Padregrama es un servicio para los padres y está diseñado como una carta breve, al punto y estimulante para aquellos padres que quieran ser efectivos.

Este Padregrama tratará de la responsabilidad económi­ca (la nuestra, la suya, la de sus hijos) y cómo enfrentar el futuro.

Los años 30 trajeron una gran depresión económica. Los 40 una guerra internacional y el comienzo de una enfermedad económica: la inflación.

Con los 50 vino la guerra en Corea y algunos «días felices».

En los 60 fue la guerra en Vietnam, el auge de la cultura «hippie» y mucho malestar social.

Los 70 fue la década de los escándalos internacionales al estilo Watergate, y el comienzo de una recesión econó­mica.

¿y los 80? ¿Qué nos traerán? Queramos o no, es tiempo que pensemos en cómo prepararnos.

LISTOS O NO, LOS 80 ESTAN AQUI:

Si usted es un esposo y padre, usted es un líder que deberá rendir cuentas a Dios por su esposa y sus hijos. Una de sus responsabilidades mayores y más exigentes es anticipar y prepararse para el futuro.

Proverbios, un libro de sabiduría, nos recuerda de la hormiga que se prepara para el invierno. Jesús cuenta la historia de ciertos agricultores y mercaderes que mostra­ron su diligencia y preparación y los contrasta con otros que no lo hicieron.

La mayoría de nosotros está tan ocupado con el presente, que apenas si reflexiona sobre el pasado o se prepara para el futuro. Cuando no hay una preparación ni un plan, nuestra tendencia es la de tomar el camino de menor resistencia. Este camino es el que tuerce a los ríos y a los hombres. Nadie «flota» hacia el éxito.

Debemos usar el tiempo y los cambios como escalera hacia el éxito. Ellos nunca se detienen y si nosotros lo hacemos, nos arrollarán con seguridad. C.S.

SUGERENCIAS: Junte a su familia y discu­tan este tema. Deje oportunidad a todos que compartan. Considere las siguientes preguntas:

  1. ¿Cuáles son nuestras metas como familia?
  2. ¿Cuáles son nuestras metas personales?
  3. ¿Qué esperamos ser de aquí a diez años?

(Considere la posibilidad de cada miembro de la familia).

  1. ¿De qué manera espero alcanzar estas metas?
  2. ¿Cómo encaja todo esto dentro del señorío de Cristo?
  3. ¿Cuál es el lugar de la oración y el estudio de la Biblia en mi desarrollo personal?
  4. ¿Qué podemos decir de la necesidad de coopera­ción?

Discuta también la situación económica de la familia.

Ayude a sus hijos a comprender la necesidad de vivir dentro de sus medios.

ENSEÑE A SUS HIJOS SOBRE El DINERO: (Lea Mateo 25:14-30)

Jesús enseñó sobre muchos temas. Uno de ellos es el dinero. Contó la historia de un hombre rico que se fue de viaje y dejó su dinero con sus siervos. A uno le dejó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil.

El que recibió las mil las escondió mientras que los otros dos invirtieron el dinero con sabiduría. Cuando el hombre regresó, los dos que habían invertido doblaron las cantidades.

El que escondió el dinero no tenía una buena relación con su amo. Su inseguridad lo hizo actuar mal. El amo elogió a los dos siervos fieles y los recompensó. El otro fue juzgado severamente por su maldad y por su pereza.

PREGUNTAS

  1. ¿A quien pertenecen las riquezas en el mundo? (Salmo»24:1; Hageo 2:8).
  2. ¿Se interesa Dios en la manera que administramos el dinero?
  3. Piense en la cantidad de dinero que usted recibe cada semana o cada mes. ¿Qué hace usted con ello?

SUGERENCIAS:

  1. DIEZME: (10 por ciento de su salario) al ministerio de quien recibe usted cuidado, su iglesia local.
  2. AHORRE: Consistentemente un porcentaje para ne­cesidades especiales.
  3. GASTE: En sus necesidades básicas presupuestadas.

Evite todo gasto impulsivo.

  1. COMPARTA: Con otros en necesidad, según le indi­que el Señor.

PATRIMONIO: (Jesse Awens, campeón olímpico)

«Nunca supe lo que era la seguridad económica, pero sí lo que era tener seguridad emocional. No creo que sea de mucha importancia vivir en un vecindario rico o en  una buena casa, sino la clase de hogar que se tenga. Mi padre era agricultor, pero nunca permitió que mis hermanas tra­bajaran en el campo. Ellas se quedaban en casa con mi madre haciendo el oficio. Ese era su trabajo. Cuando cumplí siete años de edad, se me asignó un peso de 100 libras de algodón al día que recoger.

Eso es mucho algo­dón, pero cuando regresábamos a casa por la noche y nos sentábamos a la mesa para comer, nos tomábamos de las manos y dábamos gracias a Dios. Esa era la clase de familia que tenía. Primero que todo, la motivación emana del hogar, del amor, la obediencia y el respeto que es enseñado. Segundo, todos deben tener algo en qué creer. Todos deben tener un sueño. Y es muy importante tener una actitud que asuma que es capaz de alcanzar su meta». (Tomado de la revista Parade).

MATERIAL DE ENSEÑANZA: (Gen:. 12-24).

NUESTRO PADRE ABRAHAM

Abraham, que significa «padre de una multitud», vivió como dos mil años antes que naciera Jesús. Abraham no tenía hijos. En realidad, él y su esposa Sara estaban dema­siado viejos para procrear, pero ambos amaban al Señor y trataban de obedecerle.

Un día Dios habló a Abraham y prometió darle un hi­jo. También le prometió bendecir a todas las familias del mundo con su hijo.

Muchos años pasaron sin que tuvieran el hijo. Abraham pensó que talvez el hijo de uno de sus siervos sería el que Dios le había prometido. Después pensó que si tuviera un hijo con Hagar, la esclava de Sara, que él sería el prometi­do por Dios. Pero tampoco era él. Dios cumplió su prome­sa cuando Abraham tenía cien años y Sara más de noven­ta. Su nombre fue Isaac que quiere decir «risa».

Un día Dios le dijo a Abraham que llevara a su hijo a Moriah y lo ofreciera allí en sacrificio. Abraham no entendía, pero se preparó para obedecer lo que Dios mandaba. Cuando estaba a punto de matar a su hijo, Dios le ense­ñó un carnero trabado en un zarzal cercano para que lo ofreciera en lugar de su hijo.

Dios probó a Abraham para ver si podía confiarle a su hijo. Abraham sabía que Dios podía resucitar a Isaac si hubiese sido necesario para mantener su promesa.

Isaac fue el padre de Esaú y de Jacob, quien fue el padre de las doce tribus de Israel, de donde nació Je­sús, el Rey de reyes, quien ha bendecido a todas las naciones.

Para Discusión

  1. ¿Qué es lo más sobresaliente de Abraham?
  2. ¿Cuál es el significado del nombre Abraham?
  3. Abraham como padre, ¿qué nos enseña?
  4. ¿Qué significa Isaac?
  5. ¿Cumplió Dios su promesa?
  6. ¿Cuáles eran las promesas?
  7. ¿Cómo las cumplió?

PREPARESE PARA EL FUTURO

  1. Sólo Dios conoce el futuro; camine cerca de El por su fe en Jesucristo.
  2. Desarrolle una buena relación con su familia, su pas­tor y su iglesia. Hágalas seguras y mutuamente satis­factorias. Dé su tiempo a estas áreas.
  3. Adopte una actitud que vea las circunstancias de una manera redentiva, (Rom. 8:28). Acepte los re­tos que le ofrece el futuro como oportunidades para su crecimiento.
  4. Estimule el gozo del Señor y el buen humor en su hogar. Es saludable.
  5. Ponga en orden su situación económica. Mantenga sus deudas dentro del marco de sus entradas.

Comparta las ideas del Padregrama con otros padres.

Mándenos sus sugerencias en las áreas de finanzas, delega­ción de responsabilidades y actividades con la familia.

Sinceramente,

Vernon y Charles Simpson

Reproducido de la Revista Vino Nuevo Vol 3. nº 9 set-octubre 1980