Del centro de la ciudad a la periferia

Querido amigo en Cristo

Cuando entré en el ministerio, las iglesias más grandes se encontraban en la zona céntrica de la ciudad,  en las calles principales o en el parque central de la ciudad, en el centro de la cultura. Ahora la mayoría de las iglesias grandes están en las zonas residenciales, en la periferia de la cultura. La migración de las iglesias a las zonas residenciales es un símbolo de lo que ha sucedido con su influencia, no porque se haya mudado de zona, sino porque tanto la Iglesia como la cultura han cambiado. Señalaré ciertos elementos de cambio y cómo contribuyen a nuestra pérdida de influencia en la cultura. Empecemos con algunos de los cambios culturales:

  • La Biblia y la oración, que una vez fueron fundamentales para la educación, ahora son ignoradas o prohibidas.
  • La vida familiar ha cambiado dramáticamente.
  • La responsabilidad de los padres ha sido desplazada a instituciones que ya no enseñan valores tradicionales.
  • La tecnología ha cambiado la naturaleza de la comunidad.
  • La fe en la tecnología y la ciencia ha reemplazado la fe en Dios para muchos.
  • La celebridad y el entretenimiento se han convertido en dioses sociales para muchos.
  • La historia ha sido descuidada, alterada o ignorada.
  • El vacío del pensamiento judeo-cristiano ha sido infiltrado por filosofías exóticas hostiles a la cultura tradicional.

Estos son sólo algunos de los cambios culturales que han ocurrido en las últimas dos generaciones. Ahora veamos algunos de los factores en la vida de la Iglesia:

  • Nuestras divisiones (ver Juan 17: 20-21).
  • El éxito de una iglesia se mide ahora por su tamaño en vez del efecto que tiene en la comunidad. El tamaño pudiera ser bueno, si la influencia sobre la cultura no fuera tan deficiente y decadente.
  • La iglesia se ha convertido en un teatro (lo que sucede dentro de las instalaciones, no lo que sucede en la ciudad.
  • Muchos cristianos no tienen vida real de comunidad dentro de la iglesia.
  • El mensaje con demasiada frecuencia es impulsado por la oferta y la demanda, descuidando el arrepentimiento y el discipulado.
  • La afirmación, la motivación y la autoestima a menudo han reemplazado al evangelio bíblico.
  • Como resultado, muchos cristianos carecen de una misión personal a la cultura y nunca han llevado a nadie a creer en Jesús.
  • El estilo se ha vuelto más importante que el contenido.
  • «La Luz» está en la iglesia, pero no alcanza el mundo.

Por supuesto, la exactitud de esta evaluación no se aplica a todas las iglesias y varía en grado. De todas maneras nos pueden ayudar a explicar nuestra falta de efecto sobre nuestra cultura. Mi posición no es como un crítico externo, soy parte del problema, todos lo somos.

EZEQUIEL

Ezequiel fue fiel a la palabra de Dios y, sin embargo, vio una disminución en su propia influencia. Así fueron otros profetas que vieron la decadencia. De manera que uno puede ser fiel a Dios y perder influencia con la cultura. De hecho, el Señor le advirtió a Ezequiel que ese sería el caso. Tratar de ser fiel, pero perder influencia, puede ser decepcionante, deprimente y altamente frustrante. Pregúntele a Moisés o Elías. Se estima que 20,000 ministros renuncian cada año. Muchos se van porque se han dado cuenta de que no están haciendo mucha diferencia.

El Señor le dijo a Ezequiel: «Para ellos, tú no eres más que un trovador romántico, de melodiosa voz y bien entonado. Oyen tus palabras, pero no las practican.» (Ezequiel 33:32 RVC)

Pueden decir: «Él es un buen predicador» o «adoran bien», pero no responden de acuerdo con lo que dicen. En otras palabras; es solo entretenimiento. Esa falta de responder a la palabra ha dejado un vacío en la cultura que está siendo llenado por otros que se volverán cada vez más hostiles a nuestros valores, virtudes y misión.

DANIEL

Daniel fue un gran hombre y un gran profeta. Tuvo influencia, incluso en Babilonia, pero vio algo que venía. Vio a un gobernante que vendría cuyo propósito sería destruir la verdad y hacer que el engaño prosperara (vea Daniel 8:25).

El apóstol Pablo hace eco de Daniel en 2 Timoteo 4: 1-5, advirtiendo que vendría el tiempo cuando las personas no soportarán la sana doctrina, más bien tendrán comezón de oír y se apartarán de la verdad. Los verdaderos profetas y apóstoles no se mueven por lo que pasa en el mercado con su oferta y demanda, ni son personalmente ambiciosos. Tienen una renuencia saludable porque conocen el costo. No se conforman a la cultura, se enfrentan a la cultura. Jesús es la norma de esto.

Dios amó al mundo (ver Juan 3:16). Porque amaba al mundo, envió a su Hijo único, que era y es el Verbo vivo, para llevar la verdad al mundo que lo crucificó. Sin embargo, Dios lo levantó de nuevo. Aquí hay tres lecciones de esta realidad: 1) La verdad viene con el amor; 2) La mente no regenerada ataca la verdad; 3) La verdad siempre vuelve. El verdadero avivamiento es un reavivamiento de la verdad, no sólo emociones.

AVIVAMIENTO

Estoy profundamente agradecido por los poderosos avivamientos que se extendieron sobre las naciones y afectaron las culturas. El «Gran Despertar» que ocurrió a mediados del siglo XVIII es un buen ejemplo. George Whitfield y Jonathan Edwards fueron los principales líderes en el avivamiento que reformó nuestra cultura. Su enfoque estaba en la palabra de Dios, el arrepentimiento y la vida santa. Estos hombres y otros afectaron a nuestros fundadores y alcanzaron aproximadamente la mitad de la población de los EE. UU. Me uno a usted en oración por otro avivamiento similar para que la Iglesia pueda ser nuevamente la luz en el mundo y la cultura.

Los verdaderos avivamientos reviven la aceptación de la verdad. El cambio llega cuando un pueblo se enfrenta a Dios y se enfrenta a la verdad sobre sí mismo. No es la verdad sobre los demás; es la verdad sobre el «yo». Los cargos y las acusaciones sobre los demás no traen avivamiento, y lo que es peor, se suman a nuestra auto-justificación. El juicio debe comenzar en la casa (familia) de Dios (vea 1 Pedro 4:17).

Nuestras divisiones culturales y religiosas actuales no traerán avivamiento a menos que nos muestren la verdadera necesidad de avivamiento. Pido a Dios que nuestro fracaso para resolver problemas serios nos lleve de regreso a él, quien primero tratará nuestros problemas personales.

Hay algo más que hará el avivamiento: traerá de nuevo un sentido de misión personal. Cuando el Espíritu Santo cae sobre nosotros, nos llega un renovado sentido de la misión. Cuando las personas arden con el poder de Dios, no es necesario que se les diga que compartan su fe o que hagan frente a la cultura, eso se convierte en algo normal (ver Hechos 2).

Estuve involucrado en el «Avivamiento carismático» de los años sesenta y setenta. Fue algo contagioso y sucedió en todas partes. Creo que afectó  la cultura en cierta medida, y tuvo un impacto en otras naciones. Mucho de lo que está sucediendo ahora en las naciones en desarrollo surgió de ese avivamiento. Pero las transiciones suceden. Los avivamientos se transforman en estructuras y crecen hacia adentro. Muchos grupos carismáticos parecen haberse transformado en iglesias u organizaciones contemporáneas exitosas, pero la pérdida de influencia sobre la cultura aún continúa e incluso va en aumento.

¿Será suficiente otro avivamiento para cambiar esta tendencia? ¿Puede la iglesia volver al «centro de la ciudad» y convertirse en el centro de la cultura? (Ver Habacuc 3: 1-2; 17-19.)

¿QUÉ DEBEMOS HACER?

Estoy convencido de que los tiempos y las estaciones están en manos de Dios. A mí me corresponde ser fiel y consistente en todas las estaciones. Mi tarea es obedecer y dejar que él determine lo que debe suceder. Eso no significa que sea pasivo. Debería buscar al Señor activa y agresivamente, orar y ayunar para conocer su voluntad y hacerla, específicamente. Él nos está llevando a donde no hemos estado antes.

Estoy seguro que usted sabe el viejo refrán: «Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando un resultado diferente». Si queremos influenciar la cultura, debemos cambiar lo que estamos haciendo. Por supuesto, debemos continuar con lo que ya hemos aprendido (2 Timoteo 3:14). Pero, hay más cosas que aprender a medida que avanzamos para conocer más a Dios y sus caminos (ver Oseas 6: 3). Entonces, sigámoslo a donde él nos está llevando. Eso nos dirá si verdaderamente confiamos en él. La verdadera confianza resulta en obediencia:

  • Sea fiel en la iglesia donde está, apóyela.
  • Al estudiar la palabra de Dios, el Espíritu Santo nos habla; escúchelo.
  • Él es el navegante; nosotros solo somos la tripulación.
  • Manténgase en el «temor de Dios». No trate a Dios con liviandad; él toma su relación con seriedad.
  • Tome responsabilidad personal por la obediencia; no la ponga en el pastor ni en la iglesia.
  • Arrepiéntase donde el Espíritu Santo apunte su necesidad.
  • Sea fiel a su iglesia, pero busque  una comunión cercana con amigos de ideas afines (vea Mateo 18: 15-20).
  • Ore y estudie la palabra de Dios con amigos de ideas afines.
  • No sea introvertido; manténgase enfocado en nuestra misión al mundo; la luz es para el mundo.
  • Pídale a Dios el valor para hacer lo que él nos está pidiendo que hagamos (vea Hechos 4: 13-29).
  • Diga la verdad en amor, pero evite los clichés religiosos.
  • Trate de evitar ser paternalista cuando hable a las personas. Tome en cuenta que ninguno de nosotros sabe todo lo que necesitamos saber.
  • El amor, la verdad y la humildad son importantes y poderosos para alcanzar a los demás.
  • Cuando se equivoca, no desperdicie sus yerros; aprende de ellos. El Señor no nos condenará cuando tratemos de seguir al Espíritu Santo (ver Romanos 8: 1).
  • ¿Qué podría pasar si damos algunos pasos nuevos y serios de obediencia? No sé si habrá otro «Gran Despertar», pero oro que venga y creo que debe comenzar en la Iglesia. Si viene, no se quedará allí; afectará la cultura.

¿QUE ESTÁ DICIENDO DIOS?

Recuerde que si la tendencia continúa, la Iglesia se mudará «fuera de la ciudad». Entonces, nos enfrentaremos a una cultura aún más hostil y ajena a nuestros cimientos. Luego, preguntaremos: «¿Qué sucedió?» Ocurrirá si nos mantenemos programados pasivamente a una mera rutina, en lugar de ser guiados y fortalecidos por el Espíritu Santo que es dinámico y energizante. Sucederá si omitimos la necesidad del arrepentimiento ante Dios. Sucederá si seguimos siendo una audiencia en lugar de un ejército. Sucederá si seguimos “buscando el amor en todos los lugares equivocados”. Ocurrirá si continuamos trasladando nuestra responsabilidad personal hacia alguna institución, iglesia o gobierno.

Pero no es necesario que suceda si escuchamos al Señor y hacemos lo que él está diciendo. Esa es nuestra oración.

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¡Que el Señor lo bendiga a usted y a todos sus seres queridos mientras lo busca y extiende su mensaje del Reino de Dios!

En Cristo,

Charles Simpson

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Sobre el autor: Charles Simpson.

Charles Simpson es un autor, maestro de la Biblia y pastor de renombre internacional, que presta servicio en el ministerio desde 1955. También es editor en jefe de la revista One-to-One y ministra extensivamente en todo Estados Unidos y las naciones.

Tomado con permiso de  Carta pastoral de abril del 2019.

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015.