Cómo crecer a semejanza de Cristo permitiendo que el Espíritu Santo transforme su forma de pensar.

Por Charles Simpson

Creo que la Biblia es la Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo. Creo que Jesucristo es la Palabra hecha carne. La Biblia no dice que amemos a Dios con nuestra mente, dice que tengamos la mente de Cristo. También dice que somos lo que pensamos (lea Marcos 12:30; Filipenses 2:5; Proverbios 23:7). De hecho, hay numerosas referencias bíblicas dirigidas a nuestra manera de pensar y actitudes. Toda la Biblia es acerca de enfocarse en el Señor, sus caminos y las cosas que están arriba.

­­­            Mi propósito es crecer en mi propia forma de pensar y espero ayudar a otros a hacer lo mismo. De manera que he estado meditando en mi propia manera de pensar y en cómo nuestra cultura parece estar o no pensando. Dado que la mente afecta el cerebro y éste al cuerpo, pareciera que la manera de pensar es vital para nuestra vida y nuestro futuro. Disfruto leer y escuchar todo lo que nos obliga a pensar como ejercicio para expandir la mente y hoy hay mucho material disponible del que podemos echar mano. No tenemos que estar de acuerdo con alguien para aprender algo de éste, pero tenemos que escuchar si hemos de crecer en nuestra forma de pensar. Mencionaré algunos de estos «ejercicios mentales» que he apreciado.

La Dra. Caroline Leaf, es una neurocientífica cristiana, que ha escrito y dado numerosas conferencias sobre la mente y su efecto biológico en el cerebro. Su libro, Switch on Your Brain (¿Quién me desconectó el cerebro? – Editorial Unilit), se ha convertido en un clásico. Ella hace eco de la narrativa bíblica sobre la importancia de lo que pensamos y de la manera en que pensamos. El Dr. Jordan Peterson, autor de 12 Rules for Life (12 Reglas para vivir: Un antídoto al caos), se ha convertido en un fenómeno en los últimos años y está atrayendo a millones de seguidores. Es profesor de psicología y psiquiatra en la Universidad de Toronto. Cita a Carl Jung diciendo: «La gente no tiene ideas; las ideas tienen gente”. En otras palabras, somos cautivos de nuestros pensamientos. Mi amigo, Stephen B. Clark, ha escrito un libro excelente y perspicaz, The Old Testament in the Light of the New (El Antiguo Testamento a la luz del Nuevo). Su libro está extremadamente bien documentado y está diseñado para darnos una nueva mirada a ambos testamentos. Otro amigo, Rex Miller, tiene una organización llamada Mindshift (Cambio de mentalidad), que demuestra cómo la colaboración con personas calificadas nos permite pensar en viejos problemas de nuevas maneras. Rex es consultor de algunas de las corporaciones más grandes de nuestra nación y ha colaborado para producir varios libros.

Entre las personas que nos estimulan a pensar, no hay nadie que iguale a Jesús y su «Sermón del Monte». El concepto de “segundo kilómetro» es el fundamento de todo su mensaje.

            Entre las personas que nos estimulan a pensar, no hay nadie que iguale a Jesús y su Sermón del Monte (Lea Mateo 5 al 7). Todo su mensaje está impregnado con el mensaje del concepto de llevar la carga de otro un ”segundo kilómetro». Mi amigo Bob Mumford lo llama La Constitución del Reino de Dios.

El Sermón del Monte   

El mensaje que Jesús predicó en el Mar de Galilea sigue teniendo un gran impacto en todo el mundo. Lo volví a leer y me di cuenta de que revela la mente de Cristo. Cuando llegué a Mateo 5:41, me pareció un buen tema para el artículo. “A cualquiera que te obligue a llevar carga por un kilómetro, ve con él dos.”. Yo llamo a esto el concepto del “segundo kilómetro” y es el fundamento de todo su mensaje.

Romanos 8:28 dice que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman y son llamados conforme a su propósito, y ese propósito es conformarnos a la imagen de su Hijo. Entonces, él usa cosas, ideas y eventos para concebir o formar el entendimiento; para pensar más como Jesús.

Para entender mejor el Sermón del Monte en Mateo capítulos 5-7, necesitamos ver el contexto histórico en el que Jesús habló. Israel estaba bajo el dominio romano y había muchas restricciones romanas sobre los judíos las cuales eran opresivas y repugnantes. Una de esas reglas era que un soldado u oficial romano podía exigir a un hombre judío que llevara la carga de ese romano por un kilómetro. Esta regla no sólo era difícil, sino humillante. El resentimiento judío era profundo y, sumado a todo esto, los romanos eran paganos y adoradores del emperador. ¡Anatema!

Mientras que los judíos resentían a los romanos, había muchos resentimientos y divisiones dentro de la misma cultura de Israel. Los fariseos conservadores estaban divididos de los saduceos liberales. También estaban los herodianos simpatizantes romanos y los esenios escapistas.

La religión era un problema; muchos eran adherentes legalistas a decenas de reglas y eran muy polémicos. Había muy poca gracia hacia los delincuentes y la sentencia de muerte por lapidación no era infrecuente. Los líderes religiosos estaban centrados en la apariencia y la tradición, y ciegos a la condición real del pueblo. La actividad demoníaca y la enfermedad prevalecían a pesar de que las personas eran muy religiosas. Fue en este medio que Jesús dijo: «Ve dos kilómetros con ellos». Para muchos, incluidos sus discípulos, llevar la carga de otra persona un kilómetro era impensable, absurdo y fuera de discusión ¡y peor si era romano! Y Jesús les dijo ¡que la llevaran dos kilómetros!

El clima de rebelión había ido creciendo, y Roma, la potencia mundial dominante, ya había reprimido fácilmente las rebeliones menores. Pero se avecinaba una revuelta mayor, y en el año 70 d.C. los judíos serían asesinados por miles; muchos morirían crucificados. El concepto del “segundo kilómetro”, sería rechazado junto con Jesús. Él vio venir la matanza y ofreció un mejor camino para pensar mejor; pero ellos estaban atrapados en sus propias ideas.

El concepto del segundo kilómetro    

            Últimamente he pensado mucho sobre mi manera de pensar y la de nuestra cultura, cómo afecta nuestras mentes, actitudes, cerebros, cuerpos, salud, familias y nuestra nación. Eché otro vistazo al Sermón del Monte y esa expresión del pensamiento de Cristo. Cuando llegué a Mateo 5:41, me di cuenta que si había un concepto de un “segundo kilómetro”, entonces tenía que haber un concepto de un “primer kilómetro». Mientras leía, comencé a contrastar las dos formas de pensar.

            Jesús comenzó su sermón con la palabra «bienaventurados», que significa, entre otras cosas, tener el favor divino. Eso podría incluir salud, prosperidad y una buena jornada para aquellos que consideran sus palabras. Evidentemente, el concepto del primer kilómetro no era bienaventurado. Veamos algunos de los contrastes entre estos dos conceptos: el de ir el primer kilómetro y el de ir el segundo kilómetro:

  • Los que iban sólo el primer kilómetro pensaban en sí mismos – los que iban el segundo kilómetro pensaban en los demás.
  • Los del primer kilómetro cumplían con su deber – los del segundo kilómetro iban más allá del deber.
  • Los del primer kilómetro eran cumplidores de la ley – los del segundo kilómetro pasaban de la ley a la gracia.
  • Los del primer kilómetro eran orgullosos – los del segundo kilómetro eran humildes.
  • Los del primer kilómetro eran vengativos – los del segundo kilómetro eran perdonadores.
  • Los del primer kilómetro estaban enfocados en las apariencias – los del segundo kilómetro estaban enfocados en el carácter y la pureza de su motivación
  • Los de primer kilómetro injuriaban a sus enemigos – los de segundo kilómetro respondían con bondad.
  • Los del primer kilómetro podían ser brutales – los del segundo kilómetro tenían misericordia.
  • Los del primer kilómetro eran combativos – los del segundo kilómetro buscan la paz.
  • Los del primer kilómetro son iracundos – los del segundo kilómetro se controlan en el conflicto.
  • Los del primer kilómetro ven el edificio – los del segundo kilómetro ven el fundamento.
  • Los del primer kilómetro no ven la tormenta que se avecina – los del segundo kilómetro se preparan antes que llegue.
  • Los del primer kilómetro son rígidos – los del segundo kilómetro son flexibles sin pérdida de carácter.
  • Los del primer kilómetro tienen una mentalidad que conduce al caos – los del segundo kilómetro traen orden en el caos.
  • Los del primer kilómetro ven el problema – los del segundo kilómetro ven soluciones.

Estos son solo algunos contrastes de los muchos que veo. Recordemos que la Ley es santa; somos nosotros los que no somos santos. Jesús no vino a destruir la Ley, sino a cumplirla e ir más allá de sus requisitos, el segundo kilómetro y más allá.

Entiendo, por cierto, el concepto del primer kilómetro. Alguna vez fui un «fundamentalista» y, como algunos añaden, «peleón». He creado conflictos innecesarios debido a haber sido rehén de una perspectiva.

Esto no quiere decir que debamos de ser pasivos. Hay muchas escrituras que nos dicen que estamos en una guerra contra poderes, principados y maldad espiritual en lugares altos. Sin embargo, nos dicen que la guerra no es contra carne y hueso. Debemos recordar que nuestros enemigos también están cautivos.

El asunto es ¿cómo ganamos la batalla? ¿Es por el concepto del primer kilómetro o una mentalidad del segundo kilómetro? Espero que la respuesta sea evidente.

¿Importa?   

            ¿Importa si luchamos por nuestra posición, si destruimos a nuestros enemigos y ganamos victorias temporales? ¿Será eso bienaventurado? ¿O la bendición finalmente vendrá si tenemos una mentalidad del segundo kilómetro? ¿Podemos realmente cambiar los corazones de los enemigos por la forma en que pensamos en ellos? Esto es difícil y a menudo costoso a corto plazo. Los gobiernos pueden declarar la guerra justamente a otras naciones, pero nuestra batalla está en una dimensión diferente.

            Estas preguntas fueron sin duda formuladas por los apóstoles que eran hombres comunes, pescadores, recaudadores de impuestos e incluso fanáticos. Mateo entendió lo que era ser egoísta. Pedro sabía cómo usar la espada. Santiago y Juan querían mandar fuego contra los oponentes. Cambiar su manera de pensar no fue fácil. Todavía estaban luchando cuando Jesús fue crucificado, e incluso después de la resurrección. Creían que él era el Mesías, pero a su manera.

            Estas son mis luchas y las suyas, pero tener un cambio mental, especialmente ahora, es crítico. No fue hasta en Pentecostés, cuando fueron llenos del Espíritu Santo, que el cambio dramático en su manera de pensar se hizo evidente. Fue después que cambiaron la historia, y eso debería ser evidente para todos nosotros.

Sólo el Espíritu Santo puede hacer efectiva la transformación necesaria en nuestro entendimiento; la religión no es suficiente. Pero si ponemos nuestra mente en Jesús y en las cosas de arriba, seremos transformados (ver Romanos 12: 2). Podemos convertirnos en luces en esta noche. No debemos permitir que cualquier idea nos posea o controle en contra de la mente y la voluntad de Cristo.

Antes de conocer a Jesús, el apóstol Pablo había sido un pensador rígido del primer kilómetro, yendo más allá de las fronteras de Israel para encontrar y perseguir a los cristianos. Dio su consentimiento para que apedrearan a Esteban. Pero en el camino, se encontró con Jesús. Luego fue lleno del Espíritu Santo y se convirtió en un pensador del segundo kilómetro.  Innumerables siervos de Dios que nos han precedido han tenido historias similares. El gran himno de John Newton «Divina Gracia» es el testimonio de un anterior comerciante de esclavos que fue salvado y transformado en un pensador del segundo kilómetro.

Romanos 2:4 dice que es la bondad de Dios la que nos guía al arrepentimiento. Me pregunto si ver la lapidación de Esteban, quien pidió a Dios que perdonara a sus asesinos, no tuviera un impacto dramático en Pablo. ¡Esteban estaba lleno del Espíritu Santo!

Creciendo   

            He examinado mi propia mente y cómo ha cambiado a través de los años, a menudo a través de experiencias dolorosas como las que los apóstoles experimentaron en la cruz. Estoy seguro de que hay más por delante. Y he caminado con otros en su jornada. ¡Si hemos de crecer, vamos a cambiar, con la providencia de Dios, de gloria en gloria!

Por lo general, tenemos que descubrir por nosotros mismos que necesitamos cambiar, pero creo que el Espíritu Santo está caminando a nuestro lado en ese proceso. Él puede usar muchas y diferentes herramientas, «todas las cosas», para instarnos, incluso «incitarnos» hacia la mente de Cristo. Doy gracias a Dios porque es bueno, paciente y fiel. El que comenzó la buena obra en nosotros también lo completará si permanecemos abiertos a él. ¡Sea bienaventurado!

CHARLES SIMPSON es editor en jefe de la revista One-to-One. Ministra extensamente en todo los Estados Unidos y entre las naciones.

Tomado con permiso de One-to-One Magazine edición del verano de 2019

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015.