Autor Tim Parish

El entendimiento comienza en el corazón, no simplemente con su Cociente Intelectual.

El año pasado llevé a mis hijos adolescentes a ver la película Credo de Asesinos (Assasin´s Creed). Soy un escéptico de cualquier película que tenga su origen en un video-juego, pero fue una oportunidad para alejarme del trabajo y relajarme con mis hijos. Felizmente, para mi sorpresa, resultó ser un gran «momento de discipulado», ya que fue una oportunidad para discutir la visión posmoderna de la verdad en la película: cada nuevo iniciado en el gremio de asesinos debe pasar por una iniciación de la siguiente manera:

Asesino: Donde otros hombres sigan ciegamente la verdad, recuerde…

Iniciado: Nada es verdad.

Asesino: donde otros hombres están limitados por la moral o la ley, recuerde…

Iniciado: Todo está permitido.

Asesino: Trabajamos en la oscuridad para seducir a la luz. Somos asesinos.

La máxima del credo es que nada es verdad, todo está permitido.

Después de la película, mis hijos y yo tuvimos una gran conversación comparando el punto de vista de la verdad de la película (que, lamentablemente, refleja con precisión a muchos en nuestra cultura) con la perspectiva de la verdad de Jesús. Les recordé la escena en Juan 18, inmortalizada en el cuadro de Antonio Ciseri, Ecce Homo, donde Jesús dice: «Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz.” Y Pilato responde:»¿Qué es la verdad? «(Juan 18: 37-38).

Jesús afirmó la existencia de la verdad e incluso hizo una atrevida afirmación de que todos los que estaban del lado de la verdad lo escuchaban. Pilato, por el contrario, cuestionó la existencia y definición de la verdad, sonando inquietantemente como un iniciado en el Credo de Asesinos.

En la conversación con mis hijos, les expliqué que la Máxima del Credo sería realmente correcta si no hubiera ninguna verdad, si eso fuera cierto, sería correcta. El problema obvio con la Máxima, sin embargo, es que es claramente contraproducente. Se afirma a sí misma como una declaración de verdad y al mismo tiempo niega que pueda haber declaraciones de la verdad.

Ahora, para que no piensen que esto es un debate filosófico esotérico y periférico, deberían saber que esta visión de la verdad es enormemente popular en la cultura en este momento. Si no lo cree, lea cualquier periódico o mire cualquier fuente de noticias en su teléfono inteligente y lo verá. La gente está constantemente diciendo cosas como: «No hay una verdad objetiva». «Nadie sabe la verdad». «Lo que podría ser cierto para usted no es cierto para mí». Cada una de estas afirmaciones, como la Máxima del Credo, es contraproducente.

En un artículo reciente publicado en CNN.com titulado «Por qué soy musulmán», Reza Aslan argumentó que era musulmán, no porque el Islam fuera «más verdadero» que otra religión (no lo es), sino porque me dio un » lenguaje «para expresar mi fe.1 La idea subyacente es que » ninguna religión es más verdadera que cualquier otra religión”. Lo cual es otra manera de decir: «Realmente no podemos conocer la verdad objetiva”.

Entonces, les pregunté a mis hijos por qué nosotros, como cultura, desechamos tan rápidamente la idea de la verdad. ¿Podría ser un intento de darnos, en palabras del Credo de Asesinos, el permiso para hacer lo que queramos hacer? ¿Podría nuestra negación de la existencia de la verdad tener menos que ver con nuestras preguntas legítimas y más con nuestro deseo de deshacernos de las restricciones morales que la verdad pueda tener sobre nosotros?

En este punto, los chicos estaban cuestionando comprensiblemente su decisión de llevar a su papá a la película. Yo, sin embargo, apenas estaba calentando. «De acuerdo, papá, ¿díganos cómo podemos realmente saber la verdad? Preguntó uno de mis hijos, queriendo parecer más estudioso que sus hermanos.

Bueno, la respuesta fundamental de las Escrituras es que uno debe someterse a la verdad para conocerla. Saber la verdad no es meramente una facultad cognitiva, sino que también incluye un elemento moral. Considere las siguientes Escrituras:

Romanos 1: 18-19: “Pues la ira de Dios se manifiesta desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que con injusticia detienen la verdad. Porque lo que de Dios se conoce es evidente entre ellos pues Dios hizo que fuese evidente.”

En otras palabras, fue por su maldad, y no por tener un alto Cociente Intelectual lo que suprimió la verdad.

Efesios 4: 17-19: “Esto digo e insisto en el Señor: que no se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes, teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón. Una vez perdida toda sensibilidad, se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda clase de impurezas.”

Tenga en cuenta que el problema no es nuestra cabeza, es nuestro corazón. Según las palabras de Pablo en Efesios, ignorancia de la verdad tiene más que ver con un corazón duro que con la falta de inteligencia. Como una vez reflexionó el historiador Will Durant: «Cuando las riquezas nos hicieron sentir cómodos, encontramos miles de razones científicas por las que la religión estaba equivocada». Son nuestros corazones los que constituyen el problema.

Jesús habla de la libertad que trae la verdad a los judíos que habían creído en él: Jesús dijo: “Si ustedes permanecen en mi palabra serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” (Juan 8: 31-32. Queremos ser libres, pero la única manera de serlo es conociendo la verdad. La única manera de saber la verdad es ser un discípulo de Jesús. La única manera de ser su discípulo es guardando su enseñanza. Por lo tanto, la obediencia es necesaria para conocer la verdad.

Este texto llevó al reformador, Juan Calvino, a escribir: «Todo verdadero conocimiento de Dios nace de la obediencia». Contrariamente a la idea de libertad del mundo, la verdadera libertad es el resultado de abrazar la verdad y obedecerla en lugar de negarla.

Sorprendentemente, el filósofo que más me ayudó con esto es Soren Kierkegaard, quien dijo: «La verdad es la subjetividad». 2 Cuando dijo esto no quiso decir que la verdad es subjetiva o relativa en la forma en que la gente la usa hoy. Lo que quiso decir es que las verdades más profundas solo pueden conocerse subjetivamente al comprometerse con ellas. Sólo cuando las convierte en parte de su vida entenderá su verdad.

Hay algunas verdades en la vida que no se pueden entender hasta que se experimentan. Por ejemplo, el amor. Nadie puede conocer el amor buscándolo en el diccionario o buscándolo en Google o leyendo la página de «amor» de Wikipedia. No, sólo se puede conocer el amor verdadero comprometiendo la vida a amar a alguien. Sólo se puede conocer el amor desde dentro, desde la experiencia”.

Lo mismo ocurre con el cristianismo. No se puede conocer leyendo o escuchando un sermón. Sólo se puede conocer la verdad del cristianismo comprometiéndose con ella. Una persona sólo puede conocer a Cristo en una relación real con él, lo que requiere que le entregue su vida. Debe someterse a una relación con Aquel que dijo: «Yo soy la verdad» (Juan 14: 6).

Esto, por supuesto, no es negar la necesidad de buenos, lógicos, racionales y sólidos argumentos para nuestra fe. Claramente, Kierkegaard fue demasiado lejos en su negación de tales argumentos. Creo que hoy necesitamos desesperadamente la apologética en la Iglesia. He dedicado una parte de mi vida a la defensa de la verdad bíblica. Es decir, que nuestro enfoque de la verdad no puede ser meramente cognitivo, sino que debe incluir la sumisión de nuestros corazones y voluntades.

De hecho, sin someternos a ello, no podemos conocer la verdad. Y, si no conocemos la verdad, nos condenamos a la oscuridad del Credo de Asesinos y perdemos la belleza del reino de Jesús.

Notas

  1. http; // www.cnn.com * 2017/02/26 / opinions / believer-personal-faith-essay-reza-aslan-indexhtml
  2. Concluyendo la transcripción no científica de PostScript. D.F. Swenson y Walter Lowrie. (Princeton University Pres 1941, p 49-55
  3. Nota del traductor: En inglés el Credo de Asesinos dice: «We work in the dark to serve the light.» lo que es incongrüente con el contexto del Credo. Por lo tanto, se cambió la palabra «servir» por «seducir».

Tim Parish es el pastor principal de la Iglesia New Life en Louisville, KY. Para más información: newlifechurch-lou.org

Tomado con permiso de la revista One-to-One del verano de 2018

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Reina Valera Actualizada 2015.