Como enseñar a nuestros hijos a interactuar saludablemente con la tecnología.

Por Jonathan Simpson

Un desafío común entre los padres con hijos preadolescentes y adolescentes es el tema del «tiempo frente a una pantalla» (la cantidad de tiempo que sus hijos pasan frente a teléfonos inteligentes, tabletas, Xbox), y cómo protegerse contra los peligros del contenido en línea y los depredadores. La mayoría de los científicos están de acuerdo en que el cerebro no está completamente desarrollado hasta los 25 años, aproximadamente al mismo tiempo que se reducen las tasas de seguro de automóviles. ¿Coincidencia? Sin embargo, la edad promedio para obtener un teléfono inteligente es ahora de entre 10 y 11 años.

            El 95% de los adolescentes tiene acceso a un teléfono inteligente y el 47% dice que está en línea «casi constantemente».

Según bankmycell.com, el 47% de los padres piensan que sus hijos son adictos a su teléfono inteligente. Si a usted le preocupa lo que están viendo sus hijos en pantalla y las horas que pasan frente a ésta, o si el tema no ha estado en su radar, tal vez se puede tomar un minuto para considerar qué pasos podrían ser apropiados para su familia para proteger la salud y el bienestar de sus hijos y prepararlos para el futuro.

Territorio inexplorado

El año pasado, el Diccionario de Cambridge introdujo la palabra “nomofobia” (no-móvil-fobia) como su palabra del año. Es el miedo a no tener su teléfono con usted. No es en broma, es una «cosa» real. Según el Centro de Investigación Pew, el 95% de los adolescentes tienen acceso a un teléfono inteligente, y el 45% dice que están en línea «casi constantemente». Desafortunadamente, no tenemos 50 años de historia para mostrar los efectos del tiempo que pasan los niños frente a sus pantallas. Las generaciones actuales tendrán la distinción de ser los primeros en disponer de una exposición continua a la pantalla y conectividad en línea desde su nacimiento. Debemos admitir que no sabemos lo que no se sabe. Si bien no tenemos un libro de estrategias, sí vemos tendencias. Los adolescentes que pasan 5 horas al día en dispositivos electrónicos tienen un 71% más de probabilidades de tener factores de riesgo de suicidio que aquellos con 1 hora de uso (Fuente: bankmycell.com).

  • Los alumnos de octavo grado que usan mucho las redes sociales tienen un riesgo 27% mayor de depresión (Fuente: bankmycell.com).
  • El 54% de los adolescentes informan que, si los padres supieran lo que realmente sucede en las redes sociales, estarían mucho más preocupados (Fuente: Common Sense Media).
  • Uno de cada cinco adolescentes estadounidenses que inician sesión regularmente en Internet dice que ha recibido una solicitud sexual no deseada a través de la Web (Fuente: puresight.com).
  • El 16% de los adolescentes consideró conocer a alguien con quien sólo hablaron en línea y el 8% realmente conoció a alguien que solo conocía en línea (puresight.com).

El 90% de los maestros encuestados declararon que el número de estudiantes con desafíos emocionales aumentó. (Fuente: bankmycell.com).

Y hay otras estadísticas inquietantes sobre el uso en línea con el acoso escolar (bullying), la privación del sueño y la capacidad de socializar que no deben ignorarse. Pero, antes de destruir todos los dispositivos, considere esto:

Usando tecnología responsablemente

Boicotear no es la respuesta. Ni siquiera es una opción. Su hijo estará expuesto, ya sea en su hogar o en otro lugar. Nuestro objetivo es enseñarles a usar la tecnología de manera responsable al tomar buenas decisiones, proteger su salud física y mental y honrar a Dios. Su futuro con la tecnología es muy difícil de imaginar para nosotros. Las decisiones éticas que enfrentarán con respecto a la tecnología son aleccionadoras, como lo demuestra el surgimiento de la Inteligencia Artificial o la compañía «Neuralink» de Elon Musk.

¿Estarán estos niños y adolescentes equipados para responder? Aquí hay algunos pasos prácticos que pueden ayudar a sus hijos con los dispositivos y la tecnología que utilizan actualmente:

El factor más crítico es USTED. Sea el ejemplo. Es realmente lo mismo con todo, ¿no? Solo hablar de eso no será suficiente. No permita que la tecnología interrumpa el tiempo significativo que pasan juntos. Enseñe a los niños a respetar a los demás cuando hablen dejando a un lado su dispositivo. Reserve “tiempo libre de tecnología” cada día. De hecho, planifique ayunos técnicos periódicos para toda la familia. Saque a sus hijos a la luz del sol en el exterior olvidado y métalos en un deporte si es posible.

Fomente la comunicación abierta con sus hijos sobre la tecnología y lo que ven en línea. Debe sentarse con sus hijos y sus dispositivos y ver qué aplicaciones están usando, qué juegos están jugando y con quién están interactuando. Para los niños más pequeños, es posible que deba considerar instalar aplicaciones como Kidslox que ofrecen controles parentales sobre el contenido, las aplicaciones y el uso programado a través del teléfono inteligente de los padres.

Como mínimo, aproveche las herramientas de tiempo de pantalla que vienen instaladas con los teléfonos más nuevos. Estos pueden proporcionarle los análisis necesarios para tomar mejores decisiones de uso del tiempo. ¡También es bueno para mamá y papá!

Los teléfonos inteligentes, iPad y Xbox no son un sustituto de la crianza de los hijos. Todos lo sabemos. Incluso si se está haciendo un buen trabajo, a veces será difícil. Puede que haya un tiempo de crisis cuando tengamos que quitar dispositivos, pero recuerde, Hebreos 12:11 habla sobre el «fruto apacible de justicia» para aquellos entrenados por la disciplina. Ore con sus hijos sobre estas cosas y esté abierto a dialogar con sus amigos lo que ellos y usted han aprendido.

Jonathan Simpson es especialista en desarrollo comercial y marketing. Él y su esposa, Sarah, tienen una hija, Liza.