Estimado amigo en Cristo:
Nuestra familia y equipo ministerial le enviamos nuestro amor y gratitud. Apreciamos profundamente su fidelidad, oración y apoyo en estos días de duelo por la muerte de mi padre, el pastor Charles Simpson. Sus muy amables llamadas, textos, mensajes, correos electrónicos, regalos, tarjetas y oraciones nos han animado mucho. Hemos escuchado de amigos de todo el mundo, y nuestra resolución en el Señor es seguir adelante en nuestra misión, «Restaurando el Puente Generacional».
En enero y febrero de este año, nuestro tema fue «Lo único» y «Lo siguiente», con el Salmo 27 como uno de nuestros pasajes clave de las Escrituras. Me gustaría que este mes volviéramos de nuevo al Salmo 27 para analizar «El lugar secreto». En este momento de nuestras vidas, necesitamos estar allí.
Muy a menudo, muchas cosas en nuestras vidas están fuera de lugar o no funcionan como esperábamos. Puede ser que necesitemos volver atrás y poner primero lo primero. Un poco de «limpieza profunda» en lo espiritual pudiera ser necesaria. Si nos podemos relacionar correctamente con el Señor Jesús y con Su Reino, Él nos mostrará su dirección y su orden. En el proceso, Él nos dará una paz que sobrepasa todo entendimiento y trasciende toda circunstancia.
La presencia del Señor
El rey David se refirió a estos asuntos en su Salmo 27 …
27 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién me asustará?
2 Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes,
cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen.
3 Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza.
4 Una sola cosa pido al Señor y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y buscar orientación en su Templo.
5 Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su santuario me protegerá y me pondrá en alto sobre una roca. (Salmo 27:1-5).
David sabía por experiencia propia que vendrían tiempos difíciles. Morar diariamente en la presencia de Dios nos prepara para los tiempos difíciles; una relación correcta con Jesús nos establece sobre la roca, un lugar espiritual de seguridad, estabilidad y perspectiva. David volvió su rostro hacia el Señor, buscó al Señor con todo su corazón, y el Señor salió a su encuentro y lo libró.
Por sobre todo lo demás, David deseaba tener una relación correcta con el Señor. En el Salmo 27, David describe al Señor como luz, salvación y fortaleza. Por tanto, no debemos tener miedo. David comprendió que relacionarse correctamente con Dios es una cuestión de vida o muerte, tanto natural como espiritualmente. David no quería hacer nada que lo alejara de la presencia de Dios o de la comunión con el Espíritu Santo. (ver Salmo 51).
¿Cómo alcanzarlo?
David describe un «lugar secreto» donde estamos escondidos o protegidos de los problemas venideros. ¿Dónde está ese lugar y cómo podemos llegar a alcanzarlo? Las Escrituras nos dicen que no está en nada que haya sido edificado por manos humanas. De hecho, David dice que sólo se encuentra en la presencia del Señor. ¿Y cómo entramos en Su presencia?
La Biblia nos ofrece las claves. He aquí sólo tres de ellas:
La sangre de Jesús – “19 Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos confianza para entrar en el Lugar Santísimo 20 por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, lo cual hizo por medio de su cuerpo. 21 También tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios. 22 Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y los cuerpos lavados con agua pura” (Hebreos 10:19-22).
Acción de Gracias y Alabanza – “Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza. ¡Denle gracias, alaben su nombre! 5 Porque el Señor es bueno, su gran amor perdura para siempre y su fidelidad permanece por todas las generaciones” (Salmo 100:4-5).
El Temor de Dios (reverencia, temor, obediencia) – “El Señor brinda su amistad a quienes le temen y les da a conocer su pacto” (Salmo 25:14).
“El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener entendimiento” (Proverbios 9:10).
Bajo el Antiguo Pacto, se ofrecían a Dios sacrificios de sangre de animales como señal de arrepentimiento y profundo dolor, un recordatorio de la gravedad y las consecuencias mortales del pecado. En el Nuevo Pacto, esos sacrificios de animales quedaron obsoletos debido al sacrificio de Jesús por nuestros pecados en la Cruz… de una vez por todas. Gracias a Jesús, cuando acudimos al Padre en Su Nombre, somos declarados justos.
Una forma de reconocer la Cruz de Cristo es mediante la acción de gracias. Cuando «contemplamos la maravillosa Cruz en que murió el Príncipe de gloria», nuestra única respuesta posible es dar gracias, cantar alabanzas y rebosar el espíritu de adoración. Pasamos de la obsesión por nuestros problemas, debilidades y temores a una nueva perspectiva de amor, alegría y paz en el Espíritu Santo. Entramos en «el lugar secreto».
La adoración procede de la humildad y el agradecimiento. “Exaltamos la Cruz de Cristo” en nuestro corazón y mentes. Exaltamos su nombre y su Señorío. El orgullo y la rebelión no pueden existir en la presencia del Señor. Él es un fuego consumidor. Cuando lo contemplamos «en la hermosura de la santidad», nos quedamos atónitos. Le reverenciamos con razón y nuestro lugar en Su gracia.
Corazones íntegros
Todo el mundo quiere milagros o emoción, pero con demasiada frecuencia, la gente trata de crear o forzar que algo suceda sin caminar en los fundamentos de la fe. Lo que terminan teniendo es una falsificación que no resistirá en el día de la angustia y una colección de falsos profetas que complacen a oídos con comezón. ¡No busquemos una farsa!
Jeremías 29:13 dice que le encontraremos cuando le busquemos de todo corazón. Buscar no significa quedarse pasiva o despreocupadamente pidiendo un deseo a una estrella o aplaudiendo a Campanita. Significa descartar o ignorar todas las cosas que están oscureciendo nuestra visión; dejar a un lado el pecado que tan fácilmente nos asedia; derribar los ídolos que hemos construido; perseguir apasionada e incansablemente su presencia, Su voluntad y Su Reino hasta que recibamos todo lo que Él ha provisto para su pueblo.
Por la fe, tenemos acceso a la presencia y la paz de Dios. Pero a menudo, permitimos que las circunstancias o nuestra propia impaciencia nos cieguen y no vemos nuestra herencia. Olvidamos quien es Dios y que nosotros somos sus hijos e hijas. Olvidamos lo que Él ha hecho por nosotros y nos volvemos desagradecidos, o incluso nos rebelamos contra su Palabra, su camino o su autoridad cuando no nos gusta o no los entendemos. Pero el Apóstol Pablo nos dice esto:
“Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. 2 Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, 3 pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:1-3)
Los que han resucitado con Cristo están ahora muertos al yo. Nuestras nuevas vidas son absorbidas en su vida y estamos sentados juntamente con él en lugares celestiales. Aquí hay una promesa alentadora para todos los que buscan al Señor y moran en ese lugar secreto con él ….
1El que habita al abrigo del Altísimo descansará a la sombra del Todopoderoso. 2 Yo digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». 3 Solo él puede librarle de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, 4 pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. Su verdad será tu escudo y tu baluarte. 5 No temerás el terror de la noche ni la flecha que vuela de día 6 ni la plaga que acecha en las sombras ni la peste que destruye a mediodía” (Salmo 91:1-6).
Esta promesa es para el buscador que desea morar en el lugar secreto. No es un lugar que se consiga de forma barata o casual. Requiere intención e intensidad. A Jesús le costó la vida, y para que nosotros podamos entrar en él, debemos valorar correctamente la vida que Él dio por nosotros. Morar implica un compromiso a largo plazo, no simplemente una experiencia a corto plazo. El lugar secreto no es visible al ojo natural, ni entendido por la mente natural. Pero el buen fruto que produce en nuestras vidas será visible para todos.
“La mente gobernada por la carne es muerte, mientras que la mente que proviene del Espíritu es vida y paz” (Ver Romanos 8:6)
Primavera
Las estaciones cambian. El invierno se convierte en primavera y llega una nueva vida. Ahora estamos en un tiempo de transición, incluso mientras seguimos llorando la muerte de mi padre. Alabamos a Dios porque vivió para Jesús, en todas las estaciones, y porque fue un modelo de lo que significa confiar en el Señor independientemente de las circunstancias. Lloramos, pero no como los que no tienen esperanza.
En estas semanas y meses, mientras buscamos al Señor y su sabiduría, gracia, presencia, y provisión, ¿podrían por favor orar por nosotros, y recordarnos en sus ofrendas? Mi padre dejó algunas instrucciones antes de morir, pero lo principal que dijo fue que buscáramos al Señor, que fuéramos fieles a su Palabra y siguiéramos al Espíritu Santo. También estamos consultando con amigos y líderes de confianza sobre el camino a seguir. Una de nuestras principales preocupaciones es alcanzar y discipular eficazmente a la generación nueva.
El 25 de abril, celebraremos un servicio público en memoria de mi padre en la Covenant Church of Mobile. Por favor, consulte aquí para más detalles. En lugar de flores, solicitamos donaciones financieras para apoyar el ministerio de CSM. También, por favor, háganos saber cómo podemos estar con usted. Estoy disponible para el ministerio en su iglesia o comunidad. Llame a nuestra oficina para hacer reservaciones.
¡Gracias de nuevo por su amistad!
En Jesús,
Stephen Simpson
Presidente
