Por Keith Curlee

1 Nos hemos reunido en el nombre de Jesús

para agradecer tus bondades, oh Dios;

con muchos cuidados nos has socorrido;

¡alabado sea tu nombre, bendito tu amor!

2 Nos has conducido en nuestro sendero,

nos has rodeado de bienes y honor;

por eso, Dios Santo, tu pueblo reunido,

a ti eleva plegarias de gloria y loor.

3 Tu nombre alabamos, Señor victorioso;

en todas las luchas concédenos paz;

tu amor nos ampare, tu reino venga a nos

y a ti sea la gloria por siempre jamás. 1

Recordar y agradecer

El recordar lo que Dios ha hecho en nosotros viene de la mano con el poder que se manifiesta en nuestro agradecimiento a él. La palabra de Dios nos instruye frecuentemente sobre nuestra gran necesidad de caminar continuamente en esta actitud de gratitud. Dando gracias es como entramos al reino espiritual. Pablo dice en 1 Tesalonicenses 5:1:

Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús

Cuando estamos reunimos reconociendo nuestra necesidad absoluta de que nuestro Señor revele su voluntad en y para nosotros, esto se manifiesta en el simple acto de dar gracias.

DOS TRAVESÍAS

La travesía del Océano Atlántico no fue de ninguna manera menos significativa que cuando Israel cruzó el río Jordán; ambos ocurrieron en la voluntad de Dios.

Nuestros hermanos y hermanas, que desembarcaron en Plymouth, trajeron a esta tierra el espíritu de acción de gracias estableciendo la voluntad de Dios para esta nación. El sonido sincero de sus voces reunidas hizo eco en los cielos, devolviéndolo con creces sobre esta tierra. El espíritu de adoración espontánea (no religiosa) inundó los cielos de este nuevo mundo que nunca lo había escuchado antes. Esta acción de gracias y alabanza, hizo que la voluntad de Dios cayera sobre esta nación.

EL ÁGUILA DE APOCALIPSIS

En dos lugares en Apocalipsis el Espíritu Santo menciona el águila. Apocalipsis 12:14 dice:

 Pero a la mujer se le dieron las dos alas de la gran águila para que volara a su lugar en el desierto, donde es alimentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo, para estar a salvo de la serpiente

El otro lugar es Apocalipsis 4:7 que dice:

El primer ser viviente parecía un león, el segundo parecía un becerro, el rostro del tercero era semejante al de un hombre, y el cuarto parecía un águila en vuelo.

Tomemos nota del águila mencionada en estos dos versículos. En el primero, la mujer recibió las dos alas de la gran águila, para “que volara a su lugar en el `desierto´.” Dios alimentaría a la mujer y haría florecer este desierto. Su propósito era preparar un lugar para la novia comprometida, para que ella llevara su pacto a todo el mundo.

Hasta el 11 de septiembre (9/11), las fronteras de esta nación (Estados Unidos) estaban protegidas del ataque de la serpiente antigüa, el dios de este mundo. Note, por favor, que la serpiente había estado actuando en nuestra historia, pero su presencia no era mayor que la de Dios y su pueblo, hasta ahora.

La pregunta que me hago es ¿Cuál presencia está predominando en nuestra nación actualmente? La respuesta es muy fácil de ver cuando toda clase de maldad, viniendo de la silla de gobierno en Washington, D.C. se está manifestando entre nosotros.

En los sucesos del 9/11, tres aviones, procedente del área de Plymouth, Boston, alzaron vuelo en presencia de la “serpiente”, para descargar la ira y la destrucción del maligno sobre esta nación. (El cuarto avión no logró realizar su misión.) Sus voces llenas de ira y destrucción gritaban muerte a los Estados Unidos de América.

Ese mismo espíritu ha continuado destrozando nuestra nación a través de la actual invasión fronteriza en el suroeste del país. El cerco de protección ha sido roto. Estamos siendo pisoteados mientras hablamos.

No se puede negar el origen de esta nación, ni reescribir su historia, ni que está siendo gobernada por hombres impíos. Tampoco se olvidará su pacto con el Único Dios Verdadero, cuando su pueblo ofrezca continuamente acciones de gracias celebrando, como hicieron los puritanos, que fueron traídos aquí en alas del águila, del espíritu.

La riqueza de esta nación fue dada a los creyentes, el poder, para establecer su pacto en todas las naciones a través de la declaración del evangelio de Jesucristo, nuestro Señor.

Te damos gracias nuestro Señor Jesús, Tu Nombre sea siempre alabado, «¡Oh Señor, haznos libres!» ¡Aleluya!

Acerca del Autor: Keith Curlee es el presidente y fundador de Triumphant Mercy Ministries, con un alcance global, particularmente en México, Centroamérica y el Medio Oriente.  Keith y su esposa viven en Mobile, Alabama.

Notas

  1. Himno del siglo 19 – https://hymnary.org/text/we_gather_together_to_ask_the_lords

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de la Reina Valera Contemporánea.

Usado con permiso del autor

Keith Curlee es el presidente y fundador de Triumphant Mercy Ministries, con un alcance global, particularmente en México, Centroamérica y el Medio Oriente.  Keith y su esposa viven en Mobile, Alabama.