Equivocados cuando creen estar en lo cierto. Autor Bob Munford
Este título refleja la manera natural de reaccionar de la mayoría de nosotros cuando se menciona el tema del engaño. El engaño bien podría definirse como «estar equivocado cuando se cree estar en lo cierto.» Por lo general es difícil reconocer el engaño; admitirlo es mucho más y determinarse a hacer algo al respecto requiere mucho valor. Necesitamos saber que existe la posibilidad de ser engañados en nuestro caminar cristiano. Oiga esta advertencia en Apocalipsis 2; 7; «El que tiene oído, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.»
Como miembros de la Iglesia – el cuerpo de Cristo – necesitamos evaluar y juzgar todo lo que oímos. Comprensión y precaución son facetas importantes para oír .
Seguramente que todos estaríamos de acuerdo en una cosa, que nuestro Dios es un Dios de propósito. No hay posibilidad de estar engañado con esto, pero en lo que respecta a Su propósito exacto. . . adónde va y lo que hace para llevar a cabo Su deseo en esto bien pudiera haber diferencias de opiniones. Aquí es donde estamos expuestos al engaño. Todos no podrán estar en lo cierto.
Tal vez la misma consideración de que nosotros podamos ser un posible blanco para el engaño nos parezca difícil. » ¿Yo? Yo no le estoy haciendo daño a nadie. ¿Por qué habría de escogerme Satanás a mí?» ¡Porque es un engañador! Tal vez sea necesario que vuelva a considerar el propósito de Dios en salvarlo así como Su deseo para todos nosotros. Entonces es posible que cambie de opinión con respecto al engaño.
Dios está formando un pueblo
Un propósito principal de Dios desde el principio de Su trato con el hombre ha sido la preparación de un pueblo con quien pueda tener comunión y a través del cual se pueda revelar al resto de la creación. Es evidente que en estos días Dios está derramando de su Espíritu sobre toda la humanidad.
Esta es una conclusión eterna que trae consigo muchos problemas como bendiciones y deposita una responsabilidad sobre el pueblo de Dios.
Esto no es algún «entrenamiento» o «juego» que Él esté haciendo. Dios está llegando al fondo. Recuerde lo que Pablo dice a los corintios (1 Corintios 12:1): «En cuanto a los dones espirituales, hermanos, no quiero que ignoréis.
El bautismo en el Espíritu Santo, el gran derramamiento de nuestros días, es en realidad el llamado de Dios para enlistarnos en la guerra. Este mover del Espíritu, con sus señales, milagros y dones produce un desarraigo de ideas del pasado un rompimiento con tradiciones un aventurarse dentro del dominio del Espíritu, en el que muchos de nosotros no habíamos transitado antes y demanda toda nuestra seriedad y dedicación.
Uno de los problemas que ha estado con nosotros por largo tiempo es el de presentar el Evangelio de Jesucristo como si fuera totalmente gratis. Si bien la gracia que impulsó al don del Hijo de Dios a traer la reconciliación entre el hombre y su Creador es de balde e inmerecida, hay un costo cuando se acepta este don. Porque cuando abrimos el regalo, encontramos un llamado a comprometernos por entero: la personalidad. . . el tiempo. . . el dinero … las relaciones. La verdad es que encontramos demandas en todas las áreas de nuestras vidas. Finalmente llegamos a la conclusión de que Dios lo requiere todo de nosotros. Muchas veces esta realización toma la forma de un despertar violento que pudiera ser la causa de resentimientos, rebeldía y dudas. Sin embargo, cuando hay liderazgo competente y amoroso, el creyente es capaz de retener el reclamo de Cristo y sacar provecho de la provisión que Él da para hacer la transición hacia la madurez.
Hay una experiencia paralela cuando se recibe el bautismo en el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios es espontáneo y gratuito cuando se derrama sobre una persona. Nos damos cuenta que Dios hizo algo maravilloso a nuestro favor. .. nosotros nada hicimos para merecerlo. Es posible que ahora sintamos que somos verdaderamente «libres» – sin necesidad de dirección o de controles para sentarnos y disfrutar de nuestra nueva relación con nuestro» Señor.
Pero Dios no desperdicia Sus dones. Tampoco está en el negocio de fabricación de escalofríos – por lo menos no sólo y sencillamente para nuestra excitación y goce personal. El propósito de Dios se aclara más cada día. Vemos que Dios requiere un orden divino en nuestras jornadas espirituales. Tiene que venir un sometimiento al liderazgo y alguna forma de gobierno por medio del cual Dios nos pueda convertir en un cuerpo útil y operativo en vez de un montón de piedras sin forma. Esta última situación produce anarquía espiritual, confusión, temor y otros problemas relacionados.
Cuando Dios visita a un grupo o a un individuo, esa visitación lleva consigo el propósito de Dios. Su presencia es una parte permanente de Su plan Progresivo de acción. Sí, Dios está formando un pueblo – no sólo para comunión y servicio, sino también para entrar en una relación con otros creyentes. Esto incluye la preparación necesaria para aceptar y entender principios como la sujeción, el orden divino y ser útiles en el Reino de Dios.
Útiles para Dios – peligrosos para satanás
Cuando le somos útiles a Dios, nos volvemos peligrosos para Satanás. ¿Por qué? Porque ahora estamos preparados para tomar las armas que Dios ha provisto y entrar en guerra contra los principados y los poderes espirituales. Cuando nos damos cuenta de nuestro lugar en la batalla, el enemigo se vuelve contra nosotros. Una de sus estrategias más efectivas es el engaño.
No es fácil descender de la estratosfera en donde habíamos estado flotando después de nuestro bautismo en el Espíritu Santo. Es mucho más agradable vivir sin ningún pensamiento de peligro o responsabilidad. Pero una vez que pasa la emoción inicial y llegamos a ver la posibilidad de ser útiles en el Reino, nuestra perspectiva cambia. Nos damos cuenta que lo que Dios va a hacer en el mundo lo hará a través de Su Iglesia – que es Su Cuerpo – ¡que lo incluye a usted y a mí!
Cuando la luna de miel estaba terminando para mí, me encontré un día con el Esposo celestial y me dijo: » ¿Verdad que fue maravilloso?
¿Que fue maravilloso? ¿Qué quieres decir con eso?
A lo que El respondió: «Bueno, ahora viene el asunto serio. Yo tengo un motivo para venir a tu vida. Necesito tu ayuda para llevar a cabo Mi obra aquí en la tierra.»
Por favor note que dije: «cuando la luna de miel terminó … » y no cuando el amor terminó. Este continúa para siempre. En cuanto a la ayuda que Dios requiere de nosotros – bueno, nosotros somos toda la ayuda que El tiene (Efesios 1: 10-23). Su intención es la de expresar Su propósito a los principados y a las potestades a través de la Iglesia. En el momento en que nos damos cuenta de este propósito y anhelamos ser parte de ello, en ese momento nos volvemos peligrosos.
Cierto día, cuando aún estaba en el pastorado, una mujer, miembro de mi congregación vino para decirme: «hermano Mumford, el diablo ha estado detrás de mí todo el día.» Con toda bondad quisiera decir que de todos los miembros, ella era probablemente la más inútil, espiritualmente hablando. Amaba al Señor y yo la amaba a ella; pero en el sentido que estamos hablando no estaba haciendo nada para el Señor.
Por lo tanto tuve que responder: «Querida. ¿me entenderías si te dijera que no sabes la suficiente verdad para hacer que te moleste ni aún un demonio reconstituído de segunda mano?
¡Ella recibió el mensaje! Comenzó a entrar en un entendimiento que iba más allá de decir: «Aleluya … las cosas andan mal… el anticristo viene ya… los comunistas van a tomar el gobierno … pero el Señor regresa pronto para sacamos de este enredo … casi no puedo esperar. .. ¡que maravilloso será!» No es de extrañar que con esa filosofía ella no constituía ningún peligro para Satanás y su propósito.
Cuando nos damos cuenta de que Dios tiene sentido y propósito en Su obra y que somos parte de ella, entonces inquietamos a Satanás. El engaño se convierte en una herramienta activa en sus ataques. El engaño puede entrar en el liderazgo. . . en una denominación entera … en individuos (Jovenes y viejos por igual). Puede venir a cualquiera que desea ser útil en el reino de Dios.
Viéndonos en la batalla
El apóstol Pablo estaba bien conciente de este aspecto de la batalla espiritual. La siguiente es una de sus advertencias a los creyentes de Corinto: Porque celoso estoy por vosotros con celo de Dios; pues os desposé a un esposo para presentaros como virgen pura ante Cristo. Pero tengo temor, no sea que así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. (2 Corintios 11: 2-3).
¿Se da cuenta de la pasión que refleja esta expresión de Pablo? «Estoy celoso por vosotros con celo de Dios.» El los amaba y quería evitarles todos los peligros posibles. De alguna manera quería que supieran que el engaño les estaría esperando en alguna etapa de su caminar. Ellos habían entrado en el ambiente espiritual operativo (vea 1 Corintios 12: 13,14) y eran vulnerables a los ataques de Satanás. Pablos les quería advertir que no era sólo comenzar en el camino cristiano, sino terminarlo.
Uno de mis profesores en la escuela bíblica me dijo un día: «Munford, eres como un tren de carga que corre a 150 kilómetros por hora. Si las vías hicieran un giro repentino, no serías capaz de cambiar de dirección. Seguirías recto y te descarrilarías. .
Era cierto. En esos días yo estaba decidido a vivir para Cristo ¡sin importarme nada! Pero poco a poco, Dios me hizo entender y espero que usted también entienda que hay una diferencia entre «correr» en la vida cristiana como un corredor de los 50 metros y correr en una carrera de 50 kilómetros. Es como una carrera a campo traviesa y no se sale como un bólido llevándose entre las piernas a quien se ponga por delante. ¿Recuerda la historia de la liebre y la tortuga? Algunos de nosotros salimos disparados como la liebre y terminamos sentados bajo un árbol esperando.
Cuando todavía estaba en el remolino del polvo causado por mi arranque, recogí cierta doctrina que me metió en dificultades: «Cristo ya viene. No tengo tiempo para el instituto bíblico. ¡Tengo que hacerlo todo hoy! ¡Puede ser que venga mañana!» Vivía todo sugestionado. No es que no crea en la segunda venida de nuestro Señor o que en verdad pudiera venir mañana el asunto es ¡saber guarder paso con Su propósito porque El viene!
Desde los días de la Iglesia primitiva, la palabra ha sido: «¡El día del Señor ha llegado!» Pero debemos aprender que si no viene en 1977 … o 1978 … o 2007 que debemos seguir corriendo. Si no viene cuando estoy en la carrera, ¡seguiré corriendo hasta llegar a la eternidad! Si no viene en mi día, puede venir en el suyo.
Nadie puede vivir con éxito para el Señor todo sugestionado. . . por lo menos no para siempre. Necesitamos aprender a entrar en el descanso del Señor, ver Su propósito y permitirle que ordene nuestras vidas. En la medida que el cristiano entra en esta paz con Dios, así le hace la guerra a Satanás. Es esta paz con Dios la que lo lleva a la «lucha espiritual» referida tanto en el Antigüo como en el Nuevo Testamento.
Oigamos la advertencia de Pablo
Veamos de nuevo lo que dice Pablo: » … os desposé a un esposo para presentaros como virgen pura ante Cristo.» Mantenerse «virgen» y «puro» para Cristo es una lucha. Desde el día en que Dios nos llama y nos salva, debemos de caminar como vírgenes espirituales por el resto de nuestra vida; guardados para el propósito de Dios como desposados a Cristo en amor. Pudiera ser un camino largo y lleno de trampas.
Si así fuere, ¿cómo habremos de mantener nuestra castidad delante de Dios? ¿Será posible caminar con Jesús el resto de nuestras vidas y esperar Su venida victoriosamente? Si, sí es posible.
La siguiente historia nos pinta un cuadro moderno de la advertencia de Pablo.
Poco después de mi salvación (que ocurrió durante uno de mis permisos para ir a tierra cuando prestaba servicio en la Marina) estaba en la cubierta de nuestro buque orando y adorando. Uno de los maquinistas se me acercó y me preguntó: «¿Qué haces aquí parado?» Esto era muy extraño, porque muchos de los hombres me trataban como si tuviera lepra después de aquel día que regresé a bordo, evitando mi mal dirigido celo por el Señor.
La conversación siguió de esta manera: Mumford: «Estaba orando
Maquinista: «Yo oraba antes. »
Mumford: «¿Antes … ?»
Maquinista: «Sí.» Entonces preguntó; «¿Eres casado?»
Mumford: «No, no lo soy.»
Maquinista: «Quisiera contarte algo que no le he dicho a nadie jamás. Durante la Segunda Guerra Mundial estaba a bordo de un barco en el Pacífico, cuando llegaron órdenes secretas para ir a Panamá. De allí regresamos al puerto donde vivía mi esposa. No le podía avisar que llegaba, así que cuando bajé a tierra me dirigí directamente a nuestra casa. Toqué la puerta y un hom bre extraño salió a abrir. Estaba vestido con mi ropa. Lo miré espantado sin saber qué decir. Fue en tonces que oí la voz de mi esposa que preguntaba desde la cocina: «¿Quien es, querido?» De alguna manera logré decir: ‘Lo siento, debo haber confundido la casa.’ Regresé al barco y desde entonces jamás he vuelto a mi casa.»
La historia de este hom bre me conmovió tanto que yo creo que Dios la usó para ayudarme a comprender lo que significa ser fiel al Señor Jesucristo ¿Se da cuenta del patetismo y de los paralelos?
Consideremos otra porción de la Escritura – Efesios 1: 13-14:
“En El tam bién vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuísteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa, quien nos es dado como garantía de nuestra herencia con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para la alabanza de su gloria.
¿Sabía usted que cuando un novio y su novia llegan al altar para entregar sus vidas el uno al otro, que es una figura (o símbolo) de Cristo y Su Novia? Por eso es que la infidelidad sexual es tan grave para Dios. Porque rompe los lazos que hacían de dos personas una sola carne. Quiero hacer una paráfrasis de la amonestación de Pablo a los efesios: «Has oído la palabra de verdad. Jesús, el Novio, ha enviado Su mensaje de amor para tí. Cuando lo oístes respondistes de esta manera ‘Señor, te amo.’ Y El dijo: ‘Si me amas, lavaré el pecado de tu vida con Mi sangre. En el bautismo, cuando salgas del agua, pondré un anillo en tu dedo para que todos sepan que tú y Yo estamos comprometidos.»
¿Puede ver que esta es una relación de amor y que usted tiene el anillo en su dedo (el bautismo en el Espíritu Santo) para sellarlo? Ahora soy Su novia y le pertenezco a El. El vendrá de nuevo por mí. Mi responsabilidad es mantenerme fiel entre tanto. Debo caminar en honestidad espiritual, moral y éticamente delante de Dios y los hombres.
Muchas cosas pueden suceder entre el compromiso y el cumplimiento del contrato. Es posible que yo ande por todas partes diciendo: «¡Gloria a Dios! Yo quiero que todos sepan que estoy comprometido contigo.» A lo que El pudiera responder: «Entonces tu conducta, tus actos, todo lo que hagas me reflejaran a Mí. Llevar el nombre de cristiano, significa estar desposado con el Señor Jesucristo. El cumplimiento de esta relación queda en el futuro. Entre tanto, el novio tiene una función para cada uno de nosotros en Su Cuerpo.
Esto nos lleva a un principio básico en este asunto del engaño. Hay alguien que tiene como propósito seducir y engañar. Su acción comenzó en el momento de nuestra salvación y se acelera cuando llegamos a comprender cuál es el propósito de Dios para nuestras vidas.
¿No cree usted que a Dios le importa adónde va … cómo conduce sus negocios. . . si es fiel o infiel sexualmente. . . cómo se viste. . . habla … piensa? Como cristiano que es, usted le pertenece a Dios y una vez que El le pone ese anillo en su dedo, El espera que su conducta sea la de Su desposada.
El engaño enfocado
Las siguientes son tres áreas en las que Satanás hace su máximo esfuerzo para causarle problemas a los creyentes:
- Confusión en el papel del hombre y de la mujer. Los problemas que surgen en el Cuerpo de Cristo cuando hay confusión en esta área, son en extremo complicados. Uno de los versos que se usan a menudo para propagar esta confusión es el de Gálatas 3:28b: «No hay ni hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.» En cuanto a nuestra posición, en Cristo, no hay ni hombre ni mujer; ni esclavo ni libre; ni judío ni griego. Pero en cuanto a nuestra función en el Cuerpo de Cristo, hay una distinción muy clara entre el varón y la mujer. Existe en nuestro día una convenida, intensa y diabólica fuerza motivadora, dentro y fuera de la Iglesia, para borrar la distinción entre los sexos.
- El establecimiento de la autoridad espiritual en el Cuerpo de Cristo. «¡Soy libre! ¡Gloria a Dios!» «¡Nadie me dice lo que debo hacer!» La persona que es libre de verdad, no necesita hablar de esa manera – o tener esa actitud, ¿Entendería usted si dijera que una persona puede ser esclava de la libertad? El deseo de unidad y de estar relacionado hace imposible una actitud de «llanero solitario.» Dios está levantando líderes espirituales fuertes – apóstoles, profetas, pastores, evangelistas. Estos hom bres deben ser reconocidos por el Cuerpo. Dios es el que pone a los hombres en lugares de liderazgo y en nosotros la capacidad de reconocerlos.
- Con engaño, Satanás usa a los hombres para propagar sus deseos. Yo creo que estamos llegando a la expresión más grande de engaño que la Iglesia jamás haya conocido. Cuando se le preguntó a Jesús sobre algunas de las señales de Su regreso, El respondió (Mateo 24:4): «Mirad que nadie os engañe.» Dios usa a los hombres para persuadirnos con Su verdad y Satanás también usa a hombres para engañar. ¡Es una guerra! No es una guerra limpia; es una lucha de guerrillas de parte de Satanás. No siempre se sabe quién es el enemigo.
Durante la guerra de Vietnan, un recién llegado le preguntó a un veterano soldado: «Cómo se sabe que alguien es un Viet Cong?» La respuesta fue: «Cuando te dispara.» En las guerras pasadas el enemigo era más discernible. Las tropas y los ataques de Satanás no son tan fáciles de detectar. Su objetivo no es sólo destruir, es el de engañar también.
Cuando el Espíritu de Dios se mueve hacia el cumplimiento de Su propósito, otro espíritu trabaja sin descanso para estorbarlo.
Pasando del primer siglo al nuestro, quisiera darle para su consideración. Los siguientes siete artículos que G. H. Pember, un hombre de Dios, profetizó que sucederían como señales del acercamiento del final de los siglos. Estos fueron escritos alrededor de 1900. Léalos cuidadosamente y añada sus propias deducciones a las mías.
- Habrá un auge en la religión, diferente y aparte del evangelio de Cristo.
Yo pregunto: ¿Qué del aumento de las religiones orientales: gurus, maharajas, yogis, meditación trascendental, etc. más otras que fascinan y atraen a los pueblos americanos?
- Habrá un rechazo del hombre como cabeza sobre la mujer.
Yo pregunto: ¿No es esto evidente en nuestro día?
- Habrá una disolución en la relación matrimonial que resultará en su ruptura, destruyendo la solidez del pueblo y afectando a la generación joven.
Yo pregunto: ¿Ha leído ya el libro de Alvin Toffler, Choque del Futuro (Futuro Shock)? Hay un capítulo sobre el matrimonio que lo asombrará y lo sacudirá.
- Se abolirá la pena capital.
Yo pregunto: ¿Ha sucedido ya? ¿Con qué resultados?
- Habrá un avivamiento del ocultismo, satanismo y prácticas relacionadas.
Yo pregunto:
¿Cuántos programas hay en la televisión que propagan la brujería? ¿Qué está pasando en el área de la educación, desde el nivel universitario para abajo? Muchas universidades ahora ofrecen cursos de Satanismo y Brujería.
- Habrá un énfasis y una preponderancia en la perversión sexual y sus efectos relacionados.
Yo pregunto: ¿Sabía que recientemente se publicó un libro titulado: Jehová es Mi pastor y él sabe que Soy Homosexual, en el que se defiende la homosexualidad en los términos más groseros? Y esta es solamente una de las armas que Satanás está lanzando en contra de nuestra sociedad en esta área.
- 7. Habrá un rompimiento de la ética, la moralidad y la integridad en el gobierno, entre los líderes y profesionales, incluyendo a los ministros del Evangelio.
Yo pregunto: ¿Se cumple la profecía en Watergate? ¿Qué es lo que publican nuestros periódicos todos los días?
Comenzamos diciendo que el engaño es pensar que estamos en lo cierto cuando estamos equivocados. Ahora es probable que usted se esté preguntando: «¿Será posible mantenerse libre del engaño?» en vez de declarar: «No es posible que el engaño afecte mi vida.» ¿Ha comenzado a sentir la fuerza y la sutileza del engaño? ¿Se imagina por qué Pablo tenía tanto interés que agonizaba con la posibilidad del engaño en las vidas de aquellos por quienes había aceptado ser responsable?
Podemos caminar con victoria desde el principio de nuestro caminar con el Señor Jesucristo hasta el final, si reconocemos la posibilidad y el poder del engaño y buscamos Su sabiduría, dirección y defensa segura.
Revista Vino Nuevo Vol 1-Nº11
¡Gracias por el artículo! Me lo guardo a favoritos para tenerlo presente en un futuro.