¿fe o duda?

Querido amigo en Cristo:

Espero que tenga un tiempo bendecido. Creo que la vida está definida por la manera en que respondemos a Dios, a su Palabra y a su Hijo Jesús. Algún día daremos cuenta por las decisiones que hayamos tomado. La manera de elegir hoy, determinará las decisiones que tomemos a lo largo de la vida. En otras palabras, hablamos de decisiones tomadas en fe (lea Hebreos 11: 6).

La fe es creer lo que aún no ven nuestros ojos naturales y conducir nuestra vida en esa dirección. Esa actitud agrada a Dios y nos hace progresar (lea Romanos 4: 1-3). La fe puede lograr cosas asombrosas cuando nos dejamos guiar por Dios en obediencia. El potencial es inimaginable; puede mover montañas (lea Mateo 21: 18-22; Santiago 1: 5-8). Entonces, ¿por qué no se mueven más montañas?

Jesús dijo: “Si tienen fe y no dudan”. ¡Ah, ahí está la dificultad! La duda es el abismo que nos separa de donde estamos y de lo que deseamos. La duda es el doble ánimo, según el apóstol Santiago. Francamente, es incredulidad. Lucifer es el autor de la duda; le dijo a Eva: «Dios no quiso decir lo que dijo». Eva dudó de Dios y creyó en la serpiente. Adán también fue influenciado por la duda. Engaño y muerte fue el resultado para ellos y para nosotros. La duda es un problema genético y la causa de muchos otros problemas. El hecho de que los bebés lloren cuando nacen y después, indica nuestra tendencia natural a temer y dudar.

Los bebés nacen en medio del dolor, la dislocación, lo desconocido, el miedo y el peligro. Algunos no sobreviven. El recuerdo queda en lo profundo de nuestra psique. Esas condiciones de dolor, dislocación, ansiedad, miedo y peligro pueden durar toda la etapa de crecimiento e incluso hasta la muerte, y eso lo aprovecha a encubiertas el enemigo de nuestra alma, diciendo continuamente: “No puedes creer a Dios”. Las circunstancias confirman sus palabras; el pasado está de acuerdo; y no podemos dejar por fuera a los «amigos de Job» con su consejo. Las ofensas chocan con nuestros esfuerzos; el miedo arroja su nube sobre la esperanza; la falta de recursos o de salud puede tentarnos a creer que la serpiente tenía razón. Podríamos volvernos tan cínicos como Nietzsche o incluso peligrosos, ya que la ira maligna hacia la vida crece dentro de nosotros.

Quizá usted diga: «¡Ese no soy yo!» Espero que no, pero es el camino de la duda que conduce al engaño y a la destrucción. Es el camino que toman muchos que se sienten rechazados y desesperados, o se vuelven amargados, un peligro para ellos y para los demás. ¿De qué otra manera podemos diagnosticar la violencia en nuestro mundo? Debemos descubrir el antídoto si queremos salir de ese terrible camino y ayudar a otros a hacer lo mismo.

La fuente de la fe

Gracias a Dios que hay un antídoto para la duda. 1 Juan 5: 1-5 dice que creer que Jesús es el Cristo, amar al Padre y obedecer sus mandamientos son la manera de vencer al mundo. «La fe es la victoria», donde la duda es la derrota. Dios es la fuente de la fe; Cuanto más cerca estamos de él, más fácil es creerle. Si lo buscamos, lo encontraremos (lea Isaías 55: 6-7; Mateo 7: 7).

Cuando busquemos al Señor, busquemos también a otros buscadores. El deseo de encontrar a Dios cambiará nuestra ubicación cultural. La fe vendrá cuando comencemos a escuchar la Palabra de Dios y nos sintamos atraídos por las personas que la conocen y la aman (lea Romanos 10: 8-17).

Creer lo que aún no podemos ver, nos llevará por un camino completamente diferente con personas completamente diferentes en una cultura completamente diferente. Testimonios positivos del poder de Dios reforzarán nuestra fe y nuestras metas más altas. La fe puede crecer y crecerá cuando estemos rodeados por otros peregrinos. Los recursos y la salud pueden crecer cuando nos relacionamos con aquellos que están creciendo. El pensamiento cambia y lo que escuchamos cambia. Comencemos rechazando las aguas contaminadas de la duda y la incredulidad y buscando las corrientes puras de la fe.

A veces descubrimos que nuestra fe es insuficiente, tal como lo hicieron los discípulos cuando no lograron expulsar a un espíritu maligno que atormentaba al hijo de un hombre. Jesús lo echó fuera y los movió a preguntar por qué ellos no pudieron. Jesús dijo: » Este género con nada puede salir sino con ayuno y oración » (lea Marcos 9:29). Si tomamos la fe en serio, el fracaso puede hacer que nos concentremos más, busquemos más intensamente al Señor y crezcamos en la fe.

No me sorprende que las “iglesias de fe” estén creciendo. La gente quiere tener fe, ánimo y esperanza. Aunque preferiría escuchar un mensaje bíblico más completo de lo que algunos de ellos enseñan, también hubiera deseado que me hubiera centrado más en la fe. Muchas personas no están listas para obedecer las instrucciones más difíciles de la Palabra de Dios porque carecen de fe, por lo que deberíamos animarlos hacia la fe y no criticar y provocar más dudas.

Testimonios

En mayo de este año, tuvimos nuestra Conferencia anual de Liderazgo de CSM. Hubo testimonios del poder de Dios para sanar. Oímos hechos increíbles que edificaron nuestra fe. Escuchamos cómo Dios había sanado y liberado a personas de circunstancias muy difíciles: drogas, enfermedades, quemaduras, tumores, inconsciencia prolongada, autismo y otras situaciones peligrosas. La retroalimentación fue probablemente la mejor que hemos tenido.

Alguien en YouTube publicó mi testimonio de haber sido lleno del Espíritu Santo (“Un Bautista del Sur mira a Pentecostés”). Probablemente alcanzó a una audiencia ubicada a finales de los años sesenta o principios de los setenta. Esa historia ha tenido más oyentes que cualquiera otra de mis enseñanzas. El testimonio personal sincero es creíble; la gente se identifica y encuentra esperanza para sus propias vidas.

En 1965, un amigo ministro me dijo: «He apreciado siempre tu predicación, pero más tu testimonio». He notado que cuando inserto una historia del poder de Dios en un mensaje, el interés aumenta. El Salmo 107: 1-2 dice: ¡Alaben al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia! Díganlo los redimidos del SEÑOR, los que ha redimido del poder del enemigo. «Necesitamos dar nuestros testimonios más a menudo.

Los testimonios edifican la fe; la queja la destruye. Lo hace en nosotros y en otros también. Todos disfrutamos de la compañía de personas positivas. ¿El otro tipo? No tanto. La queja nos agota mientras la fe nos edifica (lea Judas 1:20). Los testimonios nos recuerdan que Dios es bueno y que su misericordia es eterna. Si lo creemos y lo experimentamos, deberíamos contarlo; somos testigos no solo de nuestra doctrina sino de nuestra fe en el poder de Dios. John Sherrill2 dijo: «Un hombre con una experiencia no está a merced de un hombre con un argumento».

Resultados

El mejor argumento para la fe, a diferencia de la duda, son los resultados. Cómo desearía que antes de que las personas emprendan un camino, consideren el resultado de aquellos que lo han recorrido ya. La Historia nos muestra que muchos no la toman en cuenta. A menudo pienso en el socialismo, donde alguien más decide por uno cómo gastar sus recursos en lugar de que sea el individuo que tenga la libertad de ejercer esa responsabilidad. ¿Qué resultados ha tenido el socialismo?

Pienso en los resultados del comunismo y el nazismo. ¿Qué tal los del ateísmo o la fe en Dios, cómo ha funcionado ese pensamiento? ¿Qué hay de la idea de que los padres no son necesarios? Vaya a las cárceles y vea cómo está funcionando. La ingenuidad no es una buena base para la decisión o para aceptar alguna «idea novedosa». Cuando rechazamos o dudamos de la Palabra de Dios, el resultado personal y cultural no es bueno y, a menudo, ha sido devastador y despiadado.

La duda paraliza y se abre al engaño. La fe nos hace avanzar. La duda nos roba mientras que la fe nos recompensa. La duda destruye; la fe edifica, el cinismo es un cáncer contagioso. La fe es un antídoto también contagioso. La duda convierte las colinas en montañas y la fe las mueve. El cinismo es tosco y rústico pero la fe perfecciona. La duda es una prisión, pero la fe abre puertas.

Cada vez que alguien ofrece su consejo, la primera pregunta debiera ser: «¿Cómo está funcionando eso para usted?» El resultado es importante; es a largo plazo, no sólo inmediato. No reciba consejo sobre la salud de una persona enferma. No reciba consejos sobre inversiones de un pobre.

Recuerdo hace muchos años que un amigo me aconsejó a mí y a otros comprar tierra a lo largo de una nueva carretera en desarrollo. No lo hicimos, por desgracia. Ahora, cuando paso por ese camino, recuerdo que la duda nos paralizó, pero la fe nos habría recompensado generosamente. Sí, sé que las inversiones no funcionan siempre, pero la duda y la incredulidad nunca funcionan.

El regalo

Está nuestra fe, que es importante, pero también está la fe de Dios, que es milagrosa (lea 1 Corintios 12: 9). El Espíritu Santo puede darnos la capacidad de creer, de saber antes de que suceda. Cuando caminamos en fe hacia Dios en el Espíritu Santo, él puede depositar en nuestro espíritu un «saber» qué sucederá. Esto va más allá del pensamiento positivo; más allá del tratar de creer. Es un regalo. Puede que no le llegue a todos los que quieran algo, pero nunca llegará al que duda. La posibilidad de recibir la misma fe de Dios debiera estimularnos y motivarnos a alcanzarla. Los resultados son inimaginablemente creativos. Obviamente, Jesús vivió con ese regalo cuando sanó, liberó, abrió los ojos y calmó las tormentas.

Dios puede aumentar nuestra fe e incluso darnos la suya (lea Lucas 17: 5). Esa posibilidad debería llevarnos a ir más allá de donde estamos hacia donde él quiere que estemos. Mire lo que le pasó a esos apóstoles que le pidieron que aumentara su fe. Ahora hay un resultado. Ellos cambiaron la historia. Hombres simples y sencillos vieron un resultado poco común.

Por lo tanto

Entonces, si creemos esto, ¿qué debemos hacer? Recuerde que la fe se revela declarándola y poniéndola en acción.

  • Estudie la Palabra de Dios.
  • Elija la fe sobre la duda.
  • Elija amigos y fuentes que edifiquen su fe.
  • Rechace conversaciones negativas, y lo que siembran duda.
  • Recuerde que la esencia de la oración es la fe, no sólo el deseo.
  • Asuma la responsabilidad de donde está, busque y obedezca a Dios para ir donde él quiere que esté. No se declare una víctima.
  • Lea y estudie fuentes edificantes e informativas, incluso en la televisión.
  • Invierta, no entierre sus recursos.

Pido a Dios que lo prospere en todos los sentidos, espíritu, alma y cuerpo. La comunión con el Espíritu Santo es el lugar correcto para comenzar. Nutra al alma con alimentos sanos y también su cuerpo. Si su «vida es bendecida» contagiará a otros porque todavía hay muchos que se fijan en los resultados, que tienen hambre y sed. Si escucha atentamente, al Espíritu Santo, él le dirá dónde están ellos. Y, si los escuchas a ellos, es más probable que ellos lo escuchen a usted.

En Cristo,

Charles Simpson

P.D. Continúe orando por CSM y apoyándonos con sus donaciones para este mes. Este ha sido el verano más difícil y desafiante financieramente para nosotros. Nuestra fe y nuestras palabras han sido probadas. ¡Nuestra esperanza está en el Señor! Ore para que podamos escuchar su voz claramente. 

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CHARLES SIMPSON es el Editor en Jefe de One-to-One Magazine y el escritor de la Carta Pastoral. También ministra extensamente en los Estados Unidos y en otras naciones.

Tomado con permiso de la Carta Pastoral de agosto del 2018

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015.

N.T.

1. John y Elizabeth Sherrill, escritores de: El refugio secreto, El contrabandista de Dios, La cruz y el puñal, entre muchos otros