y enseñanza, y la naturaleza misma de Dios. Si desea saber cómo se sintió Jesús hacia los pecadores, considere la forma en que manejó la acusación de los judíos a la mujer sorprendida en adulterio (lea Juan 8: 1-11). Si desea saber qué pensó de la falta de perdón, lea la historia del hombre al que se le perdonó mucho, pero luego se negó a perdonar a un hombre que le debía poco (lea Mateo 18: 21-35).
Curiosamente, con la mujer sorprendida en adulterio, fueron los líderes religiosos quienes tomaron piedras; pero Jesús, el inocente, defendió a la culpable. La polarización no funciona; la gracia sí. Entonces, ¿hay alguna manera de salir de la tendencia a culpar? ¿Existe la posibilidad de perdón y redención? ¿Habrá recompensas tanto eternas como terrenales si adoptamos hacer lo que Jesús hizo? Sí, las hay si…
…nos importa
Antes de culpar, deberíamos preguntarnos, ¿me importa esta persona? ¿Le ayudará lo que le diga? Ciertamente, hay personas que quieren hacer daño, pero tendrán que vivir con los resultados. Los equipos ganadores, las empresas ganadoras y las iglesias ganadoras no culpan. Aceptan sus responsabilidades juntas. Animan, dan esperanza y aprenden de los errores. El cuidado a otros crea una cultura redentora.
…somos buscadores de la verdad
Los problemas y los errores nos presentan dos opciones: culpar o buscar respuestas; dividir y destruir o unirnos y prosperar; criticar o empatizar. Si nos identificamos con los que están en problemas, buscaremos respuestas que nos bendigan tanto a nosotros como a ellos.
Las personas dispuestas a correr riesgos, los científicos y los buenos atletas no están satisfechos con lo que ya saben. Son curiosos, impulsados a mejorar las cosas. Los verdaderos cristianos son buscadores. Debemos hoy nuestras bendiciones y comodidades a los buscadores de ayer. El futuro revelará si nosotros ahora somos verdaderamente buscadores. Los buscadores preguntan ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Por qué no? Siempre están interfiriendo el statu quo (la disposición o funcionamiento “normal” de las cosas) y avanzando.
…desarrollamos una estrategia
La suerte no determina los buenos resultados; ocurren por designio y acción intencional. Aceptar nuestros errores, pecados y defectos es un comienzo, pero el pasado no es para vivir en él: es para aprender de él. Sugiero buscar amigos que ha ido más allá de su pasado para ayudarnos a ir más allá del nuestro y aprender de las estrategias que ellos han usado. Aún más, sugiero mucha oración y escuchar mucho más. Las mejores estrategias son reveladas: son epifanías3. Las mejores ideas provienen del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios.
…en realidad lo hacemos
Un dicho popular dice que «El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones». ¿Alguna vez pensaste en hacer algo y luego pensaste que lo hiciste, pero en realidad no lo hiciste? Yo sí. Pensar y hacer no es lo mismo.
Una maestra preguntó a la clase: “¿Cuántas ranas no saltaron si había cinco ranas en un tronco y tres decidieron saltar?» «¡Dos!» Respondieron los alumnos. «No. ¡Cinco! ” Dijo ella: “Decidir saltar no es lo mismo que saltar”. Demasiadas “ranas” están todavía en los troncos. Una buena estrategia que no se implementa no sirve para nada. Incluso la oración no hará nada si no respondemos consecuentemente.
Hace unos años, estábamos un grupo de líderes orando para que Dios nos diera un plan de acción y en su momento creíamos que Dios había respondido. Cuando estábamos cerrando la reunión, una persona se levantó y dijo: «Pidámosle al Señor que lo sigamos». Me negué y algunos quedaron perplejos ante mi negativa. Respondí: «Dios dio el plan, nosotros actuamos». Hay demasiadas oraciones sobre lo que ya deberíamos estar haciendo. Sí, necesitamos la ayuda de Dios, pero la ayuda no viene hasta que actuemos. Cuando los comandantes militares dan órdenes, las tropas no dicen «está bien, oraré por eso». Jesús es el Señor de los ejércitos.
…alcanzar resultados es lo que nos motiva
El futuro llega más rápido de lo que pensamos. ¿Queremos uno bueno? ¿Qué clase de eternidad queremos? Ahora es el momento de hacer esas preguntas. La vida puede mejorar si…
La Biblia ofrece miles de promesas. Jesús enseñó lo que estaba haciendo el cielo y cómo podemos disfrutarlo en la tierra: «Como en el cielo». Solíamos cantar un canto que dice: «Cada promesa en el libro es mía, cada capítulo, cada verso, cada línea, Oh, estoy confiando en su Palabra divina, cada promesa en el libro es mía”.
Creo que Dios nos ama y es su amor lo que lo motiva. Él quiere algo mejor para nosotros: envió a su Hijo, dio su Palabra y envió su Espíritu para ayudarnos a entrar en sus promesas y recompensas. Pero si queremos cosechar, tenemos que sembrar. Si queremos más, debemos ser fieles con lo que tenemos ya. Si queremos piedad, debemos darla. Y si no queremos culpar o condenar, no lo hagamos o cosecharemos lo que sembramos. Tenemos que dejar de culpar y empezar a arrepentirnos. Pero, ¿y si otros te culpan?
…otros te culpan
Yo he sido controversial la mayor parte de mi vida; en la escuela, la universidad, el seminario y, especialmente, en el ministerio. Si escribiera la historia de mi vida, que no lo haría, la titularía: «No quise causar problemas». En 1964 recibí el bautismo en el Espíritu Santo y me convertí en un «carismático bautista del sur», y viajé por el mundo contando mi historia. Poco después, comencé a enseñar «Pacto» y «Discipulado». Ocurrieron algunas cosas muy buenas y otras no tan buenas. Me echaron la culpa. Un gran hombre de Dios me dijo: «Charles, ¡siempre estás a la defensiva!» ¿Quién yo? Sí, me temo que sí.
¿Habrá alguna vez un momento para pararse y luchar? Sí lo hay, pero ese tema es para otra carta. Por ahora, permítame decirle que no tendremos que luchar tan a menudo si eliminamos el culpar de nuestras vidas. Pido a Dios que podamos aprender juntos cómo hacerlo mejor: en la familia, las relaciones, la comunidad, el perdón, nuestra misión y la vida misma. ¡Ese es el deseo de mi vida!
Actualización personal
Muchas gracias por estar con nosotros en oración, en el dar, en amistad, y muchas otras formas. Este ha sido un año maravilloso, pero intenso hasta ahora. Nuestra Conferencia de Liderazgo de CSM en Gatlinburg, Tennessee en mayo, «Celebrando la bondad de Dios», fue una de las mejores que hemos tenido. Ya hemos establecido las fechas para el próximo año: del 14 al 16 de mayo de 2019 en el hermoso Gatlinburg. Sigua visitando nuestra página de Facebook de Charles Simpson Ministries y @CSMinPublishing en Twitter para obtener más detalles. Por supuesto, tendremos más actualizaciones en nuestras Cartas pastorales mensuales y en CSMPUBLISHING.COM.
Esta ha sido una temporada en la que hemos visto muchos y maravillosos milagros, incluso de sanidad. También hemos visto la graduación de algunos amigos queridos que ha pasado de esta vida al cielo. Ha sido una temporada de lágrimas, y también de risas, pero en todas las cosas, es un momento de gran gracia. Continúe recordándonos en sus oraciones y en su donaciones para continuar sirviendo a las personas a quienes Dios nos ha llamado a servir, en América del Norte y Central, y en todo el mundo.
Lo amamos y damos gracias a Dios por usted.
En Cristo,
Charles Simpson
Referencias bíblicas: MATEO 5: 38-48; MATEO CAPÍTULOS 5-7; MATEO 6: 14-15; COLOSENSES 3:13; EFESIOS 4: 3132; MATEO 6: 12-13; ISAIAH 53; SALMO 130: 1-4; JUAN 8: 1-11; MATEO 18: 21-35
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015.
CHARLES SIMPSON es el Editor en Jefe de One-to-One Magazine y el escritor de la Carta Pastoral. También ministra extensamente en los Estados Unidos y en otras naciones.
Tomado con permiso de la Carta Pastoral Carta Pastoral julio del 2018
Notas del traductor
1. Diccionario de la Real Academia Española.
2. Pesada bola de metal suspendida de una grúa con la que se golpea un edificio para demolerlo (DRAE).
3. Manifestación, aparición o revelación (DRAE).
Ira, venganza, la culpa, vida cristiana, crecimiento espiritual,