Por Ern Baxter

Por muchos años, después que recibí el bautismo en el Espíritu Santo en 1932, me encontraba teológicamente desorientado. Yo no era pentecostal ni fundamentalista y, por supuesto, esta combinación tan rara era una especie de pre-carismático carismático.

Busqué en los dos campos hasta que Dios en Su misericordia me dió un ministerio de tal dimensión que con el tiempo fui aceptado en ambos lados aunque con cierta reserva.

Supongo que he visto lo que llamaría pre-movimientos del Espíritu Santo y he observado cómo se ha escurrido cada uno de ellos en cierta manera. Comenzaban con una promesa tremenda. Parecía que el Reino había llegado por fin; para sólo verlo romperse, deshacerse, formalizarse, o de alguna manera terminar en un fiasco.

Cuando vino el presente mover dije: ¡Dios, por favor! ‘Por favor haz que venga una palabra de sabiduría para esta generación, para que los que están recibiendo este nuevo ungimiento del Espíritu Santo cumplan con las implicaciones de la expansión pentecostal. Que alguien lleve esto hasta el fin. Por amor de Tí mismo, Señor, no permitas que termine en un fiasco. Quisiera vivir para verlo cumplido.

Si tuviera tiempo podría señalar varios peligros que veo. Sólo voy a indicar uno, que podría ser el nuestro en particular. El peligro de estar tan absortos con lo que Dios nos está mostrando – y no digo que esté mal – en cuanto al discipulado, la sumisión, y la autoridad, que cedamos a la tentación de aferrarnos a una metodología y perdamos la dinámica.

Forma y dinámica    

Pablo advirtió contra la formalidad de la santidad que negaba el poder que estaba involucrado en la «forma».

Pablo decía: «no hay nada malo con la forma, pero le falta un ingrediente». Decía: «Timoteo, te entregué la forma, el esquema de palabras sanas».

Dios, es Dios de forma, de simetría, de cosmos, de orden, de matemáticas, de toda la verdad científica. Dios no es prolijo, yendo sin meta a todas partes, en todo tiempo. Dios sabe adonde va y está tratando que vayamos con El.

Forma sin dinámica es un coche sin gasolina; y gasolina sin coche es dinámica sin forma. Tener un hermoso coche y no tener gasolina es muy frustrante. De igual manera, es tener toda la gasolina y no tener un coche para meterla.

Su majestad satánica quisiera llevarnos de una manera u otra. El no se preocupa si no somos apóstatas. Sólo quiere que giremos un poco hacia la izquierda o hacia la derecha para sacarnos fuera de curso.

La forma debe tener una dinámica y la dinámica debe tener una forma. Si la forma no tiene dinámica se deteriora y cae en esterilidad y monotonía religiosa. Sin forma la dinámica se disipa en el fanatismo. El equilibrio está entre LA PALABRA y EL ESPIRITU SANTO.

La Palabra y el Espíritu son inseparables en la operación del propósito de Dios en este mundo de tiempo y espacio.

La Palabra sin el Espíritu es conocimiento sin dinámica. El Espíritu sin la Palabra es dinámica sin dirección. Satanás quiere mantenerlos separados. A él no le importa que seas bien fanático mientras no hagas algo con ello. A él no le importa que tengas mucho conocimiento intelectual mientras carezcas de poder.

Hay algo que Satanás por nada del mundo quiere y es que tengas gasolina en tu coche.

A propósito estamos llamando al Reino de Dios gobierno de Dios, porque la palabra «reino», como tantas otras palabras bíblicas, ha sido corrompida en su significado. La usan los Testigos de Jehová y los Comunistas. Ha sido abusada por tantos que hasta tenernos miedo de decirla.

Cuando decimos «el gobierno de Dios» estamos hablando de lo que significa el Reino de Dios. No es algo espiritual sino relacionado con la actitud. Es la actitud de Dios a través de Cristo Jesús hacia el hombre; que Cristo Jesús es Rey sobre toda la tierra ahora. Una manera para que esto se cumpla es entendiendo el contexto divino en que ha de llevarse a cabo.

Toda verdad emana de Dios. El es la única fuente de toda verdad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Espíritu Santo ha sido la persona de la Trinidad que con más negligencia se ha tratado.

Los padres de la Iglesia del Siglo I no tenían problema con el Padre. De alguna manera lo igualaron a Dios en toda Su totalidad. Lucharon con el concepto del Hijo por casi tres siglos, contra el arrianismo y toda otra herejía hasta que llegaron a la declaración relacionada con la verdadera naturaleza de nuestro Señor Jesús. De esta manera rescataron para siempre al Hijo. En lo que a mí respecta, el Credo no lo especifica tan claramente de manera que podamos comprender si trae suficientes salvaguardas corno para decir que nuestro Señor sea Señor de toda revelación.

Pero el Espíritu Santo fue olvidado hasta el Siglo IV. El Credo de los Apóstoles, uno de los primeros, dice: «Creo en el Espíritu Santo». Podría ser esto, aquello o cualquier otra cosa. Eventualmente llegaron hasta El. Por carecer de una definición fue llamado la Tercera Persona de la Trinidad. Y desde entonces siempre es puesto de tercero, si es que se le torna en cuenta.

Un escritor ha dicho: «Humanamente nosotros debiéramos hablar del Espíritu, del Hijo y del Padre. Y, desde el lado divino hablar del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».

Nadie puede llegar al Padre si no a través del Hijo por medio del Espíritu Santo. De maneraque nuestro punto de partida es aquel en el cual el Espíritu Santo nos confronta.

Es interesante notar que Romanos 14: 1 7 declara con respecto al Reino de Dios: «El Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo».

Leernos en la Biblia del Reino del Padre, y del Reino del Hijo, pero leernos que el Reino es ENel Espíritu Santo.

El contexto del Reino es el Espíritu Santo.

El mover carismático  

Mientras observaba el así llamado mover carismático vi que Dios nos estaba entregando la dinámica para que el gobierno de Dios se cumpla. Ahora, la dinámica no es suficiente sin el conocimiento. Era necesario tener conocimiento. Esta es una de las razones por las cuales, en algún momento en el desarrollo del mover carismático, algo debía decirse acerca de la disciplina, del orden, y de la autoridad. El poder no puede correr suelto; tiene su conductor y sus controles. Tiene que saberse qué botones apretar. Poder suelto, sin conocimiento estructural, es mortal para la gente. Si Ud. no sabe emplear el poder que Dios le ha dado explotará en su propio rostro. Ud. pone el dedo en el enchufe y . .. ¡ se terminó!

El Espíritu Santo es el contexto del Reino y su dinámica. Cuanto más conocimiento reciba tanto mayor es el peligro de decir – «yo puedo arreglármelas sin la dinámica.»

Yo no quisiera perder el deseo de brincar y saltar cuando cantarnos que la gloria de Dios cubrirá la tierra corno el agua cubre la mar. No quiero perder el cosquilleo en mi espíritu; ese sentir que me dice que mi Padre está en mí ¡Aleluya!

Nunca dejen que se les llene la cabeza de manera tal que el corazón quede vacío.

Permítanme decir esto entre paréntesis. Proverbios 12: 27 describe mi temor y lo que he visto con mis propios ojos en el pasado. Dice así: «El indolente ni aún asará lo que ha cazado; pero haber precioso del hombre es la diligencia.»

Yo soy canadiense y en mi país tenemos leyes muy estrictas para la caza. Si los guardabosques descubren que alguien mató un animal; sólo por el deseo de matarlo dejando el cuerpo sin vida y ellos lo aprehenden, no sólo le harán pagar una multa; también confiscarán sus armas, su coche y nunca más podrá volver a Canadá. Ellos sienten desprecio profundo por un hombre que mata a un animal y luego no cocina su preza.

Dios ha dicho: «Yo les he dado algo; no sean haraganes pués los haré responsables si lo dejan sin cocinar».

Nosotros, corno ninguna otra generación del pasado, somos responsables de cumplir las implicaciones y las intenciones divinas involucradas en la completa acción redentora de Cristo.

¿Y qué es esta acción redentora de Cristo? ¿No es que Cristo murió? Este es nuestro problema. Nunca hemos definido completamente – por lo menos muchos no lo han definido – la totalidad de la acción redentora de Cristo.

En el día de Pentecostés, Pedro se la entretejió en la persona de Jesús: «Jesús de Nazareth, varón. La mayor parte de la gente llega hasta allí. Jesús es un personaje histórico, todos están de acuerdo. Pero Pedro sigue diciendo:» Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas y señales».

Algunos dicen: Yo me bajo en esta esquina; yo no creo milagros. Yo creo que Jesús era un buen hombre, un gran maestro en la tradición de Sócrates, pero no creo que haya hecho milagros. Eso son sólo mitos. De modo que algunos bajan del ómnibus en esta parada. Yo todavía sigo viajando.

«Jesús de Nazareth, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales, … a éste prendisteis y matasteis por mano de inicuos, crucificándole». Muchos siguen el viaje pues creen que Jesús fue crucificado.

Pero, Pedro siguió diciendo: «por cuanto era imposible ser retenido por la muerte, al cual Dios resucitó y su cuerpo ni siquiera comenzó a sufrir descomposición». ¿Cuántos creen en la resurrección? ¿Siguen conmigo en el ómnibus?

Hasta aquí es donde llega el cristianismo evangélico, generalmente es aquí donde termina. Aun la ascención y coronación es un énfasis que muy pocas veces se escucha.

El no sólo resucitó de la muerte sino que se mostró vivo con muchas pruebas indubitables. Por cuarenta días la gente lo tocó, lo palpó, lo vió, lo identificó y luego Jesús dijo: «Adiós, me voy a la presencia del Padre». Y por primera vez en toda la historia cósmica o humana un hombre fue integrado al Consejo de la Trinidad y llegó a ser la mano derecha de Dios y Cristo Jesús, Jesús de Nazareth, el hijo de María está sentado en el lugar más alto del universo, entronado a la mano derecha de Dios y todo poder le ha sido dado.

Algunos dicen – bueno yo no tengo problema con esto. Sin embargo son muchos los que se bajan en esta parada. Esta parada se llama Fundamentalista/Pentecostal. Mucha gente toca el timbre para bajarse.

Años atrás cuando me encontré con la tensión entre el evangelio fundamentalista y el pentecostalismo, mis amigos evangélicos no podían comprender cómo podía ser teológicamente ortodoxoy al mismo tiempo aceptar el hablar en lenguas. Esto realmente les molestaba y cuando descubrieron que yo leía Karl Barth y algunos otros, aún mis amigos modernistas no podían entenderme.

Entonces hice mi apología. Les dije: «No creo que algo ande mal conmigo; pienso que son ustedes los que están equivocados». – Y los llevé en el mismo viaje que Uds. acaban de hacer. – Les dije:

«El problema, muchachos, es que Uds. se bajan del ómnibus antes que llegue a la terminal. Jesús no sólo fue un varón aprobado por Dios con maravillas, prodigios y señales; no sólo fue crucificado, muerto, enterrado, resucitado y entronado, sino fue que culminó Su redención enviando al Espíritu Santo como prueba de que El había venido hacer lo que hizo; que el Padre había aceptado Su sacrificio y el Espíritu Santo es prueba positiva que Jesús ha llegado a la mano derecha de Dios.

Uds. pueden burlarse del hablar en lenguas todo lo que quieran, pero el hablar en lenguas es la firma al pie de la Carta Magna de nuestra libertad gentil.

El sello del Pacto  

En el día de Pentecostés el hermano Pedro, un buen judío, habló bajo una unción mucho más allá de su entender y por cierto mucho más allá de su provincialismo habitual. Con elocuencia inspirada dijo: «Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare».

Salió del Templo diciendo: «Pentecostés es una fiesta judía». Por supuesto que era una fiesta judía, no había un gentil en el Templo ese día, también lo era la Pascua.

Por mucho tiempo Pedro creyó, seguramente con muchos otros, que si uno quería lo que ellos tenían tendría que pasar por el judaísmo primero. No fue muy lejos de esta creencia. Hizo un viaje rápido a Samaria y volvió corriendo a Jerusalén. Era todo lo lejos que quería ir. Si los gentiles quisieran ingresar, tendrían que pasar por el judaísmo primero; hasta que Dios logró convencerlo de lo contrario en una azotea de Jope.

Después que Dios le ‘habló y le dijo: «levantate y come»; Pedro, apóstol principal, primer Papa, gran siervo de Dios, respondió como un hombre de este status que debe contestar cuando Dios da una orden. Dijo: «NO».

De modo que Dios tuvo que reprenderle y hablarle hasta convencerlo diciéndole: «Lo que Dios limpió no lo llames tú común». Y, Pedro, por fin, entendió.

Ahora bien, Pedro estaba bajo órdenes, pero su prejuicio no había sido curado. El Señor nuevamente le habló: «He aquí unos hombres te buscan, no temas ir con ellos, porque yo los he enviado». El no sabe aún quiénes son estos hombres.

Baja de la azotea y le avisan: – «Hermano Pedrohay unos hombres a la puerta».

Pedro sale y dice: «¿Uds. me buscan?» -Sí.

¿Quiénes son y de dónde vienen?

-Nosotros somos siervos del Capitán Cornelio de Cesarea.

-¿Capitán qué?

-Cornelio.

-Pedro dice: ¿Cómo se escribe esto? ¿Lo escriben l-i-o al final?

Ellos dicen «sí» y le cuentan lo que sucedió a su amo, el capitán Cornelio.

Pedro los invita a entrar y descansar y … sale corriendo para la sinagoga más cercana. Junta a los ancianos y les dice: «¡Tengo problemas; grandes problemas! Dios me convenció en la azotea. Yo voy, pero no voy solo». De modo que seis se ofrecieron acompañarle.

Fue una extraña procesión la que salió al día siguiente.

Cuando por fin llegaron, Pedro entró en la casa y dejó bien en claro que no era práctica común para un hombre de su raza entrar en una casa gentil. El quería dejar esto bien aclarado con amor y luego dijo: «Bien y ahora ¿qué quieren»?

Cornelio dice: «El ángel dijo que tú nos hablarías palabras que nos traerían salvación y junté a los vecinos y tenemos una linda reunión casera esperándote en aquella sala».

Pedro entró y comenzó a predicar.

Ahora bien, el Señor conoce a SUS siervos y si conocía a alguien era a Pedro. «Yo sélo que va hacer Pedro, «dijo el Señor. «Darles un mensaje. breve, pronunciar la bendición e irse apurado.»

Posiblemente algún día tenga que pedirle perdón a Pedro, pero tengo una leve impresión que sucedió así.

Pedro comenzó con un sermón muy ortodoxo; iba a hacer énfasis en la sangre y estaba entrando en calor con un hermoso mensaje evangélico cuando Dios dijo: «Mas vale que lo haga ahora».

Mientras Pedro aún hablaba el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la palabra y comenzaron a hablar en lenguas. Y, Pedro exclama: «¡Mi Dios! Tenía problemas antes, pero esto es mucho más grave.» – En ese momento se vuelve a los seis judíos que los acompañaban y dice: «¿Tiene alguno de Uds. una salida?

Observen la importancia de esto. Pedro comprendía que el bautismo era el sello del pacto. El sabía que si éstos habían recibido el bautismo del Espíritu Santo, no quedaba razón alguna por lacual pudiese impedirles tener el sello visible del pacto. Sin embargo, esperaba que alguno de los seis hermanos que lo acompañaban tuviera alguna iluminación que él no tenía. Por eso dijo: «¿Puede alguno de Uds. pensar en una razón por la cual podamos impedirles el agua? Me gustaría llevarlos a Jerusalén, hacerlos circuncidar y hacer que coman algunos alimentos kosher».

Comencé toda esta parodia de la historia de Pedro porque les dije que el hablar en lenguas no es algo que se puede usar o tomar livianamente. Si Cornelio sólo hubiera escuchado y hecho una aceptación intelectual, esto hubiera sido el fin. Pero el Espíritu Santo entró y dijo: «Cornelio tiene lo mismo que tú, siendo incircunciso, no kosher, un gentil; tienes que hacerlo entrar. Tienes que hacerlo entrar en la Comunidad de Israel; tienes que hacerlo entrar en el Reino de Dios. Tú tienes que poner sobre él, la señal pública y el sello que lo identifica como un miembro de la comunidad redimida; tienes que bautizarlo'»

¿ Saben qué fue lo que convenció a Pedro? las lenguas.

Vuelve a Jerusalén y lo primero que le dicen es: «¿Por qué has entrado a comer con un gentil incircunciso?» Vean el poder del prejuicio. Ellos no vieron que Pedro había predicado el evangelio, que había salvado un alma del infierno. Ellos dijeron: «Tú quebrantaste una costumbre judía, fuiste a comer con un gentíl». ¡Gran compasión!

Quiero decirles que la religión que está fuera de tiempo es lo más cruel y sin compasión que existe dentro de las emociones humanas. ¡No hay nada más cruel!

Cuando Pedro relató lo que había sucedido y llegó al punto donde habían recibido el Espíritu Santo «como nosotros al principio,» ellos dijeron:»Esto nos basta. Esto prueba que Dios ha otorgado arrepentimiento para vida a los gentiles».

¿Cuál fue la prueba que Dios había otorgado vida eterna? ¿Qué fue lo que probó que había arrepentimiento? ¿El que ellos levantaron la mano, mientras Pedro cantaba «Tal como soy»? ¿El que firmaran una tarjeta? ¿El que fueran a un cuarto aparte donde los esperaban consejeros?

¡No!

Fue el hecho que el Espíritu Santo intervino, puso Su sello de aprobación divina sobre su fe y ellos hablaron en lenguas.

Por eso decía a mis amigos evangélicos en aquellos días: – «yo no estoy equivocado. Uds. lo están, Uds. no se han quedado en el ómnibus hasta tener las pruebas finales de la acción redentora de Cristo». La prueba final de la acción redentora de Cristo es el don del Espíritu Santo, la promesa del Padre.

Cuando Jesús volvió al Padre llevando las marcas de su sangre redentora dijo: “Padre, tú sabes que teníamos un contrato, un pacto. Padre tú me prometiste – y yo ya se los dije a mis seguidores – que si yo moría, daba mi vida, daba mi sangre que cuando volviera con las marcas de mi victoria en el campo de batalla del Gólgota, Tú me darías una Promesa para compartirla con mis seguidores. Ellos estan esperando allí. Ahora Padre, quiero esa promesa».

Y el Padre le dió la Promesa, el Espíritu Santo.

Pedro dice: «El ha derramado esto que vosotros veís y oís».

Yo no quiero verme envuelto en un montón de minuciosidades doctrinales. Con respecto al don del Espíritu Santo, la persona del Espíritu Santo. Sólo quiero decir que ser llenos, andar en, ser inspirado por, iluminado por, reconocer la dinámica del Espíritu Santo es el contexto del Reino. No me importa lo bien pensado que están nuestros métodos o nuestras doctrinas, si perdemos la dinámica es lo mismo que tener un coche que no va a ninguna parte. Tenemos forma sin contenido.

Yo digo categóricamente que la razón por la cual Dios envió a Su Espíritu Santo en un fluir tan extenso y tan comprensible en nuestros días es a mi entender la declaración de Dios que dice:

«Este es el tiempo de tomar el Reino». Estoy enviando una dimensión de mi Espíritu Santo sin precedentes desde los tiempos de los apóstoles Estoy enviando una visitación universal de mi Espíritu, en cada nación, lengua y raza. Porque es mi Espíritu el que ha de proveer la dinámica, la fuerza y el entusiasmo para traer mi gobierno sobre la tierra y hacer que los hombres sepan que Jesús es Aquél a Quien Dios ha proclamado Rey. Quien Dios ha entronado en Su monte santo, Sión.

La manifestación del Reino  

El Espíritu Santo estuvo activo en todo este asunto del Reino de Dios desde el principio. Lucas 1: 15 habla del precursor del Rey, Juan el Bautista uno de los personajes del Nuevo Testamento que ha sido tratado con mayor negligencia y que merece mucha más atención cuando hablamos del Reino.

Dice el versículo 15: «Porque será grande delante de Dios. No beberá vino, ni sidra y será lleno del Espíritu Santo, aún desde el vientre de su madre. Sigamos con versículos 39 al 42.

«En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet. Yaconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo y exclamó a gran voz y dijo: «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre». Hay un lugar para alzar la voz; es el lugar del heraldo. Se dice de Jesús que cuando el vino no alzó Su voz en la calle. Sin duda Jesús fue un gran maestro y habló en un tono didáctico; cuando usted está enseñando no puede predicar y gritar y gesticular. Usted enseña.

Pero hubo una ocasión cuando Jesús gritó, en la fiesta de los Tabernáculos, en el último día de la fiesta se puso de pie y clamó a gran voz. En todas las otras ocasiones estaba sentado en un barco o en una casa o en alguna parte. Porque los maestros en aquellos tiempos se sentaban. Esta era la posición del maestro. Un heraldo se ponía de pie. Jesús se puso de pie y gritó: «Si alguno tiene sed venga a mí y beba, pues de su interior correrán ríos de agua viva – esto dijo del Espíritu Santo.»

Ahora retengamos esto del grito por un momento y volvamos a Lucas 1 :41 al 44.

Saben la manifestación del Reino de Dios no es legalismo, «pues el Reino de Dios es justicia, paz, y gozo».

Tuvimos un casamiento en Los Angeles y fue todo un evento. Había unos incrédulos fríos; – esto al margen – creo que los incrédulos creen más que los creyentes. En la recepción un caballero se me acercó y dijo: «Sabe, deberíamos tener más de esto (refiriéndose al gozo) en el cristianismo; pienso que alcanzaríamos a más jóvenes».

Le respondí: Permítame decirle algo, caballero. En cada conferencia que dí en los últimos doce meses en Gran Bretaña y en Estados Unidos hice esta simple pregunta: ¿Cuántos de Uds. tienen 35 años o menos? En Harrowgate el 80 % de la congregación se puso de pié. Yo diría que en cada conferencia donde hice esta pregunta el 80 % era menor de 35 años. ¿Le dice algo esto?

-A mí me dice dos cosas: una me llena de entusiasmo y es que hemos encontrado algo que cautiva el corazón de los jóvenes. Dios esta sembrando en los corazones apasionados de jóvenes una visión, una revelación y ellos … están moviéndose para cumplirlo.

También me dice algo que hace doler mi corazón y es que muchos de mi generación han de morir en el desierto y sin entrar.

Eliminen el gozo del Reino y habrán quitado el propósito final del mismo.

El gobierno de Dios ha sido diseñado para que lo entendamos bien y para que haya integración personal, paz y todo andará tan bien que sólo cabía decir ¡Aleluya! El gozo es parte del carácter del creyente.

Años atrás cuando era joven me tocó predicar en Canadá. Me habían pedido que tomara el lugar de un pastor en una gran congregación y eso me hacía temblar. Nunca había predicado a tanta gente junta. El primer día me esforcé mucho; hablé sobre la libertad del perdón; del gozo que da saber nuestra verdadera posición en Cristo, cuando una mujer se puso de pie. Estaba llorando. Era malo que se hubiera puesto de pie, pero que llorara era el colmo. ¿Qué se puede hacer con una llorona?

Dijo: «Yo no estoy de acuerdo con usted».

Eso era demasiado para mí. Yo había tenido que juntar todo el coraje posible para predicar y ahora esta mujer se para y me contradice.

«Yo no le creo – dijo – me convertí hace dos años y desde entonces estoy llorando».

Dije: «Señora, no sé cuál es su problema, pero si usted me permitiera terminar el mensaje se lo agradecería:’ Terminé el mensaje.

A la mañana siguiente tocaron el timbre. Yo vivía en la casa pastoral y todos habían salido ese día. En la puerta había una señora con un paquete debajo del brazo. La señora me dice: «¿Me recuerda?»

– No.

– Yo soy la señora que se puso de pie anoche.

La razón por la cual no la reconocí era que anoche estaba terrible y esta mañana no estaba tan mal.

Dijo: «Si yo hubiera esperado anoche a que Ud. terminara con el mensaje, no me habría parado para interrumpirlo. Nunca se me dijo que yo tenía el derecho de decir: «yo sé en quien he creído; yo sé que soy una hija de Dios» y anoche cuando usted terminó, por primera vez pude decir:» yo sé. Después de dos años he dejado de llorar y estoy tan contenta que tuve que venir a decírselo y también le compré esta caja de bombones».

La responsabilidad humana  

Las implicaciones de Lucas 1 :45 son graves y majestuosas.

«Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor».

¿Sabe lo que hace Elisabet? Elisabet sugiere que la respuesta de María en fe a la palabra del ángel Gabriel es la razón humana para la encarnación. Usted dirá «Eh, ¡está cargando pesado!»

Bien, yo les digo lo que aparece como obvio. No voy a entrar en discusión sobre la soberanía divina y la responsabilidad humana. Yo sólo sé, que Dios está diciendo que de alguna manera el futuro de lo que El está haciendo depende de nuestra fe.

Ahora, quiero que saque a la fe del contexto metafísico, quiero que la pongan donde corresponde: en el sentido etimológico y en su definición correcta. Usted no puede creer sin ser leal y fiel, pues la fe y la fidelidad son sinónimos y Dios está buscando a hombres que crean lo que El dice. El va a edificar sobre esa fe el cumplimiento de Su propósito final y el mundo está esperando el resultado de Su lealtad.

Usted dirá «Eh, Baxter eso es poner una carga muy pesada sobre nuestros hombros». Bien vaya y lea su Biblia nuevamente. Por años Dios ha estado buscando a hombres en quienes confiar para colocar la otra punta de la escalera.

Jacob soñó con una escalera que desde su amohada de piedra subía hacia el cielo; no a los ángeles subiendo y bajando por ella y pensó que esto significaría muchas bendiciones para él. No sabía que los ángeles estaban bendiciendo la simiente en sus lomos. La simiente en sus lomos era mesiánica.

Dios no hizo descansar la escalera sobre Jacob, tampoco sobre Adán, Noé, David o Isaías. Un día la colocó sobre un jóven y dijo: «Este es mi Hijo». Y puso la escalera sobre Su hijo.

Se acuerdan cuando Jesús vió venir a Natanael?

Le dijo – «Natanael te ví debajo de la higuera».

Natanael le dice: «¿Me conoces? ¿Sabes de mí?» Jesús dice: «¡Oh! Eso no es nada. Nada com­parado con lo que has de ver. Tú vivirás para ver a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. – Yo soy el hombre en la historia sobre el cual Dios puede colocar la otra punta de la escalera del pacto y, si tú quieres los beneficios del cielo, ponte de mi lado pués es aquí donde se hace la entrega.» Y Dios, nos ha dado, con El todas las cosas y los ángeles están subiendo y bajando para la Comunidad de Cristo. Dejan la mercadería y suben para traer más y este subir y bajar viene cumpliéndose desde hace 2000 años.

¡Pero, hombre! ¡El tráfico está poniéndose pesado!

Lo que estoy tratando de decirles es que como comunidad de Cristo, los redimidos tenemos una gran responsabilidad de ser la otra punta de la escalera del pacto de manera que Dios pueda entregar los beneficios para esta generación sobre hombres leales y fieles como Su Hijo.

Creo que es por esto que estamos recibiendo mensajes sobre lealtad, sobre discipulado, sobre autoridad; porque Dios tiene que tener un pueblo que sea leal y disciplinado como Su Hijo quien tuvo un oído atento; que no hizo nada que no viera hacer al Padre; que no dijo nada que el Padre no le indicara; ¡qué decir o cómo decirlo!

Cuando Dios llegue a tener a la Comunidad redimida caminando en esta clase relación, El va a poner sobre nosotros Su gobierno porque podrá confiarnos con esto.

Continuará.

Reproducido de la Revista Vino Nuevo Vol 2, Nº 11 Febrero 1979