Por Ern Baxter
Toda verdad emana de Dios y tarde o temprano tendemos a mezclarla sin obtener resultados y nos quedamos con un río turbio que necesita ser limpiado. Necesitamos oir lo que Dios ha dicho sin extasiarnos con la inmensidad de Sus implicaciones o tratando de encontrar el nivel inferior de entendimiento.
La Biblia dice que Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Si algunas de las cosas que mencionaremos son difíciles de captar, es porque no hemos puesto a Dios, Su integridad y Su veracidad en la ecuación. Una vez que Dios entra todas las cosas son posibles y ciertamente lo que El ha hablado llegará a su cumplimiento.
El Espíritu Santo es Dios en acción. Es el agente de Dios en la creación. El es la persona de la Trinidad que cumple con la voluntad de Dios enunciada por el Hijo. Por lo tanto la venida del Espíritu Santo después de la resurrección de Cristo, es en verdad la demostración subjetiva y experiencia del propósito de Dios a través de Cristo en la tierra: «Id por todo el mundo y haced discípules a todas las naciones».
Cuando nuestra visión llega a ser tensa y restringida entonces comenzamos a bajar los niveles para el Señor.
El bautismo del Espíritu Santo no es sólo hablar en lenguas, sentir escalofríos, tocar la pandereta, tocar la guitarra, tener Conferencias, etc. El Espíritu Santo vino para hacer funcionar al Reino de Dios a través de Cristo Jesús a quien toda autoridad ha sido dada en el cielo como en la tierra. Lo entienda o no, está obligado a creerlo. Ud. ha sido llamado a un compromiso de fe, al propósito de Dios, y en vez de rebajarlo a su nivel debe subir al del Señor.
Encontramos entonces que el Espíritu Santo ya estaba involucrado en todo lo que tiene que ver con el Rey Jesús. El Espíritu Santo estaba involucrado con Juan el Bautista, la voz clamando en el desierto. El Espíritu Santo estaba involucrado en la recepción del niño Jesús en los brazos del santo anciano Simeón quien por el mismo Espíritu Santo reconoció a este bebé como Aquel que iba a restaurar al verdadero Israel de Dios, su verdadero pueblo.
El Antiguo Testamento profetizó que cuando este Rey entrara en escena, el límite de su reinado sería toda la tierra y que no se detendría en su actividad hasta que sus enemigos fueran puestos por estrado de sus pies y la gloria del Señor cubriese la tierra como las aguas cubren al mar. Dentro del mismo misterio entre la responsabilidad humana y la soberanía divina, nuestra respuesta en fe y fidelidad está relacionada de alguna manera con el cumplimiento de esta posición.
Veamos ahora en Lucas 1 :26 el cumplimiento histórico de la profecía de Aquel que había de venir. Este es un relato conmovedor, tierno y hermoso:
«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de … » Hemos leído estas cosas con tanta frecuencia que las implicaciones se nos escapan. El ángel Gabriel, uno de los árcangeles, uno de los más importantes en la jerarquía angelical, fue llamado ante el Trono de Dios y Dios le declaró que estaba por cumplirse el momento para el cual toda la historia pasada, presente y futura había esperado a fin de responder, y que él (Gabriel) era quien tenía que descender y hacer el anuncio no por televisión con alcance mundial vía satélite, sino que descendió y lo hizo ante una niña campesina desconocida e insignificante y ésta es la manera en que Dios siempre actúa.
«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba losé, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vió, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Ahora bien, María es una jovencita muy devota que ha sido criada en la atmósfera de un hogar judío, donde desde su niñez fue enseñada en las prácticas de la religión. Ella entiende la naturaleza de las relaciones humanas; ha sido instruída en cómo debe actuar y reaccionar frente al sexo opuesto y sabe que debe ir al casamiento virgen. . Y, ahora, este ángel enviado por Dios le dice que va a tener un hijo!
Su respuesta a esto es muy natural, no hay nada fuera de lugar, pues sencillamente dice: .. ¿Cómo será esto dado que soy virgen?»
En otras palabras, ella dijo: Yo entiendo de dónde vienen los bebés, cómo son engendrados. Es el resultado de la convivencia de un hombre y una mujer y tú dices que voy a tener un bebé, pero soy virgen. Esto es imposible.
Posiblemente si esta niña hubiera tenido estudios universitarios, le daría una buena charla a este ángel, acerca de que es científicamente imposible, que no hay registro biológico o médico de que alguien tuviera un hijo fuera del curso natural de la procreación y reproducción. Y su pregunta es muy lógica: ¿cómo será esto? No entiendo. Soy virgen. Quiero trasponer esto por un momento a las cosas de las que estamos hablando.
A la luz de las condiciones mundiales, colapsos económicos, desintegración sociológica y todo lo que alrededor nuestro marca el fin de una época, Dios esta diciéndonos (a los hombres en todo el mundo): la hora del destino ha sonado, el tiempo para traer el gobierno de Dios en toda la tierra, ha llegado. Uds. dicen ¿cómo puede ser esto a la luz de todas las circunstancias? Circunstancias nada tienen que ver con el propósito declarado de Dios.
Pablo declara «he aprendido a contentarme, cualquiera sea mi situación». (A ser independiente cualquiera sea la circunstancia). El cumplimiento de la Palabra de Dios en mi vida o en la historia no depende de lo que sucede a mi alrededor. Dios hará lo que hará (lo que dijo). Si El quiere entrar en la historia, tomar a una joven virgen y hacer un milagro sólo comparable con la obra de la creación de Adán, Dios lo hará. Si quiere entrar en la historia al final del tiempo, tal como lo declara su Palabra, limpiar el Reino de todo lo que ofende, hacer que los habitantes del Reino brillen como el Hijo, como una manifestación de su gloria en el Reino, esto es asunto de Dios. Dios dice: Yo lo haré y no dependo de condiciones económicas, sociológicas ni de las nociones o pronósticos de los científicos.
«Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre tí, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios». (Una traducción dice: «a ninguna palabra de Dios faltará poder»). Cada palabra que Dios ha hablado está acompañada por la dinámica de su persona infinitamente poderosa para hacerla cumplir.
Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a cómo me siento … conforme a mi entender de cómo son procreados los bebés … ¿están escuchando lo que digo? ¿Conforme a qué? Conforme a Tu palabra.
Pero, Señor, tu Palabra está diciendo algo que nunca se hizo en 4000 años de historia humana, si es que alguna vez se hizo. ¿Cómo puede hacerse? Trae lo antedicho alguna nota que Ud. reconoce?
Ud. dirá, Baxter, tú hablas de los 2000 años del tiempo de gracia ¿por qué no sucedió antes? Le voy a dar una respuesta sencilla: porque la Palabra de Dios claramente declara que esto iba a ocurrir en cierto tiempo, en cierto día.
El día tiene una mañana, una tarde y una noche. Dios dice claramente al final del tiempo y en el tiempo de la cosecha será como al atardecer. Hará ciertas cosas característicamente distintivas, ahora. Por eso estoy a la expectativa.
«El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes de que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo». (Mateo 1: 18).
El énfasis que quiero hacer es que el Espíritu Santo es el contexto del gobierno de Dios.
«José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque es. Y dará a luz un hijo, y llamará su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: – He aquí, una vírgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, – que traducido es: Dios con nosotros».
Ahora bien, la pregunta es si Dios ha hablado alguna palabra con referencia a nosotros y nuestro tiempo ¿se cumplirá esa palabra? Si yo tuviera tiempo para mostrarle los estudios de probabilidad compuesta, veríamos que muchas de las profecías que ya se han cumplido, humanamente hablando tenían una probabilidad en billones de que se cumplieran.
Si se hubiera hecho una encuesta al mundo antes del nacimiento virginal con la pregunta ¿cuántos creen que una mujer puede tener un hijo sin haber convivido con un hombre? ¿qué clase de respuesta hubieran recibido?
¡Imposible!
¿Pero ocurrió? Sí.
Ahora bien, si Ud. hace una encuesta al mundo creyente de nuestros días acerca de la victoria final de Cristo Jesús en la historia, en esta hora plena de oscuridad ¿cuántos cree Ud. que votarían por lo que estamos diciendo? ¡Muy pocos! Pero nada de esto cuenta. ¿Dijo Dios que El lo haría? ¿Lo cumplirá? Sí. ¿De quién es la responsabilidad? Es tú problema Señor, haz que venga.
Ahora pasemos a Juan 1 :32 al 33 «También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, éste es el que bautiza con el Espíritu Santo».
Dios habló a Juan el Bautista, este personaje extraño que vivía en una cueva, que se vestía con ropa extraña y comía alimentos extraños; que salía todas las mañanas a su púlpito en el río y porque Dios estaba con él, las ciudades de Judea se vaciaban e iban a escuchar a este hombre a quien Dios había hablado.
Cuando Dios habla a un hombre, de alguna manera este hombre atrae. «Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que … «alimentará a cinco mil; … que resucitará a Lázaro de la muerte; … el que caminará sobre las aguas; … el que morirá en la Cruz; … el que resucitará de los muertos; … el que ascenderá a la presencia de Dios; y como dije antes, aquí viene el propósito final: ¿Cuál será el trabajo característico de este que ha sido señalado como el ungido de Dios: El bautizará con el Espíritu Santo. Entonces, ¿es importante el bautismo con el Espíritu Santo? Por supuesto, que lo es. Es el símbolo final de identificación del Rey.
Cuando los hombres son bautizados con el Espíritu Santo, están compartiendo el aceite real de la unción del Rey Jesús. Es por eso que en Hechos 2 la figura prominente de la historia no es Abraham, sino David. Hay tres o cuatro hombres con los cuales hemos sido relacionados históricamente: con Adán por la raza; con Abrahaam por linaje; con Moisés por la redención; pero a David por la realeza. Y cada vez que se refiere a Jesús como simiente de David se implica su reinado. Y su reinado tal como se comparte con sus co-reyes, pués nosotros somos reyes y sacerdotes y ahora reinamos sobre la tierra con El.
El Capítulo 3 de Juan versículo 34 es una pequeña amplificación de la unción del rey. «Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida». Sencillamente todo lo que hizo Jesús en los días de su carne, lo hizo por el poder del Espíritu Santo como un hombre sujeto al Padre.
Los años van pasando y como si fuera una rosa exquisita arrojada sobre la vida exclusiva de Cristo vemos un resplandor fugaz cuando a los doce años va a Jerusalén con los ojos bien abierto, como todo niño judío. Luego vuelve a vivir detrás de esa pared exclusiva por muchos años, hasta que un día camina hacia el Jordán. Su primo Juan lo señala con el dedo índice y dice: ¡Miren! Este es el Cordero de Dios que ha de quitar el pecado del mundo.
Esa fue su coronación. Su preparación para entrar en su reinado funcional.
Fue bautizado en agua para cumplir toda justicia. El Espíritu Santo descendió sobre él y fue ungido para su reinado. Hay sólo dos hombres en la historia a quienes se les delegó autoridad universal: Adán y Jesús. Cuando Dios hizo al hombre, hizo a Adán y delegó autoridad sobre él y su progenie para llenar la tierra, sujetarla y gobernarla. Por su desobediencia Adán cayó y abdicó al trono.
Cuando Jesús entra en escena, lo primero que hace el Espíritu Santo después de su ungimiento y comisión es llevarlo al desierto. Lucas 4: 1 «Jesús lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto». Marcos dice que el Espíritu lo impulsó al desierto.
El segundo rey de Dios, su Hombre, Aquel que iba a suceder a Adán, el fracasado, debe enfrentarse con su majestad satánica igual que Adán. Humanamente hablando el destino del mundo depende en cómo Jesús maneja esta asignación. Es impulsado al desierto siendo tentado 40 días por el diablo.
Hay cuatro cosas que quiero decir acerca de esta tentación.
1.- SU RECURSO
Su recurso era estar lleno del Espíritu Santo, y Ud. dice, pero éste era el Hijo de Dios, la segunda Persona de la Trinidad. Así es, pero cuando Ud. lee en Filipenses que se despojó a sí mismo, deliberadamente hizo a un lado las prerrogativas de su deidad y nunca dependió de ellas para funcionar como el hombre (Mashiach), Mesías; lo hizo bajo el poder del Espíritu Santo y esto nada quita a su deidad. Nosotros lo hemos deificado tanto que ya no tiene lugar en nuestro campo de experiencia. Decimos, El es Jesús, ¡yo soy yo!
Jesús era el hombre ideal de Dios, obediente al Padre, dependiendo del Espíritu Santo, probando que un hombre puede obedecer a Dios. Esto es lo que Dios está esperando de nosotros. Su recurso era el Espíritu Santo. – Su respuesta al Espíritu era que iba adonde éste le dirijía.
De manera que en cuanto Jesús fue bautizado por el Espíritu Santo, éste lo dirijió a un grupo carismático. Algunos dicen: Qué bueno tengo el bautismo del Espíritu Santo, pero desde entonces no tengo otra cosa que problemas.
En el margen de una de mis viejas Biblias junto a este texto (Lucas 4: 1) escribí ¿es este procedimiento lo normal? Casi estoy convencido que lo es; que cuando un hombre es lleno del Espíritu Santo tiene que hacer la misma elección que hizo Adán y Jesús. ¿Se entregará totalmente a esta vida? ¿Jugará un papel doble, medio adentro, medio afuera? ¿Cuál fue la respuesta de Jesús cuando el Espíritu Santo dijo: al desierto? Fue al desierto. ¿Dónde fue Ud? ¿A una fiesta? Algunos dicen:
– En cuanto sea lleno del Espíritu Santo seré como Billy Graham y estaré luchando contra demonios.
2. – SU RENUNCIA
En aquellos días no comió nada. El alimento es un recurso necesario en la vida. Jesús renunció depender de la energía humana para cumplir con el propósito de Dios. No por fuerza, ni por poder, sino por mi Espíritu Santo dice el Señor. Nuestra tentación es que queremos darle una mano a Jesús; le vamos a ayudar. Tenemos grandes ideas de cómo hacerlo. Dios dice: ¡SUS ideas las tengo hasta la coronilla! ¿Por qué no va con las mías? ¿Sabía que es esto lo que viene diciendo? Las ideas «cristianas» hasta ahora han fracasado y han dejado al mundo inconmovido y no han dejado que Cristo se manifieste verdaderamente. Dios está diciendo: ¡Escuchen! Si sólo quisieran escucharme. Yo tengo la mejor idea para que esto sea un éxito. ¡Hagámoslo a mi manera!
3. – SU RECHAZO
Jesús rechazó al diablo con las mismas armas que nosotros tenemos a nuestra disposición. Lucas 4: 3 y 4 «Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios».
Cualquiera que sea el tema que tratan las Escrituras se tienen que tomar todos los versículos y si quiere saber de dónde vinieron las palabras que Jesús habló es categórico que fue sólo lo que el Padre le dijo que hablara.
De manera que cuando Satanás lo enfrentó con esta tentación, Jesús preguntó: ¿Cuál texto uso Padre?
«Jesús respondiéndole dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios». El término que aquí se usa para palabra es «rema» no «logos». Es la palabra viva que al caminar en el Espíritu el Padre te dará de sus inmensos recursos bajo el logos.
Algunos dicen: ¡Epa, yo sé muchos textos bíblicos, los libros de la Biblia de adelante para atrás y atrás para adelante! Pero esto no es importante. Deje que la Palabra de Dios more en usted con riqueza y entonces tendrá una palabra cuando ésta sea necesaria.
Jesús no habló cualquier cosa, él usó «rema» la palabra que Dios escogió para esa ocasión. No se puede hacer esto a menos que se camine en el Espíritu. De otra manera serán biblicistas, escrituristas, repitiendo toda clase de versículos que nada tienen que ver con los hechos del momento.
«Y le llevó el diablo a un monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A tí te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos».
Jesús preguntó: Padre ¿cuál?
«Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás».
«Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios,
échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo».
4. – SU RESULTADO
Y esto se aplica a nosotros. Ud. y yo podemos salir de las tentativas de Satanás de desviarnos, escuchando al Padre y poniendo por obra su Palabra. Al otro lado de ese enfrentamiento doloroso está el mismo resultado para nosotros.
Y Jesús volvió en el asombroso poder de entendimiento de las escrituras; en su tremenda percepción personal de la Biblia; en su profundo conocimiento para dirigirse a una persona en debate muy satisfecho de haber salido ileso del trance. En todo esto ¿quién ayudó a Jesús? El Espíritu Santo. Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Su fama se difundió por toda la tierra de alrededor y «enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos».
5. – SU PREMIO
Cada vez que uno sale de estas escaramuzas hay un premio del otro lado.
Jesús estableció en el desierto un fundamento para su autoridad en todo futuro. Desde un principio derrotó a Satanás de tal manera que cada vez que éste trataba de acercársele directa o indirectamente por medio de un agente satánico, Jesús tenía el control de la situación. Porque El conocía su autoridad y echaba fuera demonios con su dedo. No se gastaba mucho con ellos. No perdía tiempo con los demonios. No hablaba con ellos, simplemente los echaba fuera con una palabra:
¡Fuera!
Podía hacerlo pues había vencido totalmente en una primera batalla a su enemigo y conocía su autoridad y la fuente de su poder: el Espíritu y la palabra que Dios le daba. Sabía cómo operar con el Espíritu y la Palabra y esto no ha cambiado.
No soy un anti-intelectual, pero todos los títulos de Seminario, todo el conocimiento de idiomas y de historia no le hará un ápice de bien si no conoce sus recursos como hombre del reino. Son los mismos recursos que el rey Jesús tenía y están a nuestra disposición: El Padre, la Palabra y el Espíritu.
Ahora miremos a las demandas del rey.
Lucas 4: 16. «Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer».
Jesús no caminó con una aureola sobre su cabeza, con querubines y pequeñas palomas volando alrededor suyo; o caminando a veinte centímetros de la tierra. Era tan hombre que fue necesario una revelación divina para que Pedro se diera cuenta quién era. Así que comprenderán cómo lo recibieron sus vecinos.
«Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dió el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él».
Si Jesús hubiera callado en este momento, no hubiera tenido más problemas. El pasaje fue bien leído, en verdad nunca antes se había leído tan bien. Si sólo se hubiera limitado a sentarse hubieran dicho: «Vieron qué bien lee la Biblia el hijo de María. El hijo preferido de María». Pero «comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros».
«Un momento, «dijeron ellos, este sólo es el muchacho de José». Algunos dicen, ¿qué se creen ustedes que son? Ud. sólo es el hijo de Guillermo Baxter. – ¡Oh no, si Uds. se quieren dirijir a mí deben hacerlo por el título correcto! Yo soy rey Baxter! Romanos 5: 17 establece mi reinado. Dice que reinamos en la vida por un solo, (rey), Jesucristo ¡Salúd compañero rey!
¿Por qué se ríe? Yo no estoy bromeando. Cree usted la Palabra de Dios? Cree que él lo hizo rey? Si lo cree actúe como tal. ¿Qué hacen los reyes? Gobiernan. Ya es tiempo que comencemos a funcionar.
Reproducido dela Revista Vino Nuevo Vol 3 nº1 Junio-1979