Autor Bob Munford

  1. El Rey

¿Quién es este Rey cuyo mandato afecta la vida de todo hombre, mujer o niño nacido en esta tierra? ¿Dónde está Su Reino? ¿Hasta dónde la esfera de Su mando?

¿Quiénes este Rey cuyo reinado no puedes ver, hasta que reconoces los derechos de Su trono y a cuyo Reino no puedes entrar mientras no aceptes sus leyes?

¿Quiénes este Rey cuyas reglas puedes rechazar, cuyo Reino esta presente sólo donde está presen te el Rey.

¡El Rey es Jesús- el Hijo de Dios!  

El es Aquel que estaba presente cuando Dios dijo, «Hagámos al hombre a nuestra imagen … y permitámosle tener dominio sobre .. .la tierra». (Génesis 1: 26).

El es Aquel cuyo nacimiento sobre esta tierra fué proclamado así: «Porque les ha nacido este día … Cristo el Señor» (Lucas 2: 11). Anunciado por los ángeles y adorado en la cuna por los hombres a quienes una estrella dirigió.

El es Aquel que dijo, «Edificaré mi iglesia y las puertas del infierno no prevalescerán contra ella (- ¡Mi Reino!) (Mateo 16: 18).

El es Aquel de quién está escrito: » … los reinos de este mundo se han vuelto los reinos de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por siempre jamás» (Apocalipsis 11: 15).

El es Aquel que les dijo a doce hombres, «Ven y sígueme». Después de tres años de entrenamiento intensivo este núcleo de ciudadanos del Reino había crecido hasta ser ciento veinte personas. Ellos fueron encargado de llevar las noticias del Reino al mundo entero, de su tiempo, con la promesa de que Su Rey permanecería siempre con ellos.

Estos ciudadanos del Reino, junto con los hombres y mujeres que voluntariamente aceptaron la ciudadanía del Reino después de haber oído las «Buenas Noticias» son quienes proclamaron a su generación, «¡Cristo es Señor! ¡Jesús es Rey!» A muchos de ellos, estas palabras los llevaron a sentir el aliento caliente de los leones sobre su rostro, leones sueltos para que los devoraran. Algunos de ellos, vieron el resplandor del fuego, fuego que los convirtió en antorchas humanas. Entonces estos ciudadanos del Reino sofocaron el grito de¡César es el Rey! manteniendo la paz de Su Reyen su interior y testimoniando con sus labios su Señorío.

Muchos años después, este mismo Rey inspiró a Handel quien compuso la música y el texto proclamando a Jesús «Rey de Reyes y Señor de Señores» «El Mesías» de Handel emocionó tanto al monarca terrenal Jorge II de Inglaterra que él se puso de pie cuando escuchó la proclamación de la Realeza de Jesús.

Actualmente los hombres todavía están dispuestos a entregarle todo a Jesús y a ponerle todo a Sus pies. Todavía cantan su Señorío y su Reinado. Siguen contando Su historia, todavía «abandonan todo y lo siguen» (ver Mateo 19:27).

Esperan su regreso «El Rey viene» se canta en las reuniones por todo el mundo; la Buena Nueva de su venida está siempre impresa en casi todos los idiomas. Los hombres aún se enfrentan a la muerte por El, muerte al yo, porque esto, es un requisito para la verdadera vida del Reino.

¡Este es el Rey!

¿ Y ahora respecto a ti?, ¿lo conoces? ¿Reconoces Su Señorío y rige tu vida? ¿Qué tanto sabes acerca de los manejos de su Reino? ¿Estas familiarizado con la Constitución y con los Estatutos por medio de los cuales El gobierna?

Estas son eternas preguntas capaces de cambiar tu vida.

2 . El Reino   

¿Por qué le damos tanta importancia a reconocer a Jesús Rey? Porque Dios Padre se lo da. Escuchen:

Juan 3: 16Pues Dios amó tanto al mundo que le dió a su Hijo Unico, para que quien quiera que crea en El, no perezca, sino que tenga vida eterna.

Hechos 2:36 Por esto … sepan con certeza que Dios, ha hecho a este mismo Jesús… Señor y Cristo.

¿ Cómo es que podemos señalar tan confiadamente El Reino de Dios y al Rey? Por los derechos de la creación:

Génesis 1: 1 En el principio Dios creó el cielo y la tierra.

Génesis 1: 27,28 Así Dios creó al hombre a su propia imagen … y Dios les dijo, fructificad y multiplicaos y llenad la tierra y sometedla …

La creación del Reino de Dios fue hecha desde antes del tiempo y permanecerá después del tiempo-tiempo, o sea lo que nosotros los mortales tomamos como medida del tiempo. ¡Pero para tí, el Reino de Dios está aquí y ahora! La manera como evalúes sus exigencias y aceptes sus enseñanzas, determinará lo que seas aquí y más allá ahora y después.

Al presentar el Reino, concentrémonos en algunos fundamentos:

La intención inicial de Dios al crear el cielo y la tierra fue el establecer un lugar en donde el hombre, Su obra cumbre, pudiera vivir, moverse y existir. El hombre, creado a imagen de Dios tenía la capacidad de santidad. Se le concedió la capacidad de tener autoridad sobre toda la creación. Dios quería la amistad con el hombre y deseaba que (a través de esa amistad) Su amor fluyera a toda la creación, sujeta bajo la autoridad del hombre.

¿Qué sucedió con su plan divino? Casi todos estamos familiarizados con el conocimiento de la desobediencia de Adán quien tomó el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal–rompiendo así la amistad con su Hacedor. Al ejercer su voluntad, regalo de Dios (ya que la amistad sólo puede mantenerse sobre bases voluntarias), Adán se encontró en una caja «ego» hecha por sí mismo. La desobediencia lo había hecho un diosecillo a quien tenía que someterse ahora.

¿Cuál fué el resultado? Dios prosiguió su amistad con aquellos hombres que optaron por reconocer Su derecho a mandar en sus vidas y por obedecer sus mandamientos. Enoc-Noé–Abraham–Isaac–Jacob–José–Moisés–Josué- hubo siempre quien comprendiera la voluntad de su Dios. Esto dio por resultado una integración en sus propias vidas y pudo ser reforzado con la autoridad que Dios deseaba que el hombre ejercitara. El pudo tenerlos de amigos y su Amor pudo fluir a través de ellos, nutriendo y encaminando a los hombres de su tiempo ¿Pero, y la mayor parte de los hombres? Aquí se nos presenta su condición: «En aquellos días no había rey en Israel: cada hombre hacía lo que era recto a sus ojos» (Jueces 21: 25).

Sí, el hombre puede rechazar la autoridad de Dios, Oigan la respuesta de Dios cuando habla a través del profeta Samuel, cuando los israelitas vinieron a pedir al profeta un rey terrenal como el que tenían los pueblos vecinos: «Y el Señor dijo a Samuel, Oye la voz del pueblo … pues no es a tí a quien rechazan, sino que me rechazan a Mí, por eso no reinaré sobre ellos» (1 Samuel 8:8).

La mayoría de los reyes de Israel, nación que había sido escogida por Dios para llevar a cabo Su permanente deseo de tener un pueblo de su propiedad, escogieron (como Adán hizo) seguir sus propias leyes en vez de seguir los lineamientos de Dios. El Rey David fué una notable excepción y de él se dijo que fué un hombre según el corazón de Dios. Esto fue verdad, pues a pesar de sus caídas y sus luchas, le permitió a Dios establecer Su ley en su corazón. Dios, siglos más tarde, desde la casa de David invadió el tiempo y el espacio. Jesús de Nazareth nacía en Belén de Judá. Dios continúa desde esta posición presentando Su amor y ocupándose del hombre.

Jesús durante su ministerio público dijo a todos los que lo escucharon que Su Padre seguía interesado en conservar en su creación aquella santidad y autoridad que El había planeado desde siempre. Él sin embargo, asentó claramente que este alto privilegio sólo sería alcanzado por aquellos que reconocieran al Hijo de Dios como Salvador y Señor de sus vidas, Escuchen Sus palabras a Nicodemo, un legislador judío: » … A menos que un hombre nazca de nuevo, no podrá ver el reino de Dios» (Juan 3 :3).

Jesús enseñó muy simple, clara y cuidadosamente el significado del Reino de Dios y cómo se podía conseguir y conservar Su ciudadanía, No jugó sucio. El no sometió Su mensaje a ningún tipo de censura, excepto a la de Su Padre. Los hombres encuentran muchas de sus reglas difíciles de aceptar, prefiriendo su propia interpretación a las interpretaciones de la tradición. Esta situación prevalece actualmente.

El propósito de este libro es ponerte a tí lector, ante las exigencias del Rey y de Su Reino. Seguiremos las enseñanzas de Jesús según se nos narran en Mateo, capítulo 5, 6 y 7, esa gran parte de la Escritura conocida como «El Sermón de la Montaña».

Y lo siguió gran multitud de gente … Y viendo a la multitud subió al monte y cuando se hubo sentado, sus discípulos llegaron hasta El: y El abrió su boca y les enseñó …  Mateo 4:25,5: 1,2

Jesús se refirió a los asuntos cotidianos, al ir presentando verdades eternas ¿no es eso lo que todos queremos? Te encontrarás caminando en cada capítulo, en compañía de sus discípulos, pues los,hombre de hoy están hechos del mismo material que los del año 30 (año del Señor).

A cada uno de los que escucharon en la falda de la montaña se le presentaron opciones. Cada lector de este libro también tendrá ante sí la responsabilidad de tomar decisiones. Tu puedes decir:  «¡Conquístame Rey Jesús, establece tu mandato en mi corazón!»

El Rey y tú, esto es extrictamente asunto entre ustedes dos.

  1. La constitución del Reino

La mayoría de nosotros nos las arreglamos para familiarizarnos con la constitución de algún grupo terrenal del que formamos parte. Es importante conocer de qué manera está organizado un negocio y acostumbramos a su sistema de leyes y principios de operación.

Como ciudadano de los Estados Unidos de América, puede citar fácilmente el Preámbulo de la constitución de esa nación:

Nosotros, la Gente de Estados Unidos, para obtener una unión más perfecta, establecer la iusticia, asegurar la tranquilidad interna, proporcionar la defensa común, promover el bienestar general y asegurar las bendiciones de la libertad para nosotros y para nuestra posteridad, ordenamos y establecemos esta Constitución para los Estados Unidos de América.

¿Creen que Dios sería menos específico al proveer de información a los ciudadanos de Su Reino para que conozcan como ha organizado El su Reino y por medio de qué sistemas y leyes se rige? Claro que no.

Toda información que un individuo puede necesitar en relación con el Reino de Dios ha sido reunida y preservada para nosotros. Este legado es la Biblia.

Algunas preguntas vendrán de inmediato a tu mente: ¿Qué es el Reino? ¿Dónde está? ¿Cuándo y por qué? De la Biblia, Palabra de Dios, obtendremos las respuestas.

¿Qué? El Reino de Dios es una situación: el mandato del Rey en las vidas de sus súbditos voluntarios.

Lucas 12:32 No teman, pequeño rebaño. Porque al Padre le causa gran gozo darles a ustedes el Reino (LB).

Colosenses 1: 13 Porque él los ha rescatado de la obscuridad y de la lobreguez del reino de las tinie­ blas y los a traído al reino de su Hijo querido (LB).

¿Dónde? El Reino está dentro del corazón de cada creyente. Es allí donde quiere Dios reinar, así como reina en el cielo.

Mateo 6: 10 Pedimos que venga ahora tu reino. Que se haga aquí en la tierra tu voluntad, así como se hace en el cielo (LB).

2 Corintios 3: 17 El Señor es el Espíritu que les dá vida y en donde él está, ahí hay libertad (resultante de ser salvados guardando las leyes de Dios) (LB).

¿Cuándo? El reinado del Rey es constante y continuo. Es un itinerario en el que nos embarcamos de por vida, cuando aceptamos su Soberania por medio de la cual el Rey cambia nuestro carácter.

2 Corintios 3: 18 Pero nosotros cristianos no tenemos un velo sobre el rostro; podemos ser espejos que reflejen con brillantez la gloria del Señor. y por el trabajo del Espíritu del Señor dentro de nosotros, nos transformamos cada vez más en El. (LB).

¿Por qué? Para liberarnos y que así podamos volvernos ciudadanos del Reino. El deseo del Rey consiste en que conozcamos cada detalle de Su empresa, desea que por la intimidad con Él podamos llevar las Buenas Nuevas a territorio extranjero: ¡el mundo!

Mateo 28: 18-20 Les dijo a sus discípulos «Les he dado todo poder en el cielo y en la tierra. Así que vayan y hagan discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre ydel Hijo y del Espíritu Santo, y enseñen a estos nuevos discípulos a obedecer todo lo que yo les he mandado; y estén seguros que estaré con ustedes hasta el fin del mundo» (LB).

Ahora, como preámbulo a la constitucióndel Reino:

Romanos 14: 17 Porque el Reino de Dios no es comida, ni bebida, sino santidad, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Estas tres características efectivas del Reino son las tres ventajas más difíciles de encontrar en el intercambio de la vida diaria. ¿Por qué es así? Se han empleado en la búsqueda de estos tres cimientos del bienestar del hombre, vida recta, paz y felicidad. Palabras sin cuento, incontables riquezas.

No se han producido respuestas duraderas de todos estos esfuerzos humanos. Sin embargo en la Constitución del Reino de Dios se proclama el camino de la santidad, de la paz y del gozo.

ARTICULO I «Escucha Israel: Yavéh es nuestro Dios, solo Yavéh. Debes amarlo con todo tu corazón, alma y fuerzas. Debes pensar constantemente en estos mandamientos que ahora Yo te doy» (Deuteronómio 6:4-6LB).

ARTICULO II «Y ahora, Israel, ¿qué es lo que el Señor tu Dios te pide a tí sino que escuches cuidadosamente todo lo que te dice y que para tu propio bien, obedezcas los mandamientos que te estoy dando ahora, y que lo ames y lo adores con toda tu alma y todo tu corazón?» (Deuteronomio 10: 12, 13 LB).

ARTICULO III Jesús contestó, «Ama al Señor tu Dios con toda tu alma, todo tu corazón y toda tu mente». Este es el primero y el mayor de todos los mandamientos. El segundo en importancia es semejante: «Ama a tu prójimo como a tí mismo. Todos los otros mandamientos y las enseñanzas de los profetas nacen de estas dos leyes y si tú las obedeces cumples con aquellos. Guarda solamente estos dos y te encontrarás obedeciendo todos los demás» (Mateo 23: 37-40 LB)

¡Estas declaraciones que son la estructura de la Constitución son básicas, irrevocables, y obligatorias! ¿pueden la santidad, paz y gozo resultar de tan rectos y estrechos conceptos? Sí, pueden y lo hacen.

Conforme vayamos investigando los Conceptos del Reino de Dios, comprobaremos por nosotros mismos cómo es que estos principios producen resultados garantizados, en el Preámbulo de la Constitución del Reino. Limitándonos a las líneas prescritas en el plan de Dios, alcanzamos la verdadera libertad la cual por si misma produce santidad, paz y gozo.

Conceptos del Reino   

Para comprender claramente los conceptos del Reino, usaremos como base una enseñanza de Jesús y haremos algunas importantes distinciones:

Entonces dijo Jesús a aquellos judíos que creían en El, si siguen fieles a mi Palabra serán de veras mis discípulos; y conocerán la verdad y la verdad los hará libres.Juan 8:31-32.

Observen que Jesús hablaba a aquellos que creían en El. Les explicaba que si seguían siendo sus discípulos, alcanzarían el logro que El planeaba para ellos ¡libertad! Llegarían a este objetivo por medio del conocimiento de la verdad. La idea de Jesús, acerca de «la verdad» está expresada en los Conceptos del Reino.

Nicodemo, un legislador judío, vino a ver a Jesús y le preguntó acerca de cómo ser creyente.

Juan 3:1-21 es bastante preciso acerca de los detalles y habla de lo que se necesita para volverse creyente. Podríamos ilustrar esta conversación con la entrevista que tendrían un futuro inversionista y el presidente de una organización., Jesús estuvo presente cuando se diseñó el programa del Reino. Firmó eldocumento con Su sangre. El es el Heredero de la mayoría de las acciones, creyendo en El, se participa como accionista del Reino, lo cual es el mayor negocio que se haya iniciado jamás.

Al aceptar su ofrecimiento de vida eterna, comenzamos una nueva relación con El, que afecta cada area de nuestra vida, aquí y después. Nosotros «nacemos de nuevo» dentro del Reino igual que cuando nacimos en nuestra vida terrena. Recibimos una nueva naturaleza, así como recibimos una naturaleza al nacer físicamente. Debemos tener en cuenta que así como nacimos como niños con años de aprendizaje y crecimiento por delante así hay más por delante en la vida espiritual que sigue al hecho de haber «nacido» Aquí es donde se ve la importancia del «seguimiento».

La palabra que Jesús utilizó al decir «Si siguen, si continúan» es la misma palabra que El utilizó en Juan 15:4 y 7 «si permanecen en mí» y «mis palabras permanecen en ustedes». ¿Ven como el nuevo nacimiento, de una vez por todas, nos concede una nueva naturaleza, aunque haya un proceso de seguimiento necesario para que alcancemos el objetivo de la libertad espiritual? Tanto como el desarrollo es vital después del nacimiento físico, lo es el crecimiento después del nacimiento espiritual. Muchos creyentes permanecen aun anclados en un estado infantil a pesar de que se les ha dado una gran provisión para su madurez y para su utilidad en el Reino de Dios .

Tracemos otro paralelo entre la vida física y la espiritual. El niño batalla y se cansa mientras aprende a adaptarse a su nuevo ambiente. Esto también le sucede al Cristiano, tanto en la vida física como en la espiritual, aprender a caminar, a hablar y a comportarse son parte del trabajo.

La declaración de Jesús de ser seguidores para llegar a «conocer la verdad» contiene un elemento de reflexión. Cada uno de nosotros debe reflexionar sobre las verdades de la Palabra de Dios y con la asistencia del Espíritu Santo, tomar determinaciones personales. Llegamos a la libertad al aceptar las verdades puestas ante nosotros en Su Palabra, y decidimos hacerlas parte de» nuestra vida diaria, con esto viene a nosotros la libertad.

¿Cuál es tu concepto de libertad como perteciente al Reino de Dios? ¿Cuál es Su concepto de esta libertad? ¿Concuerdan estos conceptos? O ¿estás manejando ideas vagas o erróneas acerca de esta valiosa prestación que Jesús ofreció a sus seguidores? Continuará

Reproducido de la Revista Vino Nuevo Volumen 2, Nº 11, febrero 1979.