2a. Parte de la serie El contexto del Reino.

Autor Ern Baxter

«En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su Hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanías tetrarca de Abilinia, y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto».

Y vino palabra de Dios. Lean a los profetas y observen lo cuidadoso que es el Señor de fechar Su palabra; en el tercer día del quinto mes de tal y tal año. ¿Por qué no vino en el quinto día o en el octavo?

Yo me hago una pregunta constantemente. Es una pregunta retórica porque ya sé la respuesta, pero a veces en mi aflicción la vuelvo a hacer. Digo: ¿Dios, dónde estabas hace 40 años? ¿Por qué esta Palabra no vino entonces? y Dios me dice: No es asunto tuyo.

Los tiempos y las sazones están en las manos del Padre y cuando El habla desde Su trono y le dice al LOGOS, yo quiero que entregues un mensaje a mi siervo el profeta, la comunicación divina entra en operación. Y en el día siete, del cuarto mes del año veinte y siete del rey fulano la Palabra del Señor viene, porque así lo ordenó, en ese día, en esa hora y tal como El lo decretó. Es por eso que tenemos estos versículos en Lucas 3.

Un día la Palabra vino a Hageo una vez. Pocos días después la Palabra vino dos veces. ¿Qué significa esto? Que es mejor que estemos listos para recibir esa Palabra; ya sea como un diluvio o de cualquier manera, lo importante es que venga como un decreto del Señor.

Yo sé de un hombre aquí que ha sido perseguido y maltratado por lo que cree. La razón es que si tuviera sentido común, él nunca se hubiera metido en esto. Pero vino la Palabra del Señor.

Alguien dice: «Es maravilloso como algunos de ustedes se mantuvieron firmes.» No es gran virtud, simplemente tememos a Dios y cuando vino Palabra del Señor nos llevaron y terminamos en la cárcel.

Jeremías dice: «Señor tú me engañaste. Cuando me llamaste al ministerio tuve visiones de cenas domingueñas con los ancianos, de aplausos de la congregación, pero cada vez que predico termino en la cárcel. No me dijiste eso. Quiero que sepas que renuncio, voy a dejar el ministerio. Voy a vender cepillos».

Yo no sé cuántas veces quise ir a vender cepillos. Pero si la mano de Dios está verdaderamente sobre usted, no se puede renunciar. Yo no digo que no vendrán tiempos en que alguien renunciará. Lo que sí digo es que si Dios ha escrito con Su mano fuerte en la tablilla de su corazón, no importa cuánto sufra, cuántas veces vaya a la cárcel, cuántas veces termine llorando, usted vendrá por más, puée Dios ha puesto un remache en usted.

De modo que Jeremías volvió y dijo: Bien, volveré a probar. Probó nuevamente y terminó en la cárcel. Dijo: Esto sí que está lindo, lo único que me queda es prepararme para la cárcel.

Un hombre vino a mí durante la última guerra y me dijo: Los negocios andan mal. Como hombre de negocios he tratado de andar en la ética cristiana, pero tengo problemas. Si he de mantener mi negocio voy a tener que cortar algunos gastos.

En realidad vino a verme para que le diera alguna fórmula que le permitiera bajar su nivel éticosin remordimientos. Me acuerdo que lo miré y le dije: «Hermano, la Biblia no dice sea fiel hasta perder su negocio. Dice sea fiel hasta que pierda su vida».

Dios no dice que seamos fieles a una palabra hasta que empiece a doler; esa palabra puede matarnos.

En los días de un movimiento llamado de la Lluvía Tardía recuerdo haber escuchado a un hombre decir: «Gloria a Dios, cuando venga el avivamiento, a todos los perseguidos, en Rusia y detrás de la Cortina de Hierro se les abrirán las puertas de las prisiones» y todos los demás gritaban hurra. Al salir le dije: Hermano, no creo que esto haya sido honesto. usted usó el ejemplo de Pedro cuando fue liberado de la cárcel, si usted lee el contexto verá que a Jacobo lo decapitaron. ¿No cree que es más honesto decir que algunos de nosotros podemos perder la cabeza y terminar decapitados. Mientras que otros obtendrán su libertad sobrenaturalmente?

Es muy bueno ser eufóricos y hablar de la llegada del gobierno de Dios, pero recuerde que El nunca, nunca trajo un nuevo énfasis sin que viniera cubierto con la sangre de mártires.

La palabra en el desierto    

La Palabra de Dios vino sobre Juan, hijo de Zacarías. ¿Y saben dónde vino? En el desierto. ¿Saben lo que es el desierto? En la mente judía es un lugar sin cultivar. Es un lugar que nunca maduró, que no sirve para sembrar. Es tierra sin desarrollar. Espiritualmente es el equivalente de la inmadurez, La nación de Israel había deteriorado de tal manera que la mejor ilustración era el desierto. Y cuando Dios trajo una Palabra a Juan, lo hizo en el desierto.

«Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados». Mateo intercala, «Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto. Me gusta más esta traducción que dice: «¡Alto! alguien está gritando en el desierto». .

Qué lugar más extraño para gritar, si no hay nadie cerca que escuche. Sin embargo Dios llama a este hombre en el desierto y comienza a gritar allí. Es bastante desolado.

Algunos jóvenes que están tan eufóricos ahora no estuvieron aquí hace 20 años cuando no había mover de Dios. Cuando entre los Pentecostales clásicos no habían bautismos en el Espíritu Santo, por meses y meses y hasta años. Cuando el evangelicalismo había quedado sin aliento. Cuando todo esto era un desierto.

De pronto en este desierto se escucharon voces, pero las voces eran el plural de la Voz diciendo una sola cosa. Una voz clamando en el desierto: «¡Alto, escuchen!» Yo escucho una voz. En medio del desierto de desolación escucho una voz. ¿Qué dice la voz? «Preparen el camino para el Señor. Enderezad sus sendas, llenen los valles, bajen los montes, enderezen los caminos torcidos. Dios está en camino. Prepárense. Llenen los lugares bajos. Arreglen lo que está mal. Allanen el camino, Dios viene ¿no lo oyen? Sale de Sus mansiones de gloria montado sobre corceles blancos tirando carros de oro. Oíganlo venir por las super carreteras de las estrellas. Prepárense. ¡Dios está entrando en escena!».

Y toda la humanidad, no sólo los episcopales, no sólo los bautistas, no sólo los pentecostales, ni sólo los presbiterianos. Dios desechó todo ese denominacionalismo en la azotea de Jope y en la casa de Cornelio. La revelación de Dios es que ha venido a juntarnos en un pacto que no está roto ni rasgado con cismas. Y toda la humanidad verá la salvación de Dios.

Juan solía decir a las multitudes que salían para ser bautizados por él como parte de su sermón: -«Oh generación de víboras, » Eso es amor.

Algunos dirán: Ciertas cosas que se dijeron fueron bastante duras. Bueno, a ninguno de nosotros nos han llamado víboras aún. Lucas 3: 18 dice:»Con estas y muchas otras exortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo».¿De qué otra forma los habrá llamado?

«Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?». Ustedes dicen que eso es el Gran Día del Juicio, para eso falta mucho. Pero no es así, porque esta ira no era la del juicio, sino la destrucción de Jerusalén y de una nación que había perdido su derecho de representar a Dios. Jesús les dijo: «El reino de Dios ha sido quitado de vosotros y será dado a gente que produzca los frutos de él».

En el año 70, Pablo, escribiendo a los Tesalonicenses les dice: «pues vino sobre ellos la ira (de Dios) hasta el extremo».

«Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre». Yo sé que lo que voy a decir a continuación no va a ser interpretado correctamente: Estoy harto de gente que se aferra tratando de justificar algún valor humano que los libere de responsabilidad, y se niegan a enfrentarse con lo que Dios dice sobre el señorío de Cristo.

«Quiero que sepan que soy Metodista de la tercera generación, el hijo de un predicador.» ¿Y eso de qué me vale?

Oigan lo que dice Juan el Bautista: «porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aún de estas piedras». Dios no necesita conocer tu árbol genealógico. El puede decir a estas piedras: «pónganse de pie y prediquen a esta gente». ¡Qué humillante!

Leamos los versículos 9 y 10 de Lucas 3.»Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos?». Juan se detiene y le dice al organista: «Tú sabes lo que hay que tocar. Ujieres preparen las luces», y luego en tono fúnebre «¿quién será el primero?» ¿Qué haremos? preguntaron. Les dijo: hagan algo que pruebe que tienen la dinámica del reino de los justos. Juan no les dió una charla teológica, les dijo: «El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo».

¡Ah! Esto era avivamiento. Hasta los cobradores de impuestos vinieron para ser bautizados.

¡Eso sí que es avivamiento! Le dijeron ¿cómo podemos probarte que hemos abandonado nuestro pecado? «Elles dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado».

También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario».

Algunos dicen esto es terriblemente aburrido, no hay nada muy carismático en eso. Esto es nuestro problema: visiones, sueños, fantasmas, liberaciones. Pero cuando empezamos a hablar de la vida del Reino y el verdadero Gobierno, algunos dicen: Esto no me bendice. Hábleme alguien de cómo puedo ser bendecido. Volvamos a los viejos tiempos. ¡Gloria a Dios! ¡A mi me gusta la emoción!

Hermanos, la emoción sólo va a permanecer mientras esté edificada sobre la vida del Reino.

El contexto del Reino   

«Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo, respondió Juan, diciendo a todos:

«Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego».

En que se destacará el ministerio de Aquel que viene? Preguntó Juan. ¿Por su encarnación en la Virgen María? ¿Por alimentar   a cinco mil para ustedes? ¿Por resucitar a Lázaro para ustedes? ¿Por morir en una cruz para ustedes? ¿Por Resucitar de los muertos para ustedes? ¡No!

Nos estamos enfrentando con un principio que se descubre a través de todo el Nuevo Testamento y es que Dios trata con propósitos finales.

Cuando Jesús viene Su propósito final es preparar el terreno para enviar al Espíritu Santo a la tierra que resida aquí y sumerja a los hombres en el gobierno divino a fin de demostrar el cumplimiento de la voluntad de Dios sobre la tierra como se hace en el cielo.

Comprenderá por qué Satanás trata de frustrar la acción del Espíritu Santo, de negarlo aún tratarlo con negligencia. Se pueden tener ideas muy profundas sobre la Trinidad; a Satanás no le importa siempre y cuando usted no se vea involucrado personalmente y por experiencia con el Espíritu Santo. Porque el Espíritu Santo trae más que dones emocionales. El Espíritu Santo trae carácter, discernimiento en el gobierno divino: trae un mensaje sobre la vida que se vive en el cielo, el mensaje de la Trinidad; trae a la experiencia diaria una proyección de la vida de Dios en los cielos. El Espíritu Santo es Dios en acción y sin el Espíritu Santo operando, no hay contexto del gobierno de Dios.

El Espíritu Santo llama a ministros y les da poder para su ministerio. El Espíritu Santo escoge y toca a los hombres. El Espíritu Santo es el que obra. El es el contexto del Reino de Dios.

«Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apaga. Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo». Yo diría que no son tan buenas las nuevas que anunciaba. ¿A quién le gusta que lo llamen serpiente?

¿Pero acaso no es una buena nueva cuando alguien te dice la verdad? ¿Acaso no es bueno saber la verdad? El Evangelio de Cristo Jesús es que El quiere tenernos completamente rendidos y ser un déspota benigno en nuestras vidas. ¿Eso será buena nueva? ¡Sí!

El énfasis evangélico antiguo era: Sé libre de tu pecado. Este nuevo énfasis no sólo dice sé libre de  tu pecado, sino deja que Dios intervenga en tu vida. Por eso Pablo dice: «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional». Culto racional se usa sólo dos veces en el Nuevo Testamento. Lo que Pablo está diciendo es: Vean, Jesucristo ofrece tomar vuestra vieja y arruinada vida para dirijirla. El ofrece levantar esa vida arruinada y ponerla sobre el camino correcto. No seasun tonto, esto es lo más racional y sensato que puedes hacer. Toma este ofrecimiento sin dudar, porque nunca tendrás otro igual. Acepta pronto, hombre. El Dios que creó el universo y lo sostiene por el poder de Su palabra, el Dios que es perfecto ha ofrecido tomar tu vida y dirijirla de acuerdo con Sus leyes y propósitos.

¡Esa es una buena nueva!

Esta es la buena nueva que Dios nos trae. Si nosotros estamos enchufados a las leyes del Espíritu y a las leyes de Cristo, El nos va a dirijir como Cuerpo hasta que lleguemos a funcionar, a vivir y operar como lo hacen en el cielo. Llegaríamos a ser una proyección del cielo sobre la tierra y esto sólo puede realizarse por el Espíritu Santo.

Un versículo más. Quiero que noten la intervención del Espíritu Santo en todo esto.

«Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Esp iritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu Santo vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tornó en sus brazos, y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque ha visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz para revelación a los gentiles.»

Dios había quitado todo prejuicio de este anciano Simeón. El no puso a los judíos primero sino a los gentiles.

«Y gloria de tu pueblo Israel».

Simeón anunció bajo el Espíritu Santo de que el niño que estaba en sus brazos era Aquel del cual hablaban los profetas. Lo hizo bajo la unción del Espíritu Santo.

Veamos unos versículos más en Isaías 9. Con un toque navideño.

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio. y la paz no tendrán limite … «

Bien, imagínense cualquier pesimismo en contraposición a esto. Leemos en Juan que la luz resplandece en las tinieblas y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Estoy a cien millones de grados de cuando entré al cristianismo. Yo entré con pesimismo, con el concepto que todo iba en bancarrota. Yo estaba esperando que Jesús viniera a engancharme, hasta que ví que ya estaba enganchado y lo que faltaba era que yo me moviera.

Lo dilatado de su imperio no tendrá límite.

Yo me hago totalmente responsable de lo que voy a decir ahora:

Si Dios saliera de la historia con Cristo Jesús sin vindicación y el gobierno de Dios fuera una irrealidad, Dios tendría que esconder su cabeza con vergüenza y abdicar a Su trono.

Pero él lo declaró y El cuidará de Su Palabra hasta cumplirla y mientras estoy hablando llamo a Dios para que la cumpla. Yo declaro que lo dilatado de Su imperio no tendrá límite. Ningún Teólogo pesimista podrá ponerle fin. Ningún pecado podrá ponerle fin.

Observe ahora: «sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.»

Ud. puede traer sus viejas ideas sobre reverenciao sobre cómo portarse, está bien, siga adelante. Pero cuando yo veo un grupo de jóvenes cuyos corazones estan ardiendo, bailando en la nave de la iglesia, dejando que algo de su efusividad fluya por sus brazos alzados y cantando a voz en cuello, pienso: Mi Dios es un Dios de guerra. ¡Aleluya! Se alzó con poder. Se sentó sobre una nube.

El compañero de este versículo está en capítulo 11 del mismo libro, y dice así:

«Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vásta­ go retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová;»

¿Cuál fue la fuente, la dinámica, el poder, la fuerza motríz, el elemento de comunicación en la vida del hijo de María? El espíritu!

El héroe ignorado    

Nunca se enorgullezca tanto qúe pierda de vistaque Ud. está aquí por el fiel Espíritu Santo, el héroe ignorado de la Trinidad, que por 2000 años se enfrentó con la ignorancia, la negligencia, la sátira y la crítica de un mundo que lo odia tanto como odió a Cristo Jesús. No se aleje del hecho que El está aquí a través nuestro para traer el Gobierno de Dios. Nunca se hinche tanto que la metodología y la teología y la filosofía y los otras teorías le hagan olvidar de cómo depender sencillamente del Espíritu Santo. Jesús nunca dió un paso sin El, no abrió su boca sin El, el Espíritu Santo fue Su dinámica y dirección constante.

«Espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová».

Si Ud. quiere conocer el temor de Jehová no trate de bombearlo, sea lleno del Espíritu Santo. ¿Ha estado Ud. en alguna ocasión en la presencia del Señor tan intensamente que le causara miedo? Acaso no es algo que aterra? Yo quiero conocerel temor de Dios, yo sé dónde puede ser hallado, es en la esfera del Espíritu Santo.

«Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío».

Este no es un mensaje evangelístico. Eso no es invitar a los pecadores a que se arrepientan. ¿Quién dijo que estoy invitando a los pecadores al frente? ¿Quién dijo que hay que hacerlo? Se nos dijo que decláraramos que Jesús es Señor. ¿Señor de qué? Señor de todo el mundo. Jesucristo es Señor de la providencia, de toda necesidad, igual que el Señor de la redención.

Jesucristo es el Señor de los terremotos, de todo. Muchos creyentes no entienden que Jesús es Señor de la providencia igual que Señor de la redención. Jesucristo es Señor en un sentido absoluto. Los creyentes se dejan envolver en pequeñeces y no pueden ver que el señorío de Cristo se extiende sobre toda nación, no sólo como su derecho de Redentor, pero corren el riesgo de desperdiciar la provisión filial de hijos.

Esta es una dimensión que se ha perdido en el cristianismo evangélico. Estamos tan ocupados con «Tal como soy» que Jesús sólo es un amiguito de poca importancia. Mi Jesús no es un amiguito de poca importancia. Es el Hombre entre hombres, es el Hijo del hombre. Está a cargo del gobierno de Dios y todo lo que hace lo hace con justicia, y cuando usa el bisturí lo hace con la perfección y dirección de Su Señorío omnisciente. No se olvide, no sólo es Redentor, es también Gobernador.

«No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren la mar. Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa». (Isaías 11: 9-10).

¿Sabe qué es gloria? No es una reunión con mucha emoción. Gloria es la manifestación visible de los atributos invisibles de Dios,

Cuando Uds. y yo entendamos que en la dimensión del Reino las cosas que estamos escuchando no deben mover nuestras emociones, entonces Su habitación estará donde Sus atributos se manifiesten en medio de su pueblo. No sólo dones, pero gracia. No sólo carisma, sino carácter y cuando esto suceda el mundo mirará y verá una reproducción del cielo sobre la tierra.

Reproducido de la revista Vino Nuevo, Vol 2 nº 12- Abril 1979