Un servicio para padres

MATERIAL DE ENSEÑANZA: Josué 4.

¿Ha teni­do usted alguna respuesta dramática a su oración? ¿Ha pen­sado en ponerla en un álbum de recuerdos?

Israel tenía un nuevo líder que se llamaba Josué. Moi­sés se había ido a la presencia de Dios. Bajo la dirección del Señor, Josué dio órdenes para que el pueblo marchara en dirección del río Jordán que se había desbordado ya que era el tiempo de primavera. Cuando vieron la fuerte corriente y los terrenos inundados por el agua, seguramen­te desearon que Moisés hubiera estado con ellos, pensando en los milagros que Dios operó a través suyo.

Era una prueba para Josué, pero no tenía miedo. Había recibido dirección directamente de Dios. Los sacerdotes habían de marchar adelante del pueblo, llevando el arca del pacto. La orden era marchar directamente hasta el río y meterse en él y, cuando ellos lo hicieron, el milagro su­cedió. Toda la nación vio como las aguas se detuvieron río arriba, formando una gran presa. Las aguas de aba]o con­tinuaron su marcha y apareció la tierra. Igual como suce­dió con el Mar Rojo, una vez más el pueblo de Israel pasó al otro lado en tierra seca.

Cumpliendo las órdenes de Dios, un hombre de cada una de las doce tribus tomó una piedra de en medio del lecho del río y la acomodó en un monumento en Gilgal, el primer campamento que hicieron en Canaán. Otras doce piedras fueron apiladas en medio del río para que las aguas las cubrieran. Entonces dijo Dios: «Cuando sus hijos les pregunten: ‘¿Qué significan estas piedras?’ ustedes les pueden contar la historia del poderoso milagro que Dios hizo por Israel. Así conocerán ellos y su descendencia, del poder y de la fidelidad de Dios para con su pueblo».

Dios mandó que se hicieran estos monumentos. Segura­mente él se agradaría si tuviéramos algo parecido en nues­tras familias que nos recordara a todos las ocasiones cuan­do él respondió a nuestras oraciones.

DIÁLOGO

  1. ¿Por qué eran estas piedras un buen monumento?
  2. ¿Necesitaban la nación y las familias de estos monu­mentos? ¿Los necesitamos nosotros?
  3. Nombre algunos otros monumentos o recordatorios mencionados en la Biblia. ¿Existen todavía hoy?

COMO ENSEÑAR LA HISTORIA

  1. Haga una colección de objetos que tengan un significa­do histórico para su familia. (Josué usó piedras porque no tenía una cámara fotográfica). Por ejemplo: El reloj de mamá – «Lo perdió, oramos y el Señor nos ayudó a encon­trarlo». Hay muchas otras cosas similares que los niños pueden sugerir para hacer real la fidelidad de Dios en nues­tras vidas.
  2. Ayude a cada miembro de la familia a darse cuenta que él o ella es una «piedra viva», es un «monumento vivo» de la gracia redentora de nuestro Señor Jesucristo.

SUGERENCIAS: Querido padre, ¿sabe su hijo cómo «buscar al Señor»? ¿Se ha puesto a orar con ellos sobre cosas que son realmente importantes? ¿Han «luchado» juntos con el Señor contra fuerzas espirituales? Recuerde siempre el nivel espiritual de sus hijos.

Busque algo de importancia para ellos y aliente a sus hijos para que se «ejerciten» personalmente en oración. Interésese por la profundidad espiritual de sus hijos. ¿Co­noce él o ella al Señor Jesucristo? ¿Tienen ellos una fe viva? ¿Los ha cambiado el Señor en sus naturalezas? Estas son preguntas que algún día deberás responder al Señor mismo. Busca a Dios para que te ayude con la tarea de criar a tus hijos.

Querido padre, ¿cómo está tu salud? Lo mejor que puedes hacer para el bien de tu familia es que te cuides, espiritual, mental y físicamente. Si tu salud no es buena, no podrás ser para tu familia lo que debes.

  1. ¿Estás demasiado pesado?
  2. ¿Comes demasiado; o comidas grasosas o con dema­siada sal? ¿Fumas o bebes café en extremo?
  3. ¿Haces suficiente ejercicio físico?

Descuidar estas cosas puede conducir a que llegues a tener presión alta, problemas del corazón y otras enfer­medades serias. Por amor a tu familia, haz de tu salud un asunto de gran prioridad.

NOTICIAS

Un juez castigó a los padres de dos mucha­chos adolescentes por actos de vandalismo cometidos por sus hijos en una propiedad escolar. ¿Quiénes tienen el mayor impacto en los valores morales y la conducta de los adolescentes? No son los padres, dice una firma consultora de renombre, que llevó a cabo una encuesta para ese efec­to; son los amigos y los otros muchachos de su misma edad.

El reporte concluye diciendo: «La necesidad de ser aceptados en un grupo, es la fuerza más poderosa que in­fluye en las decisiones de los jóvenes de hoy».

La lista incluye en orden de influencia, primero a los amigos, luego a los padres, seguidos por la televisión, la radio, los discos, los maestros, los héroes populares, los clérigos, los periódicos y las revistas, la publicidad, los consejeros y los familiares.

Hace veinte años, declara la firma, las influencias más importantes sobre los adolescentes eran los padres, los maestros, los amigos, el clero, los consejeros, los héroes populares y los familiares; en ese orden (Parade Magazi­ne, Dic. 7,1980, Mobile, Ala. EUA).

CHISPAZOS

Thomas Fleming es un autor que escri­bió sobre la vida de Abraham Lincoln. Dice Fleming que la madrastra de Lincoln descubrió las semillas de la gran­deza en el muchacho. «Era muy diligente en adquirir co­nocimiento. Cuando llegaban mayores a la casa, él permanecía atento y en silencio hasta que todos se hablan ido.

Tenía que entender todo con exactitud. Nunca se le esca­paba un detalle. Cuando escuchaba un sermón, llegaba a la casa, tomaba a los otros niños, se subía sobre un tronco y lo repetía casi palabra por palabra». Ella sabía que algún día seda un gran hombre.

Los padres que prestan atención a sus hijos, podrán ver desarrollándose su valor potencial. Si se ayuda a los niños a identificar su potencial, su futuro será realzado. Los niños están buscando siempre su propia identidad. Por eso preguntan: «¿Cómo soy yo? ¿Cómo seré cuando sea grande?» Si descubrimos su potencial, podremos encami­narlos en ellos y así ganarán confianza y se sentirán realizados.

PATRIMONIO:

El largo alcance de la disciplina. Había cinco muchachos en la familia y yo era el más jo­ven. Mi padre creía en una disciplina firme sin ser cruel. Cuando nos mandaba tareas en el patio o en la huerta, es­peraba que fueran cumplidas. También contaba con que le ayudáramos a mamá y que hiciéramos todo lo que ella nos pedía. Uno de mis hermanos consiguió un trabajo de vera­no y cuando venía a casa quería que le sirvieran y quedar­se durmiendo hasta el último minuto posible. Mi padre te­nía una tienda y se levantaba más temprano que todos no­sotros; una mañana regresó a casa inesperadamente y lo encontró todavía en la cama después que mi madre lo ha­bía llamado repetidas veces. Con un solo fajazo logró des­pertar a mi hermano quien brincó de la cama inmediata­mente.

Eso tuvo un buen efecto en él pues terminó su educación y con la ayuda de mi padre llegó a ser un gran dentista. El efecto que eso tuvo en nosotros fue grande y especialmente en mí. Después de ese incidente, yo adquirí un gran respeto por la palabra de mi padre y por la de mi madre también. Ese fajazo que mi hermano recibió nos ahorró muchos castigos a todos. Después, cuando creci­mos, la lección permaneció viva en nuestras mentes. Nos previno de muchos errores porque siempre recordamos que nosotros somos responsables de nuestras acciones y que el castigo vendrá si hacemos algo malo. Alguna clase de disciplina debe ser usada en cada vida. No hay duda que su ausencia es la causa de muchos de los problemas que tienen los jóvenes de hoy; especialmente con las dro­gas y el licor. V. S.

NOTA: «Los padres debieran ser tratados como maes­tros», dice el Dr. Burton White, de Newton, Mass. EUA. Sus observaciones indican que una criatura comienza a aprender desde su nacimiento y para cuando llegue a su sexto cumpleaños, su mayor oportunidad de aprendizaje habrá pasado. El período más critico está entre su octavo mes y su segundo año. El Dr. White aconseja a las madres que quemen los encierros donde meten a los niños durante la mayor parte de este tiempo y conviertan la casa «a prueba de niños». Aboga porque se «aproveche cada oportunidad para enseñarles» y nos recuerda que ellos entien­den más de lo que creemos. El Dr. White cree que la disciplina es importante y que al niño debe enseñársele «que el mundo no existe sólo para él o ella».

En su libro, The First Three Years of Life (Los Prime­ros Tres Años de Vida), el Dr. White describe las etapas de crecimiento del niño y la importancia de que los padres las conozcan y se comuniquen con sus hijos en base a ello. (Mobile Press -oct. 31,1980).

PADREGRAMA: Queremos servir al Señor sirviéndole a usted. Usted es de gran importancia para su familia, para nosotros y para el propósito de Dios en la tierra. Si tiene sugerencias o cosas que ha aprendido que puedan ayudar a otros, comuníquenoslas. Tal vez no podamos imprimirlas todas, pero las apreciaremos y usaremos oportunamente.

Charles y Vernon Simpson

Reproducido de la Revista Vino Nuevo  -Vol. 4 Nº 2 -octubre 1981