La perla de gran precio
Por Charles Simpson
¿Cuánto vale una persona?
En términos generales, nuestra sociedad confiere un valor especial a la vida (salvo en el caso de los no nacidos). No escatima costo alguno para buscar a una persona perdida, o para castigar a quien toma una vida inocente. Jesús nos enseñó el valor de la vida humana cuando dio la suya para salvar a otros.
Recuerdo en mi niñez a una familia que tenía una relación muy estrecha con la mía y a uno de sus hijos a quien le pusieron por nombre Pearle. A él no le gustaba su nombre porque le parecía que era de mujer. Entonces insistió que lo llamaran P.E., las iniciales de su nombre y apellido (P.E. son también las siglas de “Physical Education” en inglés, Educación Física en español1).
Perla probablemente no sea el mejor nombre para un muchacho, pero son pertenencias muy valiosas. Jesús compara el reino de los cielos con una perla de gran valor. En Mateo 13, cuenta la historia de un hombre que descubrió un gran tesoro en un campo, lo escondió, vendió todo lo que tenía y compró el campo. Dice también que el reino de los cielos es semejante a un comerciante buscando perlas finas y encontró una de gran valor, vendió todo lo que tenía y la compró. Las dos historias ilustran el valor del reino de los cielos y lo sabio que es sacrificarlo todo para obtenerlo.
El campo no solo representa el mundo en general, también el mundo de una persona en particular. La perla pudiera estar perdida o escondida en circunstancias muy feas. Quien busca tiene que ir ahí para encontrarla. Esto nos plantea una pregunta muy específica: ¿qué representa la perla? Quizás sea mejor preguntar ¿quién es la perla? Jesús no está buscando perlas naturales; él busca gente a quienes da un gran valor. Él las llama perlas.
Pedro y Mateo fueron perlas, aunque dudo que les hubiera gustado ese nombre. Jesús los valoraba. Cada uno era una perla de gran precio. Los valoraba de tal manera que entregó su vida por ellos, por usted y por el mundo. Debemos tener muy claras las respuestas a estas preguntas: el campo es el mundo; la perla es la persona.
Esto se complica cuando queremos el tesoro, pero no el campo. El campo es feo, peligroso y ofensivo. Con mucha frecuencia, los cristianos tenemos la tendencia de ver el mundo como a un enemigo en vez de como una oportunidad. Nos cohibe la vulgaridad, la vanidad y la promiscuidad. Pero ahí es donde están las perlas.
Las perlas naturales se encuentran en ostras que yacen en el fondo fangoso de la bahía. Es duro el trabajo de recogerlas con grandes tenazas. Las ostras son lavadas y abiertas con palancas para exponer las perlas, cuando las haya, y después las perlas son pulidas. Una razón por la que las perlas tienen gran valor es porque el proceso de buscarlas y pulirlas requiere mucho trabajo. Al final son preciosas, pero al principio están escondidas y son toscas.
Voy a contarles la historia de una “perla” que se llamaba Eddie. Él y yo nos hicimos amigos, pero su mundo era feo: metido en drogas, prostitución y crimen. Su vocabulario era el más vulgar y profano. Pero el Señor me llevó a él. Sí, era un campo muy malo, pero al final fue una perla de gran precio. La novia de Eddie era una perla también.
Era prostituta, su mundo feo y peligroso. Recuerdo cuando Eddie me invitó a conocer el mundo de ella. Yo nunca había visto algo semejante, pero ahí en su mundo le compartí el evangelio.
Ella no solo aceptó el ofrecimiento de Jesús, también se convirtió en “mercader” de perlas preciosas. Encontró muchas en el ministerio que el Señor le dio en las cárceles.
Muchas veces estamos esperando que las “perlas” vengan a la iglesia para examinarlas y ver si son dignas de sentarse con nosotros. Pero las perlas están escondidas “en alguna parte”. Los grandes tesoros a menudo pasan desapercibidos y nunca serán encontrados, a menos que los busquen aquellos que saben lo que Dios puede hacer. Debemos ir y buscar en campos peligrosos como hizo Jesús para encontrar las perlas de gran precio. Quienes no amen las perlas no se arriesgarán.
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Acerca del autor: Charles Simpson es pastor, autor de libros y maestro de la Biblia de renombre internacional y ha servido en el ministerio desde 1955. También es editor en jefe de la revista One-to-One, escritor de la Carta Pastoral y de este Blog,
Tomado con permiso del Blog de Charles Simpson de Octubre 18 de 2015
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015.
- Nota del traductor