Navegando sobre olas enfurecidas

Carta pastoral -S. Simpson

Querido amigo en Cristo:

Nací y he vivido toda mi vida en la costa del Golfo de México. El mar me ha fascinado siempre. Cuando era niño, a menudo salía con mi papá en un bote pequeño que teníamos. En una ocasión que salimos a la Bahía de Mobile, Alabama, de repente se desató una tormenta. Podía sentir que papá y los otros hombres que estaban con nosotros en el bote estaban preocupados. Las olas se volvieron muy agitadas y muy altas. A cierta distancia de donde estábamos, se formó una tromba marina, (columna girante de agua pulverizada formada por el torbellino. Inmediatamente pusimos rumbo a tierra y gracias a Dios, volvimos a puerto sanos y salvos.

Ruego a Dios que esté disfrutando de un tiempo maravilloso en el Señor. Muchas gracias por su amistad, apoyo y oración por este ministerio. Este mes, quiero compartir con usted algo que espero en Dios será de aliento en estos tiempos tumultuosos. ¿Será posible ver la adversidad convertida en triunfo? ¡Sí! ¡Yo creo que, en Cristo, lo es!

En 1969, el mortal huracán Camille de Categoría 5 golpeó el área donde vivíamos y devastó la costa cercana de Mississippi. Mis padres fueron a Biloxi, Mississippi, poco después, y vieron cómo una marejada de 10 metros de alto había destruido prácticamente todo. Me imagino cómo se verían los 10 metros de agua enfurecida. Papá y mamá dijeron que la escena era desgarradora.

Después de pasar por algunos huracanes y tornados, me he convertido en una persona interesada por el clima. Supongo que cualquiera que haya vivido en nuestra área lo es, de cierta manera. Hemos visto lo que pueden hacer las olas. En esta época del año, que es temporada de huracanes, siempre estoy buscando información sobre el tiempo en los canales de televisión para ver qué sucede en el Mar Caribe o en las lejanas islas de Cabo Verde en el Atlántico. Sabemos que si vemos al meteorólogo haciendo un reportaje en vivo desde nuestra ciudad, probablemente sea el momento de buscar refugio.

El poder de las olas

¿Qué pasa con los barcos que viajan por los mares? Después de haber pasado bastante tiempo en barcos de todos los tamaños, me encanta leer y estudiar historias marinas. Hoy en día, personas valientes a bordo de embarcaciones de pesca en todo el mundo trabajan en condiciones muy peligrosas para llevar deliciosos mariscos a nuestras mesas. Buques de contenedores atraviesan los océanos, abasteciendo al mundo de toda clase de bienes y haciendo que las economías globales funcionen.

El libro más vendido de Sebastian Junger, La tormenta perfecta, describe las enormes olas de 15 metros que acechan el Océano Atlántico Norte. Incluso los barcos más grandes del mundo están en peligro cuando se levanta estas  monstruosas olas. A medida que los científicos e investigadores descubren más sobre las olas revoltosas, dicen que decenas de barcos se hunden anualmente por causa de estas gigantescas olas.

Y, sin embargo, hay lugares especiales en el mundo con nombres como Pe’ahi («Jaws»), Teahupo’o, Cortes Bank, Waimea Bay, Nazare y Mavericks donde la gente no huye de las olas masivas, más bien nadan hacia ellas. Estos lugares son donde expertos surfistas llamados «watermen1» se reúnen para montar los gigantes. Estas olas de 10 metros y hasta MÁS ALTAS se estrellan contra la costa como rascacielos acuáticos.

¿Qué mueve a estas personas a participar en un deporte tan peligroso? ¿Cómo es posible que algo así y con tanto potencial de destrucción pueda ser algo bello, poderoso y emocionante? De hecho, la misma fuerza que puede destrozar la proa de un superpetrolero también puede proporcionar una sensación increíble para una persona con audacia, habilidad, pasión y visión.

Las olas son un hecho de la vida y la naturaleza, y también lo es la adversidad. Nuestra perspectiva de la adversidad puede determinar si somos destruidos por ella o transportados por ella.

Vencedores

Jesús fue enviado a la tierra para revelarnos al Padre. Cuando nos relacionamos con Jesús y creemos en él, descubrimos el corazón y el propósito del Padre para nuestras vidas y para el mundo. En Juan 16:33, Jesús dio a sus seguidores una palabra maravillosamente reconfortante de su propia experiencia: “Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!

Jesús no dice que temamos la adversidad o que vivamos negándola. En cambio, dice cómo enfrentarla: con buen ánimo en el conocimiento de su victoria y de nuestra victoria en él. Me cautivan sus palabras que abren Juan 14: «No se turbe el corazón de ustedes…». Jesús no gastó su tiempo preocupándose por la adversidad. En cambio, como un gran surfista, sabía cómo montarla para que lo llevara a una gloria aún mayor. Hay algo especial en el ADN de aquellos que han nacido de nuevo a través de la fe en Jesucristo. Como hijos de Dios, tenemos una perspectiva diferente sobre la adversidad.

Un capitán de mar o un dueño de casa pueden mirar una ola de 10 metros con alarma, pero un experimentado “waterman” la ve como una oportunidad. Vea lo que dice Juan:

                  “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró ama también al que es nacido de él. En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan 5:1-5)

La fe no es sólo creer en Dios, sino creerle a Dios. Cuando él habla, recibimos su Palabra, y seguimos sus directivas. Al hacerlo, vencemos y somos salvos; no sólo nuestra salvación eterna, sino la salvación que nos hace vencer día a día.

Hay vida, fortaleza y sabiduría para guardar sus mandamientos. No es un trabajo o una tarea pesados. Es una bendición que desata poder. Romanos 14 dice que la duda trae juicio y lo que no es de fe es pecado. La fe es agradable a Dios; la fe es relacional; la fe vence (lea Hebreos 11).

Chasing Mavericks

Una de mis películas favoritas con temas de surfeo es la película de 2012 “Chasing Mavericks” protagonizada por Gerard Butler. Basado en una historia real, presenta imágenes increíbles de olas gigantes. Es también una gran historia sobre la paternidad y la mentoría. Un joven adolescente sin padre llamado Jay Moriarity le pide a un surfista mayor y establecido que le enseñe a surfear olas gigantes. Jay es un surfista muy hábil en la playa local, pero quiere ir a la costa de California a un lugar secreto llamado Mavericks, donde las olas pueden crecer hasta 18 metros.

El mentor, llamado Richard «Frosty» Hesson, acepta entrenar a Jay, pero le dice que tiene que escuchar y seguir las instrucciones completamente, sin discusión. Es absolutamente una cuestión de vida o muerte. Jay es joven y demasiado confiado, le dice a Frosty que está listo para los Mavericks2. Frosty le dice a Jay que él es bueno, pero todavía no tan bueno:

 «Surfear olas normales se trata de cómo las manejas cuando todo va bien. Surfear olas gigantes tiene que ver con cómo las manejas cuando todo sale mal”. – Frosty Hesson

¡Qué lección más poderosa para la vida! Frosty pone a Jay a través de todo tipo de pruebas para enseñarle a montar a gigantes: pruebas físicas, mentales, emocionales e incluso pruebas espirituales. Por supuesto, Jay no siempre entiende lo que Frosty está tratando de enseñarle o por qué es importante. Pero llega el día en que Jay es derribado por una monstruosa ola de 15 metros; hundido y atrapado bajo el agua, finalmente lo entiende.

Cuando la vida te derriba, y la adversidad te ha dominado, es demasiado tarde para prepararte para ese momento; ya estás allí. Pero si hemos establecido nuestra fe en Jesús, su Palabra y sus caminos, no sólo podemos superar la adversidad, sino que podemos ser transformados y transportados por ella misma. La adversidad no tiene que ser algo que nos aplaste; en Cristo, puede llevarnos de gloria en gloria.

                  “Por tanto, no desmayamos; más bien, aunque se va desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando de día en día. Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable; no fijando nosotros la vista en las cosas que se ven sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, mientras que las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:16-18).

Esa es una perspectiva diferente de la vida. El hombre acuático estudia las corrientes y los contornos del fondo marino bajo las olas. Él sabe cómo es el clima a miles de kilómetros de distancia que afectará el patrón del oleaje. Ve algo que no se puede ver para el ojo inexperto.

En el Espíritu Santo, podemos ser como “watermen”, y ver lo invisible. Podemos esperar en algo, aunque esté lejos, más allá del horizonte. Incluso podemos saber cómo levantarnos cuando somos derribados. Entendemos que la capacitación es necesaria, que los mentores y los compañeros de surf son esenciales, y que incluso el fracaso temporal puede ser un gran maestro.

Por su gran gracia, Dios nos da su fuerza en nuestros tiempos de debilidad (lea 2 Corintios 12). Los héroes más grandes llegan a ser poderosos en la batalla. Podemos ser así…” No somos de los que se vuelven atrás para perdición sino de los que tienen fe para la preservación del alma.” (Lea Hebreos 10-11). No somos de aquellos que huyen cuando llegan las olas grandes, si no que subimos a nuestras tablas y bogamos para encontrarnos con ellas.

Enfoque

Como las olas, la adversidad es un hecho de la vida. Necesitamos reconocer nuestra necesidad de Dios… su presencia y su Palabra. Esa es una cuestión de vida o muerte. No es si vienen las tormentas, sino cuándo vengan. Necesitamos mentores y amigos. Cada uno de nosotros necesita un «Pablo» para entrenarnos y cuidarnos; necesitamos un «Silas» para alentarnos y correr junto a nosotros como compañeros; y necesitamos un «Timoteo» en el que podamos invertir nuestras vidas y enseñarles lo que hemos aprendido.

Necesitamos prestar atención y orar para que el Espíritu Santo nos dé discernimiento y comprensión de los tiempos. He oído decir que la observación más la dedicación es igual a la edificación. Incluso los pescadores entrenados pueden tener dificultades cuando las mareas cambian repentinamente. Vivimos en un día en que las mareas de nuestra sociedad están cambiando constante y repentinamente. Pero un “waterman” entrenado entiende que el cambio es una realidad, y él sabe cómo responder al cambio… incluso a un cambio inesperado. Frosty le dijo a Jay: «El miedo a veces nos hace enfocar, pero el pánico paraliza».

Hay muchas crisis en nuestro mundo hoy que me preocupan. Que nuestras preocupaciones nos lleven a la oración y la obediencia, creyendo que Dios es soberano y que nuestra esperanza está en él. Que la adversidad también nos impulse a relaciones más profundas entre nosotros, para aliento y fortaleza. Donde los creyentes viven juntos en unidad, el Señor manda una bendición de vida para siempre (lea el Salmo 133).

Continúe recordando a CSM en sus oraciones y en su presupuesto este mes. ¡Apreciamos profundamente su apoyo! Si desea recibir un audio ampliado en VIVO de esta Carta Pastoral, visítenos en línea… Finalmente, asegúrese de marcar su calendario ahora para GATLINBURG 2019: «SPIRIT & TRUTH (Espíritu y Verdad)», nuestra Conferencia anual de Liderazgo de CSM, que tendrá lugar del 14 al 16 de mayo, en las hermosas montañas del este de Tennessee. ¡Que el Señor lo bendiga y lo anime este mes, y siempre!

En Jesús,

Stephen Simpson

Referencias bíblicas: JUAN 16:33; JUAN 14; 1 JUAN 5: 1-5; ROMANOS 14; HEBREOS 11; 2 CORINTIOS 4: 16-18; 2 CORINTIOS 12; HEBREOS 10-11; SALMO 133

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015.

STEPHEN SIMPSON es el Editor de One-to-One Magazine y el Director de CSM Publishing. Además del ministerio de publicaciones, Stephen ha servido al liderazgo de iglesias y ministerios en Costa Rica, Florida, Mississippi, Texas y Michigan, además de haber sido el pastor principal de Covenant Church de Mobile, Alabama (2004-2013). Él continúa viajando en el ministerio a través de América del Norte y en otras naciones.ss

Tomado con permiso de la Carta Pastoral, septiembre del 2018

N.T.

1. Waterman es una persona que disfruta del mar a través de varias disciplinas del surfing.

2. Mavericks, una de las olas más grandes y más peligrosas hacia las que un surfista puede remar.