Hugo M. Zelaya

Me ha admirado siempre el cuidado de Dios para todas sus criaturas. Mucho más su gracia y misericordia con sus siervos y particularmente con quienes no han sido fieles. La verdad es que todos le hemos fallado. Romanos 3:23 dice que todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios. Otra traducción podría ser, “no le han podido dar gloria a Dios.”1 Incluye a los siervos que están en la Biblia y a los que hemos seguido después.

También es refrescante observar que el Espíritu Santo, que inspiró las Escrituras, no hace el menor intento de ocultar este hecho y expone sus pecados abiertamente, revelando sin embargo, a un Padre dispuesto a recibirnos cuando recobramos el sentido y nos volvemos a él (Lucas 15:11-32 y Salmo 51:17).

No nos toca a nosotros señalar las faltas de nuestros consiervos; esa es tarea del Espíritu Santo. A nosotros nos corresponde reconocer las muchas maneras en que no hemos cumplido nuestro compromiso y que, si bien la perfección nunca se encontrará fuera del Señor Jesús, eso no nos exonera de venir a él “contritos y humillados”, confesando la realidad de nuestros pecados y pidiendo su fuerza para morir a sí mismos todos los días y seguirlo a él más de cerca (Mateo 16:24).

Esta tendencia de señalar las faltas de otros siervos me viene particularmente fácil cuando leo la historia de Sansón. Espero más de él que de mí, porque él está en la Biblia y yo no. Como si las demandas de Dios fueran sólo para sus siervos en la Biblia y no para nosotros. Me sorprendía verlo en Hebreos 11 en compañía de los “héroes de la fe”, sin percibir que él no se ganó ese lugar sino que todos, él y nosotros estamos donde estamos por la pura gracia de Dios. Comencé este artículo con el título de “Sansón, un siervo carnal” y no pude seguir; era el enfoque equivocado. El tema central de la Biblia no es el pecado del hombre, como se ha creído, sino la revelación del amor del Padre.

La Biblia está llena de contrastes desde Génesis: caos y orden, vacía y llena con vegetación y seres vivientes, tinieblas y luz, engaño y verdad. Pareciera que todo lo de Dios es como la luz que brilla más con un trasfondo de oscuridad. Es necesario hablar de lo bueno y lo malo que hizo Sansón si hemos de cubrir a cabalidad la historia de su vida, pero no con una actitud de juicio, sino para resaltar el corazón de Dios y eso intentaré aquí.

La historia de Sansón comienza en Jueces capítulo 13 y termina en el capítulo 16. Sus aciertos se pueden resumir en los siguientes pasajes: Mató a un león sin tener nada en su mano (14:6); mató a 30 filisteos (14:19); con una quijada de asno… mató a mil hombres (15:15); juzgó a Israel durante veinte años (15:20). Su historia culmina en el capítulo 16 donde dice que fueron más los que mató al morir que los que había matado durante su vida (16:30).

Lecciones generales

Las siguientes observaciones son de mi mentor, Charles Simpson de un sermón que le escuche ministrar hace muchos años:

  1. “Dios decidió cumplir sus propósitos a través de hombres y cuando no hay uno él lo hace nacer.”
  2. “Cualquier cosa es posible para un hombre bajo la unción.”
  3. “Dios es fuerte y quiere que seamos como él.”
  4. “Tenemos tendencia a perder el sentido de la realidad cuando Dios no nos corrige inmediatamente. Creemos erróneamente que podemos seguir haciendo lo mismo sin sufrir las consecuencias.”
  5. “Es necesario que cuidemos la fuente de nuestro poder para ser libres.”
  6. “No podemos fraternizar impunemente con el enemigo.” 2

Dedicación total

El libro de Jueces se caracteriza por períodos repetitivos de infidelidad de Israel, seguidos por el castigo de Dios entregándolos en manos de un enemigo, la petición del pueblo de ser rescatados, la gracia de Dios de mandarles un libertador, y el regreso de Israel a Dios por un tiempo. El libro termina con el capítulo 21 versículo 25 donde dice: En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos. En otras palabras, cada uno decidía qué era bueno y qué era malo (ver Génesis 3:1-4).

El ángel de Dios se aparece a la esposa de Manoa, un hombre de la tribu de Dan y le dice que va a tener un hijo que comenzará a librar a Israel de mano de los filisteos (Jueces 13:5). También le dice cómo debe cuidarse ella y a su hijo cuando nazca. La mujer era estéril, pero Manoa cree y ruega a Dios que vuelva a mandar a su ángel y les enseñe la manera de criar a Sansón (vs. 8-14). El ángel viene y les explica lo que en la Biblia corresponde a los votos de los nazareos.

Muchos pasan por alto que en el intercambio entre el ángel y Manoa hay una dirección para todos los padres. Cada nacimiento es un milagro y los hijos son un regalo de Dios. David dice en el Salmo 139:14-16:

            Maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. No fueron encubiertos de ti mis huesos a pesar de que fui hecho en lo oculto y entretejido en lo profundo de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado, sin faltar nada de ello.

Manoa y su esposa son figuras representativas, ejemplos para padres y madres. Ellos no deciden la manera de criar a su hijo. Pudiéramos minimizar lo significativo de esta acción razonando que él y su esposa nunca antes habían sido padres y no tenían ningún punto de referencia para criar a Sansón. Es cierto, pero esto va más allá de eso; ellos reconocen que este hijo es especial y buscan el consejo de Dios para criarlo. La verdad es que todo hijo(a) es especial, y no me refiero al eufemismo para discapacitados, cada niño(a) viene con un plan personal diseñado por Dios que ningún otro humano puede cumplir.

No quiero ni pensar en los millones de millones de mujeres solteras y casadas a nivel mundial que se han sometido voluntariamente al aborto inducido porque un hijo(a) les estorba su “estilo de vida”. Sólo Dios sabe las consecuencias físicas, morales y espirituales que han tenido que pagar estas mujeres, el personal médico que realizó el procedimiento y quienes legislaron en favor del aborto; y sólo él sabe toda la bendición y provecho de que ha sido robada la humanidad con la matanza de estas criaturas a quienes no se les dio la oportunidad de ver la luz del día.

El voto

El voto nazareo está descrito en Números 6:2-21. La palabra generalmente denota a uno que se separa de los demás y se consagra enteramente a Dios. “Aunque antes de Sansón no se menciona a ningún nazareo, es evidente que existieron antes de la época de Moisés. El voto de un nazareo implicaba tres cosas: (1) abstinencia de bebidas alcohólicas, incluyendo vino; (2) abstenerse de cortarse el pelo de la cabeza durante el período de continuidad del voto; y (3) evitar el contacto con cuerpos muertos” (humanos y animales).3 Juan el bautista era nazareo (Lucas 1:15; 7:33).

Los nazareos hacían sus votos voluntariamente. No les eran impuestos por nadie, ni en el caso de Sansón donde pareciera que el ángel estuviera dictando a sus padres la manera de criarlo. Ciertamente, Dios tiene su manera en que quiere que vivamos, pero no nos obliga a cumplir a la fuerza. No obstante, Dios toma muy en serio los compromisos; no cumplirlos tiene consecuencias graves. En verdad hay dos elementos que vienen juntos: la realidad espiritual del compromiso y las señales externas que demuestran si lo estamos cumpliendo o no. En el caso de Sansón, además de abstenerse de bebidas alcohólicas y no tocar cuerpos muertos, una señal importante era no cortarse el pelo.

Eclesiastés 5:4-5 dicen: Cuando hagas un voto a Dios no tardes en cumplirlo; porque él no se complace en los necios. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, a que prometas y no cumplas.

Figuras representativas

Otro factor importante en los personajes de la Biblia que mencionamos brevemente es que son figuras representativas. Están ahí como ejemplos o modelos de cómo debemos ser nosotros. Desde luego que todos ellos juntos apenas alcanzaron a ser la “sombra” del Hijo de Dios hecho carne. Sansón era un nazareo, y representaba esa consagración voluntaria y extrema, de separación y entrega a Dios.

Mientras estaba en esa posición, era intocable, invencible y predominaba sobre los enemigos de su pueblo. Por mucho tiempo no pudieron atarlo ni lastimarlo. Sansón los dominaba. Pero cuando reveló el secreto de su fuerza, el dominador fue dominado, el intocable fue aprehendido, subyugado y acabó con la fuerza que representaban las señales de su separación absoluta para Dios. Se volvió tan débil como cualquier hombre. Lo más triste es que mientras esto sucedía, Sansón ni se daba cuenta del cambio de su realidad. Jueces 16:20 dice: Él despertó de su sueño y pensó: “Saldré como las otras veces y me escaparé”. Pero no sabía que el SEÑOR ya se había apartado de él.

La caída de Sansón no sucedió de la noche a la mañana; le llevó veinte años, no porque Dios estuviera complacido con su conducta, sino porque Dios es paciente y da oportunidades a su siervo para que se arrepienta y se vuelva a él, pero Sansón siguió cediendo a las inclinaciones de su carne. “A menudo recurría a formas impías y aceptaba casualmente cosas que claramente desagradaban a Dios como frecuentar prostitutas… En resumen, su corazón no estaba totalmente entregado a Dios. Estaba demasiado dispuesto a alejarse de los caminos de Dios sin ningún remordimiento al respecto.”4

Sansón prefería a las mujeres filisteas, no le importaba tocar animales muertos para satisfacer su hambre y usaba la fuerza de Dios al servicio de sus deseos personales. Esto no quiere decir que Dios no hubiera escogido a Sansón; tampoco, porque la Biblia no lo esconde, que eso signifique la aprobación de Dios. Aun cuando dice que “Su padre y su madre no sabían que esto provenía del SEÑOR,”. O cuando “el Espíritu del SEÑOR descendió con poder sobre él” y mató a treinta hombres en Ascalón y tomó sus despojos, para pagar la apuesta a los que habían interpretado con malicia la adivinanza de Sansón (Jueces 14:18-19).

La Biblia no hace mención de la participación de Dios cuando Sansón atrapó 300 zorras las amarró de las colas, les prendió fuego e incendió los trigales de los filisteos, ni cuando los golpeó con gran mortandad. Pero sabemos que la fuerza de este hombre era de Dios y se la prestaba para “comenzar a liberar a Israel de los filisteos. “ Después Dios se encargaría, y severamente, de las libertades que se estaba tomando. Cuando dice que “esto provenía del Señor,” no significa que así era como Dios quería. Pero que Dios es soberano y es el único que puede enderezar lo torcido y sacar provecho de un yerro. Pero un día llamaría a cuentas a Sansón.

Creeríamos que cuando Sansón oyera la confesión de sus compatriotas ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? …y los gritos de júbilo de los filisteos en Leji cuando vieron que sus propios hermanos cobardemente lo entregaban, que entonces captaría la idea de que Dios lo había hecho nacer para “comenzar a derrotar a los filisteos». Los detalles de lo que está pasando son muy evidentes para que no se diera cuenta de cuál era su llamado. Pero lo que vemos nuevamente es la soberanía y la paciencia de Dios al usar un instrumento defectuoso como Sansón. Y leemos… “Entonces el Espíritu del SEÑOR descendió con poder sobre él, las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado al fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. Y hallando una quijada de asno todavía fresca, extendió la mano, la tomó y mató con ella a mil hombres” (Jueces 15:14-15). Otra vez Sansón incumple sus votos de nazareo tomando en su mano “la quijada de un asno recién muerto.” Después de esto Sansón está cansado, tiene sed, pide agua al Señor y él se la da. “Él bebió, recobró su fuerza y se reanimó” (Jueces 15:19).

Dios limita su paciencia

La paciencia del Señor llega a su “límite” cuando ve que su siervo no cambiará y decide disciplinarlo. Usa a otra mujer como instrumento para llevarlo a la realidad de que sin Él somos hombres ruines. Poco a poco Sansón va cediendo a la presión de Dalila hasta que le revela el secreto de su fuerza. Los filisteos lo sometieron, le sacaron los ojos, y sus últimas horas las pasó divirtiendo a sus enemigos y fomentando la creencia de ellos de que el triunfo se debía a su dios Dagón. Alguien ha dicho “La carne siempre conduce a la glorificación de Satanás y es por eso que éste la mantiene activa. El diablo toma el lugar de gloria del Señor cuando la carne está en evidencia.”5

Reconocemos que la fuerza de Sansón era sobrenaturalmente milagrosa, pero que su voto de no cortarse el pelo, ligaba a Sansón directamente con Dios. Su pelo largo decía que estaba comprometido con Dios; su pelo rapado anunciaba el rompimiento de su relación con Dios. Cualquiera sea nuestra reacción a esto, lo cierto es que así lo tomó el Señor y le quitó Su fuerza.

Cuando Sansón ve que el pelo le creció, recuerda su compromiso con Dios y se vuelve a él arrepentido y cambiado. Ya no piensa más en su vida, se dispone a morir para seguir al Señor y dijo: ¡SEÑOR Dios, por favor, acuérdate de mí! Dame, te ruego, fuerzas solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos” (Jueces 16:28). Equivale a: ¡Señor, déjame sentir tu Espíritu una vez más y llévame contigo; ya no quiero vivir para mí! Es la clase de oración que Dios responde.

Fue un proceso sumamente penoso en todos sus aspectos, físico, emocional y espiritual, pero el más glorioso de los resultados: reencuentro con el Espíritu de Dios y el mayor triunfo de su vida, junto con la glorificación del nombre de su Señor. “Y fueron más los que mató al morir que los que había matado durante su vida” (Jueces 16:30).

Conclusión

Termino con estos pensamientos de Leonard Ravenhill: “Sansón cayó porque se rindió a lo natural y se durmió. Esa pequeña acción hizo que el enemigo lo sometiera a servidumbre, hiciera popular un dios falso, y lo despojara de la fuerza del Dios vivo.”

“Sansón no era ni remotamente parecido a Hércules o a Atlas. No era ninguna monstruosidad humana, ni la súper-edición de Goliat. Si Sansón hubiera sido un coloso, Dalila no le hubiera preguntado “en qué consiste tu gran fuerza”. El secreto de su fuerza era “el Espíritu del SEÑOR que descendía con poder sobre Sansón (Jueces 14:6). » Toda la historia se reduce a este asombroso hecho: su poder era sobrenatural.”6

Notas

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015

Hugo M. Zelaya es el fundador de las Iglesias de Pacto en Costa Rica y hasta septiembre del 2017 fue el pastor general de la Iglesia de Pacto Nueva Esperanza en San José. Él y su esposa Alice viven en La Garita, Alajuela, Costa Rica.

Citas

  1. Comentario de Adam Clarke Power Bible
  2. Mis notas de un mensaje predicado por el hermano Simpson en Dallas, Texas en la década del 70.
  3. Easton Bible Dictionary Power Bible
  4. Gary Wilkerson https://worldchallenge.org/content/different-spirit
  5. Encontré esta cita en mi cuaderno de notas pero sin crédito
  6. http://www.ravenhill.org/sleepgnt.htm