Familigrama Autor Stephen Simpson
Cómo preparar hijos inquebrantables en un mundo cambiante
La estrella de la televisión del programa de realidad del Canal Discovery, Andrew Zimmern suele decir que la mejor forma de conocer una nueva cultura es comiendo con ellos lo que ellos comen. Su popular programa Bizarre Foods (Comidas Extrañas), uno de los de más larga duración, lleva a Zimmern a lo largo y ancho del mundo para conocer a personas y relacionarse con ellas a través de su arte culinario y sus formas de comida.
Él ha descubierto que lo que pudiera parecer extraño o desagradable al gusto de una cultura es lo más normal y aceptado en otra. En algunos lugares, los gusanos vivos o las hormigas podrían ser una exquisitez. Los pulmones de ovejas pueden ser una comida como terapia contra la depresión que la abuelita prepararía para usted en algunos países. Por otra parte, cuando Andrew visitó mi ciudad de Mobile, se escandalizó con el sabor exótico de pepinillos en encurtido fritos.
Cuando mi hija era una jovencita, solíamos ver el programa juntos y reírnos de todas las cosas grotescas que Andrew intentaba comer. Entonces, contábamos a mi esposa las cosas locas que ocurrieron, que siempre provocaba una reacción rápida, desfavorable – pero comiquísima. A veces, todavía citamos a Andrew. Por ejemplo, que un percebe1 sabe como una “gominola acuática”.
FORMANDO APETITOS
Nuestros apetitos se forman desde el nacimiento, o quizá, antes del nacimiento. Lo que comemos cuando crecemos es muy agradable para nosotros. Por eso es tan crítico que los padres formen los apetitos de sus niños para comidas sanas y nutritivas. En verdad los niños pueden criarse para que disfruten de los vegetales y las hortalizas verdes y frondosas, por ejemplo. O pueden formar sus apetitos con comida chatarra.
Esta verdad también se traslada a otras áreas. ¿Cómo estamos dando forma a los apetitos espirituales y mentales de nuestros hijos? ¿Cómo formamos sus intereses? ¿Deberían los padres formar la cosmovisión, apetitos, y deseos de un hijo? ¿Es ésta una idea cuerda, o deberíamos dejar todo eso a los niños para que ellos mismos lleguen a sus propias conclusiones? En tiempos de gran convulsión y de incertidumbre, la manera de responder a estas preguntas será un asunto de vida o muerte para nuestros hijos y nuestros nietos.
¿Cómo estamos dando forma a los apetitos espirituales de nuestros hijos?
La historia eterna tomará nota de que la psicología moderna ayudó a destruir contundentemente a millones de familias e incontables naciones. “Expertos” aparecieron en la escena que cuestionaron las normas bíblicas concernientes a las relaciones de marido y mujer y referente a la manera sabia de criar a sus hijos. Una vez que los fundamentos bíblicos probados fueron cambiados por nociones novedosas de la ingeniería social, las familias comenzaron a fracturarse. Debido a que la familia es la piedra angular de la sociedad, pronto, muchas culturas, influenciadas por el humanismo secular entraron en períodos prolongados de colapso.
Una de las nociones centrales del humanismo secular es que cada persona es su propio “dios”. Con el único y verdadero Dios removido de la ecuación humana, toda persona se convierte en un agente independiente y cada idea o cada impulso, no importa cuán insensata, impracticable o egoísta sea, son de igual “valor”.
Por consiguiente, los niños tienen libertad de desarrollar sus propias ideas acerca del mundo alrededor de ellos, aparte de la sabiduría de mentores o padres experimentados. La corrección es mirada como “negativa”, mientras palmaditas en la cabeza, guiños de ojos, asentir con la cabeza, y calcomanías de participación le enseñan a los pequeños querubines a convertirse en sociópatas narcisistas cuando envejecen.
La idea de Dios para la familia es diferente. Él da hijos a los padres como una encomienda para ser protegida y querida. Los padres no son primordialmente llamados a ser los “amigos” de sus hijos, y los hijos no son dados para que sean una especie de trofeo o muñecos y muñecas para la diversión de los padres.
POPULARIDAD O PREPARACIÓN
El objetivo de un padre no es ser popular con sus hijos; es prepararlos para una vida de fidelidad a Dios y relaciones saludables con otras personas. Fracase en esto, y usted podrá ser popular con sus hijos al principio, pero odiados por ellos más tarde. Sea fiel a este llamado ahora, y pudiera hacer enfadar a sus hijos de vez en cuando, pero lo amarán y le agradecerán por ello más tarde.
Por ejemplo, la Escritura habla de esta dinámica, con una maravillosa promesa en Proverbios 22.6: » Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él.»
Vemos de nuevo en Hebreos acerca del modelo santo para el entrenamiento y la disciplina:
«Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda; porque el Señor disciplina al que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.» Si ustedes soportan la disciplina, Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no discipline? Pero si a ustedes se les deja sin la disciplina que todo el mundo recibe, entonces ya no son hijos legítimos, sino ilegítimos. Por otra parte, tuvimos padres terrenales, los cuales nos disciplinaban, y los respetábamos. ¿Por qué no mejor obedecer al Padre de los espíritus, y así vivir? La verdad es que nuestros padres terrenales nos disciplinaban por poco tiempo, y como mejor les parecía, pero Dios lo hace para nuestro beneficio y para que participemos de su santidad. Claro que ninguna disciplina nos pone alegres al momento de recibirla, sino más bien tristes; pero después de ser ejercitados en ella, nos produce un fruto apacible de justicia (Hebreos 12:5-11).
El Señor escogió a Abrahán para ser un pionero y un padre de naciones. Cuando él lo eligió, Abrahán era un hombre viejo. Él y su esposa, Sarah, no tenían hijos. Las circunstancias naturales indicaban que nunca tendrían hijos. Pero el Dios sobrenatural no se preocupa por las limitaciones naturales.
Lo que interesaba más al Señor era el corazón y la fe de Abrahán. Dios sabía que Abrahán no haría más que procrear, sino que formaría a sus hijos en los caminos del Señor. «Yo sé que él ordenará a sus hijos y a sus descendientes que sigan el camino del Señor, y que sean justos y rectos, para que el Señor cumpla en Abrahán su promesa» (Génesis 18:19).
Lo que vemos en la Escritura es un patrón muy proactivo, estratégico y consistente. No impartir sabiduría y los valores a los niños es una forma de abandono, cuando no de abuso. Demasiados niños de hoy tienen que valerse por sí mismos porque sus padres están ausentes o distraídos.
He oído a muchos padres de la generación de los Baby Boomers2 y de la Generación X3 quejarse de «estos niños de hoy» y preguntándose: «¿Quién creen que los crió?» Sin embargo, todavía hay tiempo para impartir sabiduría a nuestros hijos, incluso cuando hayan crecido. Mi padre suele decir: «El amor es el puente a través del cual viaja la verdad.»
Del mismo modo, nuestro motivo como padres para disciplinar y dar formación a nuestros hijos tiene sus raíces en el amor. Un programa completo de disciplina, por lo tanto, no sólo incluye amonestar o castigar, sino que debe incluir el amor constante, la paciencia, la bondad, la demostración, y el estímulo.
GUARDIANES EN LAS PUERTAS
También significa que nosotros, como padres debemos estar bien informados en relación con las otras fuerzas en el mundo que tratan de influir en nuestros hijos y nietos. Si usted está preocupado por ejercer «demasiada» influencia sobre sus hijos, le aseguro que hay una industria del entretenimiento y la publicidad que invierte miles de millones de dólares con tal de llenar el vacío que usted les deje. Hay un sistema de educación formado por el humanismo secular que conspira para «hacer naufragar» cualquiera que sea la enseñanza que hayan recibido de usted o de su iglesia y reemplazarla con falacias que no toman en cuenta a Dios y que exaltan la vida rebelde. (Gracias a Dios por muchos maestros extraordinarios y con conciencia que aún nadan contra la corriente para enseñar la verdad en amor.)
Los padres de hoy tienen algunos desafíos únicos en comparación con los tiempos de antes. Por ejemplo, las influencias externas ahora tienden a ser más hostiles a las normas familiares bíblicas de lo que eran hace sólo unas pocas décadas. Por otra parte, estas influencias tienen infinitamente más puertas de acceso en su casa a través de Internet, las redes sociales, el teléfono celular, la televisión, los juegos, Netflix, Hulu, YouTube, Pandora, radio, libros, y otros más.
Las herramientas de la comunicación pueden ser muy valiosas o muy destructivas, dependiendo del contenido, así como del discernimiento de la persona que los usa. Además, hemos visto que incluso el entretenimiento clasificado «G» ahora puede presentar ideas destructivas en relación con el ocultismo, la religión falsa, el socialismo, el humanismo o el pensamiento de la Nueva Era. La Historia y las normas morales, se están cuestionando y literalmente, re-escribiendo. Millones de niños han sido adoctrinados por programas aparentemente inocentes, planes de estudios, películas, libros y juegos.
¿Cuán pro-activo es usted como «guardián» en la puerta de su casa? ¿Qué medidas de seguridad usa para proteger a sus hijos de las malas influencias? A menos que usted viva en una granja en el campo o en un reino imaginario, es probable que usted tenga que echar doble cerrojo a sus puertas por la noche. Pero, ¿guarda usted las otras puertas de su casa? Una de las mejores maneras de proteger a sus hijos contra la mala influencia es vacunarlos con buena influencia espiritual, divina. La gente es menos propensa a desear o a dejarse engañar por las falsificaciones cuando ha recibido y probado lo que es genuino.
El apóstol Pablo entendió que las familias se enfrentan a desafíos para educar hijos piadosos, mientras que están rodeados de un mundo incrédulo. Él lo dice de esta manera a los cristianos de Éfeso:
«Despiértate, tú que duermes. Levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo. Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan ya como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan ya como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos. No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu. Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales; canten y alaben al Señor con el corazón, y den siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Cultiven entre ustedes la mutua sumisión, en el temor de Dios.» (Efesios 5.14-21)
Las familias necesitan al Espíritu Santo. Necesitamos su presencia, su orientación y su poder. Pablo dice: «Llénense del Espíritu.» El significado en el idioma original de este pasaje es, «PERMANEZCAN llenos.» ¿Cómo? «Hablándose entre sí» la Palabra de Dios, cantando juntos, himnos y en el Espíritu. Además, cultivando una constante actitud de agradecimiento a Dios, con gracia y humildad hacia los demás. He descubierto que cuanto más estoy en el Espíritu, más capaz soy de caminar con mi familia y seres queridos. Y, menos propenso soy a desear cosas que conducen a la muerte.
Vivimos en un mundo que nos presiona las 24 horas del día, los 7 días a la semana y los 365 del año. Por lo que «unos pocos minutos de Jesús» una vez a la semana no va a ser suficiente para sus hijos. La Escritura dice que su palabra debe ser una presencia constante para nosotros en nuestros hogares y en el camino de la vida:
“Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando vayas por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás en tu mano como una señal, y las pondrás entre tus ojos como frontales, 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deuteronomio 6:6-9).
OCÚPATE EN ESTAS COSAS
Lean las Escrituras juntos en su casa. Busque un buen estudio de la Biblia para la familia. Oren juntos. Tomen paseos juntos. Asistan a la iglesia y adoren juntos. Vean juntos películas edificantes. Hablen de lo que vean y oigan. Formen los gustos de sus hijos musicalmente y en otras esferas de entretenimiento. No se limite a decir: «¡Apague esa música!» Conversen acerca de lo que la música está diciendo. Recuerde, no sólo la letra tiene un significado nocivo, también lo tienen el espíritu de la música y los estilos de vida de los cantantes. ¿Qué espíritu y qué valores quiere que se imparta a sus hijos?
Podría ser muy divertido o coqueto ver a su hija de cuatro años, bailando y moviendo su traserito al ritmo de una canción de Beyonce, pero ¿es eso realmente lo que usted quiere poner en su espíritu? ¿Quiere que su hijo de ocho años, vea vídeos sexualmente sugerentes o juegue ciegamente juegos violentos? El tiempo para dar forma a sus «apetitos» es ahora, no después.
Los jóvenes cristianos en la ciudad de Filipo eran muy queridos por Pablo. Él invirtió gran parte de su vida y corazón allí. Pablo confiaba lo suficiente en lo que Dios había hecho entre ellos tanto que podía escribir esto: “Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello. Lo que ustedes aprendieron y recibieron de mí; lo que de mí vieron y oyeron, pónganlo por obra, y el Dios de paz estará con ustedes” (Filipenses 4:8-9).
Por último, recuerde esto: el Señor está con usted. Fue él quien le dio a sus hijos y él le ayudará a criarlos. Nuestra amiga Charlotte Parker dice: «El Espíritu Santo nos ayuda a orar por nuestros hijos.» ¡Qué verdad más maravillosa y reconfortante! El Señor promete: «Voy a luchar con él, que contienda contigo, y salvaré a tus hijos» (Isaías 49:25).
Stephen Simpson es el Editor de One-to-One, correo electrónico onetreesteve@bellsouth.net. También puede seguir sus comentarios en Twitter@ Bamastephen.
Tomado de One-to-One Magazine Primavera 2016
Notas del Traductor
- Percebe: Crustáceo de caparazón compuesto de cinco piezas y un pedúnculocarnosocon el cual se adhiere a los peñascos de las costas. Se cría formando grupos y es comestible. Diccionario de la Real Academia Española
- Babyboomers: Personas nacidas en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando hubo un marcado aumento temporal en la tasa de natalidad.
- Generación X: personas nacidas tras la generación de los Babyboomers. Suele incluir a las personas nacidas a principios de los años 1960hasta a fines de los años 1980