Stephen Simpson
Querido amigo en Cristo:
Pedimos a Dios que todo esté bien con usted y los suyos en lo que va del 2020. En esta carta, compartiré algunas pensamientos sobre cómo podemos ser luces brillantes en un mundo en tinieblas. En primer lugar dejemos de ver nuestras circunstancias como desalentadoras, y veámoslas como oportunidades para el Espíritu Santo.
Chuck Norris es un actor estadounidense de los grandes del cine de acción de renombre mundial. Un chiste basado en el dicho: a donde fueres, haz lo que vieres, dice que Chuck Norris es tan rudo que cuando está en Roma, ¡los romanos hacen lo que él hace! La siguiente es una pregunta en serio: ¿qué hacemos nosotros cuando estamos «en Roma»? ¿Hacemos «lo que hacen los romanos» o ejercemos nuestra influencia en la cultura que nos rodea? Nunca ha habido nadie más fuerte que Jesucristo, y nadie ha tenido un impacto más eterno en el mundo, y Jesús dijo a sus discípulos:
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede ser escondida. Tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos (Mateo 5:13-16).
Jesús dice que sus seguidores son «sal y luz». La sal tiene la virtud de sazonar y conservar alimentos; mata las bacterias que pudren (descomponen, corrompen) la materia orgánica que comemos. También es un elemento que da sabor y es un agente aglutinante con efecto cohesivo. La sal era tan apreciada en el mundo antiguo que a menudo se usaba como forma de pago. La sal que pierde su salinidad no tiene valor alguno. Jesús usa la figura de la “sal” como un agente de influencia en la sociedad.
La luz es más poderosa que las tinieblas. Siempre subyuga, derrota y vence la oscuridad; fue creada para ser percibida, no para que la escondan. Cuanto más alto se levanta, mayor la distancia de iluminación. Jesús nos dio éstas dos excelentes figuras para describir nuestro testimonio e influencia en el mundo. Su propósito no es solo llevarnos al cielo cuando muramos. Hasta entonces, nos dejó en el mundo para orar y ocuparnos en la extensión del reino de Dios, para que se “haga la voluntad de Dios, en la tierra, como en el cielo” (Mateo 5-7).
“Cuando en Roma,” el apóstol Pablo comunicó un mensaje cambió la ciudad, la historia y el mundo entero. El poder de la Palabra de Dios y el Espíritu Santo de Dios transformaron la vida de quienes lo recibieron; algo que ningún ejército o agencia de gobierno esperaría lograr. Antes de llegar personalmente a Roma, Pablo escribió una carta a los cristianos que vivían allí para animarlos:
Pero no quiero, hermanos, que ignoren que muchas veces me he propuesto ir a ustedes (y hasta ahora he sido impedido) para tener algún fruto también entre ustedes así como entre las demás naciones. Tanto a griegos como a bárbaros, tanto a sabios como a ignorantes soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy para anunciarles el evangelio también a ustedes que están en Roma. Porque no me avergüenzo del evangelio pues es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primero y también al griego. Porque en él la justicia de Dios se revela por fe y para fe como está escrito: Pero el justo vivirá por la fe (Romanos 1:13-17).
ROMA
Hoy, Roma es una bella y romántica ciudad, llena de iglesias, música, comida, fuentes y turistas. En los días de Pablo, Roma era una potencia militar imperial, la capital del mundo occidental, dominada por una sucesión de dictadores tiránicos, corruptos y brutales que exigían y recibían adoración absoluta. Roma afirmaba que «César era el Señor». Pablo declaraba: «¡Jesús es el Señor!»
Roma era el epicentro del odio contra los judíos y contra los seguidores de Jesucristo; era un lugar sumamente peligroso para los que amaban al Señor. La superioridad tecnológica y militar no significa necesariamente superioridad moral; no entonces, ni ahora.
Pablo era ciudadano romano de nacimiento, y fue su reclamo de ciudadanía lo que finalmente lo llevó a Roma, aproximadamente tres años después de su carta a los cristianos romanos. Audazmente, Pablo declaró y demostró el evangelio del Reino de Cristo y enfrentó directamente el poder del César. Aquellos que recibieron el Evangelio se convirtieron en sal y luz, y volvieron el mundo al revés, incluso mucho después de que Pablo fuese ejecutado por su fe.
Las Escrituras presentan a Roma como un símbolo del sistema mundial. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo (Juan 15:19). Es decir, vivimos aquí y estamos llamados a ser embajadores de Jesús en el mundo, pero nuestra ciudadanía está en el cielo (Filipenses 3:20). Nuestras mentes y corazones están arraigados y cimentados en el Rey y su reino. Nuestro afecto y objetivos están puestos en él y esto transforma nuestra forma de vivir. Él se deleita y produce gozo en nosotros. Esta jornada la iniciamos en el momento en que recibimos a Jesús como Señor y aceptamos nuestra salvación en él. Lo que hemos recibido de gracia de él, ahora lo damos de gracia a otros (Mateo 10:8).
Pablo comunicó con precisión el mensaje del reino a los cristianos romanos antes de viajar a Roma, y luego pasó por lo menos dos años con ellos antes de ser martirizado. Recomiendo que lea la carta completa a los Romanos, junto con los relatos de Hechos, para que usted también sepa qué hizo Pablo «cuando en Roma…» Mencionaré brevemente solo cuatro verdades
Recuerde quién es Dios
En Romanos 1:18-32, Pablo traza la trágica espiral descendente, inevitable y terrible que ocurre cada vez que la gente olvida a Dios y no le agradece. Los versículos 21 y 22 dicen: Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias; más bien, se hicieron vanos en sus razonamientos, y su insensato corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron fatuos.
Proverbios 4:23 nos recuerda que debemos guardar el corazón con toda diligencia, porque de él emana la vida. Si esperamos que el Espíritu Santo se mueva entre nosotros, debemos arrepentirnos, ser lavados y renovarnos en nuestra reverencia y aprecio de Dios.
¡Que la adoración auténtica surja nuevamente del pueblo de Dios! Que seamos restaurados y proclamemos desde nuestros corazones, junto con el rey David: Tuyos son, oh SEÑOR, la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad; porque tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es el reino, oh SEÑOR, y tú te enalteces como cabeza sobre todo (1 Crónicas 29:11).
Recuerde quién es usted
En Romanos 8, Pablo recapitula que el Espíritu de vida en Cristo Jesús nos ha librado de toda condenación, y que tenemos victoria sobre el miedo y sobre la muerte. Ya no somos esclavos del yo y del pecado. Ya no estamos separados de nuestro Padre celestial, sino que hemos sido acercados y adoptados como sus hijos e hijas.
En Lucas 15, Jesús narra la historia del hijo necio e insensato que malgastó la herencia de su padre y terminó comiendo alimento para cerdos. Pero un día volvió en sí y recordó el trato de su padre, regresó a su casa, y su padre lo recibió con abrazos y besos y le devolvió su condición de hijo. Esta es una imagen del amor de nuestro Padre por nosotros y nuestro lugar con él. Sus hijos e hijas, tenemos una gran herencia en él, y ninguna condenación.
Debido a quién es él, quiénes somos nosotros y lo que él ha hecho en nuestras vidas, Pablo dice en Romanos 12:1 y 2:
Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es el culto racional de ustedes. No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento de modo que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
Sus hijos no tenemos que vivir como los romanos “cuando en Roma”, sino respirar y funcionar con vidas transformadas por la palabra y el poder del Dios viviente en nuestras mentes y corazones.
Busque primeramente el reino de Dios
Otra verdad «cuando en Roma» es buscar primeramente el reino de Dios. Jesús dice en Mateo 6:33 que no tenemos que afanarnos por las necesidades de esta vida, que, si buscamos al rey y su reino, las recibiremos con él. Y en Romanos 14:17, Pablo dice que el Reino de Dios no es una cuestión de satisfacer nuestros apetitos, sino que es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Proverbios contrasta nuestros caminos con el camino de Dios de esta manera: Hay un camino que al hombre le parece derecho, pero que al final es camino de muerte (14:12). En el camino de la justicia está la vida y en su senda no hay muerte (12:28). Y en el Salmo 27 David dice sabiamente: Una cosa he pedido al SEÑOR; esta buscaré: que more yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR y para inquirir en su templo (buscar su sabiduría).
El Reino de Dios es eterno y podemos accederlo y extenderlo donde sea que estemos en el mundo… ¡incluso en Roma!
Declare el reino con valentía
Pablo comenzó su carta a los romanos diciendo que no se avergonzaba del evangelio porque es el poder de Dios. Quienes hayan recibido realmente la semilla de la salvación darán abundante fruto de vidas ganadas para Jesús. Es incongruente pensar que el Señor se moviera en el corazón de sus santos y mártires para preservar y transmitir su Palabra a través de los siglos para que nosotros la recibamos, la escondamos y la acaparemos solo para nosotros.
El Espíritu de Dios nos insta para que seamos renovados a orar por los perdidos y compartir nuestra fe con quienes no lo conocen. Todos debiéramos tener al menos una persona específica por quien oremos a diario por nombre, para que reciba fe en Jesucristo. Debiéramos estudiar y capacitarnos para proclamar y demostrar el evangelio de manera más efectiva a las personas que nos rodean.
Si nuestros corazones están puestos en el Padre y su reino, es posible que perdamos las cosas de la tierra. Pero ganaríamos vida eterna, abundante y trascendente, y también ganaríamos vida para otros. El reino es para los valientes… quienes llegan a ser poderosos en batalla. El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará (Daniel 11.32)haciendo proezas en el nombre de Jesús.
Lo mejor está por venir
Roma no se ganó en un día. De hecho, en los días de la Iglesia Primitiva, las cosas parecían empeorar en Roma antes de mejorar. Miles de cristianos eran asesinados por su inagotable y valiente testimonio de Jesús y por negarse a adorar al César. Pero cuanto más perseguidos, más audaces y efectivos se volvieron. Y con el tiempo, el evangelio se extendió por todo el imperio romano.
¿Qué dirán las generaciones futuras de nuestra generación y nuestro testimonio hoy? Más importante aún, ¿qué dirá el Padre? ¿Dirá: «Bien (hecho), buen y fiel siervo» cuando estemos delante de él? Nacimos para esta hora… Que cada uno sea hallado fiel en su tiempo y en la era venidera.
Nos estamos preparando para la próxima Conferencia de Liderazgo de CSM en Gatlinburg, Tennessee programada del 12 al 14 de mayo de 2020. Nuestro tema es: «Lo mejor está por venir», ¡y están invitados! Nuestros oradores serán Larry Grainger, Alex Lincoln, Gerard Montenegro, Charles Simpson y este servidor. Queremos equiparlo con esperanza y herramientas para ser luces en un mundo en tinieblas; ¡para creer que el mover de Dios en nuestra generación no ha terminado! Visite csmpublishing.org para más información.
También, por favor continúe recordándonos en sus oraciones y donaciones para este mes de febrero. Las oportunidades para el ministerio continúan expandiéndose, pero también lo hace la oposición. Nuestra confianza está en el Señor. Estamos muy agradecidos por su fidelidad a través de los años.
En el amor de Cristo Jesús,
Stephen Simpson
Referencias bíblicas: Mateo 5: 13-16; Mateo 5-7; Romanos 1: 13-17; Juan 17; Filipenses 3; Romanos 1: 18-32; Proverbios 4: 23; 1 Crónicas 29:11; Romanos 8; Romanos 12: 1-2; Mateo 6:33; Romanos 14:17; Proverbios 14:12; Proverbios 12:28
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Sobre el autor: STEPHEN SIMPSON es el editor de la revista One-to-One y el director de CSM Publishing. Además del ministerio de publicaciones, Stephen ha servido al liderazgo de iglesias y ministerios en Costa Rica, Florida, Mississippi, Texas y Michigan, y de 2004 a 2013 fue pastor principal de la Iglesia de Pacto en Mobile, Alabama. Además, continúa ministrando en América del Norte y en otras naciones.