REFLEXIÓN PARA EL DÍA DEL PADRE

Keith Curlee

“Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno” (Juan 10: 27-30 NVI).

Hace años escuché a Bob Mumford, enseñando acerca del «El Poder del Padre.» Hoy, unos 40 años más tarde, la relación entre Jesús y el Padre es la más poderosa que hemos conocido. De este vínculo eterno de amor Pablo dice a la iglesia de Éfeso:

“Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén» (Efesios 3: 15-21 NIV).

Juan, menciona 104 veces en su evangelio, a Jesús hablando del Padre celestial y su amor por él. Jesús declara, al principio de su enseñanza, que él y el Padre son UNO, y que él no hace nada por iniciativa propia, y que la enseñanza no es suya sino del Padre que lo envió. Incluso las obras que está haciendo se deben a la relación del Padre y el Hijo. Aquí estamos arraigados y cimentados, en el amor de Dios probado y comprobado por el Padre y su único Hijo Jesucristo.

En Juan 14: 22: “Judas (no el Iscariote) le dijo: ¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo? Le contestó Jesús y le dijo: El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.”

Mi oración, en este Día del Padre, es que todos conozcamos, el poder de nuestro Padre celestial. La Escritura habla de los últimos días de Jesús en la tierra diciendo: Salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo de nuevo el mundo y vuelvo al Padre” (Juan 16:28).

Gracias Jesús por ponerme en la familia Curlee, donde mi padre Wallace Curlee nos enseñó a Cathy y a mí a amarte a ti y a tu palabra. ¡Aleluya!

Keith Curlee es el fundador de Houston Covenant Church y de Triumphant Mercy Ministries. Keith es maestro de la Biblia con un don profético y ministra en los Estados Unidos, Costa Rica, El Líbano y otras partes del mundo. Él y su esposa Betsy residen en Mobile, Alabama.