Consultores invitados: Ralph Martin, Bob Munford, Charles Simpson.

La oración es probablemente uno de los tópicos cristianos del que más «se habla» pero el que «menos se experimenta». No podemos ver la oración sólo como una disciplina sin relacionarla con nuestro crecimiento espiritual. Existen muchos factores que afectan nuestra capacidad y efectividad para orar- nuestro concepto de Dios, nuestra motivación básica de la vida, nuestra relación con los demás, etc. Los problemas en estas áreas deben ser solucionados conjuntamente con nuestros intentos de establecer una vida de oración.

En este número se contestan algunas de las preguntas que se hacen con mayor frecuencia en relación a la oración.

  1. Cuál es el papel de la oración en el crecimiento espiritual?

MARTIN: La oración es esencialmente «darle atención a Dios». A menudo pensamos en la oración como petición o intercesión. Si bien estos dos aspectos son muy importantes, sin embargo, el corazón de la oración es Dios mismo; estar con Él, es Su presencia, ponerle atención, deleitarnos en El. La oración es asunto de amor, de adoración y comunión, antes de petición o de intercesión. Cuando la consideramos de esta manera podemos ver por qué la oración es indispensable en el crecimiento espiritual. Estar con Dios, abiertos a El, presentes cuando El habla, es esencial para ser transformados de «gloria en gloria» (2 Cor.3:18). La oración es, de muchas maneras, el centro de nuestra relación con Dios, es como la comunicación entre esposos, la conversación entre amigos, el tiempo que pasan juntos los padres con sus hijos. Es el medio en que fluye nuestra relación con Dios.

MUNFORD: Llegamos a conocer a las personas estando con ellas, compartiendo y comunicando a través de todas las avenidas disponibles.

Por medio de la oración llegamos a conocer a Dios de una manera muy personal y eso es vital para cualquier grado de crecimiento. Es cierto que le conocernos a través de Su Palabra; pero la Palabra debe convertirse en parte misma de nosotros. Cuando buscamos a Dios en la oración, la Palabra se convierte en parte de nuestras vidas y no sólo palabras escritas en las páginas de un libro.

Podemos ver la importancia de la oración en el crecimiento espiritual de la iglesia primitiva cuando leemos el libro de los Hechos. Antes de hacer decisiones de importancia o de llevar a cabo alguna empresa, notamos que ellos oraban individualmente y colectivamente. La oración contiene la liberación necesaria para el avance espiritual en cada una de las áreas de nuestras vidas.

SIMPSON: La oración es la raíz principal del crecimiento espiritual. Todo hombre y mujer que ha sido usado extraordinariamente por Dios testifica de una vida de oración. Ya que Dios mismo es la fuente de toda vida, la comunión con El es esencial para recibir vida y madurez. Jesús quien es el patrón para un desarrollo perfecto fue un hombre de oración intensa y continua. Estaba orando cuando fue bautizado (Luc. 3:21) y recibió al Espíritu. Los discípulos fueron testigos en el Monte de la Transfiguración cuando Jesús fue saturado literalmente de la gloria de Dios mientras oraba. Antes de la crucifixión Jesús agonizó en oración. Jesús mantuvo una comunión continua con el Padre.

La oración verdadera es una experiencia espiritual más que mental. Los que adoran a Dios lo hacen en el espíritu. El que se une con Dios es uno con El en el espíritu. A menos que uno permanezca en una comunión y en una conciencia espiritual con Dios, desciende a un ambiente del «alma» o manera natural de pensar y actuar, aunque continúe usando una terminología religiosa. Nosotros no podemos hacer nada espiritual de nosotros mismos. La comunión espiritual -escuchar a Dios y hablar con El a través de Cristo- es la fuente esencial de la vida de Dios que nos transforma a Su semejanza.

  1. ¿Qué cosas estorban la oración efectiva?

MUMFORD: En el capítulo 6 de Mateo, Jesús da ciertos consejos con respecto a la oración para que sea «efectiva» por supuesto.

En los versículos 5 y 6 dice que cuando oramos para ser oídos por los hombres, la única recompensa posible es el elogio de los hombres. También nos dice cómo obtener resultados en nuestras oraciones. Ore para ser oído de Dios. Él es el único que nos puede dar las respuestas y nos recompensará en público: ¡Viendo las respuestas!

Los versículos 7 y 8 advierten contra las repeticiones vanas. Jesús dio un ejemplo de aquellos que oran de esta manera y la razón por qué lo hacen. Pensaban que las muchas palabras y las muchas veces que vinieran delante de sus dioses les aprovecharía. Sin embargo, cuando se tiene fe y se sabe que El ya conoce nuestras necesidades, eso elimina las repeticiones vanas. Esto no significa que no debamos perseverar en oración, sin embargo.

Los versículos 14 y 15 contienen otro aspecto para orar efectivamente. Un corazón limpio, libre de amargura y actitudes de prejuicio es necesario para aparecer delante de Dios y pedir perdón para nosotros. ¿y cuántos de nosotros no necesitamos ser perdonados primero antes de pedir favores y solicitar otras cosas?

SIMPSON: Es obvio que el pecado estorba nuestra comunión con Dios. Él no puede compartir con nosotros nuestro pecado. Dios es Santo. El arrepentimiento y el perdón deben de preceder a la verdadera comunión con Dios. Por supuesto que hay mucha gente que le habla a Dios, pero que en realidad no tienen comunión alguna con El. El no participa en la comunión con ellos por su pecado.

El pecado toma muchas formas. Uno de los pecados básicos que estorba en la oración es la motivación egoísta. Cuando somos bebés espirituales, Dios tolera mucho de esto de igual manera que una madre o un padre lo hace, pero a medida que vamos creciendo esto se va convirtiendo en un verdadero estorbo. Santiago lo dice de esta manera: «Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. y no tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís porque pedís con malos propósitos, para gastar en vuestros deleites». (Santiago 4:2-3).

Ellos habían codiciado, cometido homicidio (odiado), envidiado, peleado y no obtuvieron lo que querían, así que oraron y ni así lo obtuvieron. ¿Por qué? Los motivos eran malos. Sus motivos son más importantes que sus métodos para orar. (Vea Isaías 58). 

Las relaciones malas son otro estorbo. Jesús nos recuerda que tenemos que arreglar nuestra relación con nuestro hermano antes de entregar nuestra ofrenda. Si no perdonamos, Dios no nos perdonará ni nos abrirá Su presencia a nosotros.

La desobediencia es otro factor importante en la oración sin contestación. 1 Juan 5:14 dice que si pedimos cualquier cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. No tomar en cuenta Su voluntad es destruir la efectividad de nuestra oración, porque Su voluntad es la que cumple Su propósito con Su poder. Por ejemplo, es la voluntad de Dios que prosperemos y tengamos buena salud, pero únicamente cuando estamos en la voluntad de Dios podemos prosperar y tener buena salud.

MARTIN: Hay otro nivel en el que aparecen obstáculos en la oración y es en el área de la disciplina y la sabiduría práctica. Muchas personas nunca entran en una relación profunda con el Señor porque nunca apartan tiempo para orar. Es necesario darle su debido tiempo y buscar su debido lugar para desarrollar una vida efectiva de oración.

En otro nivel, la oración es obstaculizada cuando no tenemos la actitud que Jesús dice en el corazón de nuestra relación con El: «Permaneced en mí, y yo en vosotros» (Juan 15: 4a.) Necesitamos buscar a Dios no solamente por las dádivas o para que intervenga en los asuntos de nuestra vida cotidiana, sino sencillamente por lo que El es, para efectuar nuestra unión con El, por amor a El y a Su voluntad. Esta es la relación y la oración que los Salmos llaman «buscar».

Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. (Salmo 27:4).

Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas. Para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el Santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos (Salmo 63: 1-4).

  1. ¿Qué significa «convenir en oración» ?

SIMPSON: Convenir en oración es más que estar de acuerdo para orar o de qué orar. Básicamente es estar en armonía u no con el otro. Mateo 18: 19 habla del poder de la armonía en la Iglesia. Este versículo aparece dentro del contexto de cómo se debe tratar a un hermano que ha pecado. El Señor declara que los cielos confirmarán las acciones de un cuerpo unido. Esa unidad sólo se puede lograr bajo la dirección del Espíritu. Jesús honra esa unidad en Su nombre con Su presencia. (Mateo 18:20) y las respuestas manifestadas de la oración. «Convenir en oración» son las peticiones colectivas de una comunidad unida.

MUMFORD: Hay dos referencias que vienen a mi mente en cuanto a esta pregunta: Hechos 1:14,2:1. La palabra «unánimes» se usa en ambas citas. Seguramente que esto es «convenir en oración». ¿El resultado? ¡Pentecostés!

De nuevo encontramos a los creyentes en Hechos 2:46 «unánimes». No sólo la oración era parte de esta unanimidad, sino que cada día estaban en el templo, partiendo pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez (unanimidad) de corazón. Esto resultó en favor ganado «con todo el pueblo» y añadiduras a la Iglesia todos los días.

MARTIN: Cuando Jesús dice en Mateo 18: 19 » … si dos de vosotros se pusieran de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieran, les será hecho por mi Padre que está en los cielos», se está refiriendo al fruto de la unidad entre Sus discípulos, según oró tan fervientemente la noche antes de Su muerte (Juan 17:20). La unidad de cada cristiano con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y con cada otro cristiano llevará fruto en el testimonio manifestado y en sus oraciones invisibles.

Nuestro compromiso como hermanos y hermanas de ser uno entre nosotros y con el Señor, así como nuestra disposición de mantenernos firmes en medio de todo lo que prueba o amenaza ese compromiso es una clave importante para tener poder en la oración.

  1. En algunas escrituras se nos ha mandado a continuar en oración hasta que recibamos una respuesta y en otras se nos instruye a pedir una vez con fe creyendo que ya tenemos la respuesta. ¿Qué tipo de oración encaja en cuál tipo de situación?

MARTIN: Tenemos que ver todo lo que el Señor ha dicho sobre la oración para tener un cuadro equilibrado. A diario los cristianos se desilusionan, o se desaniman, o infantil o patéticamente «culpan a Dios» por no contestar sus oraciones, porque se han aferrado a una sola cosa que Jesús dijo sobre la oración sin molestarse en ver el cuadro completo. Por ejemplo, los creyentes nuevos a menudo se aferran a la promesa de Jesús de darnos todo lo que le pidamos, pero no notan que Jesús dijo esto a Sus discípulos, diciendo que esto se aplica a los que permanecían con El y a los que pedían de acuerdo a la voluntad de Dios: Es igualmente cierto en la aparente contradicción de pedir una vez y de persistir en oración.

Podemos aclarar ciertas cosas con respecto a qué tipo de oración encaja a qué tipo de situación. Por ejemplo, persistir en oración es lo que se requiere cuando se está librando una batalla espiritual y la obra de Satanás tiene que ser vencida. Pero la única manera satisfactoria de saber cómo orar -si orar una vez o persistir en oración es dejarse guiar por el Espíritu de Dios buscando Su dirección en cada situación.

SIMPSON: Para mí, la palabra clave en esta pregunta es «fe» Hebreos 11:1 dice: Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción (o evidencia) de lo que no se ve.» Fe es certeza. Creo que es apropiado orar hasta que se tenga certeza. En algunos casos eso sucede la primera vez que se ora. En otros casos, uno tiene que orar muchas veces antes de recibir la convicción de que Dios ha contestado. Entre la primera y la última vez que se hace la petición, pueden ocurrir muchos ajustes en el intercesor o en la situación que se está presentando al Señor.

No es prudente orar una vez y tratar de convencerse uno mismo con versículos de la Biblia, si no hay certeza en su corazón. En cierta ocasión Daniel oró veintiún días antes de recibir una respuesta. Había una batalla espiritual que se estaba librando en los cielos que tenía que ser ganada. La perseverancia es una virtud. Cuando la certeza viene, entonces deja que el asunto descanse con el Señor.

  1. ¿Qué significa «orar en el Espíritu» y cuál es el papel del Espíritu Santo en nuestra vida de oración?

SIMPSON: «Orar en el Espíritu» es cuando el Espíritu Santo toma el control de nuestra oración. Romanos 8 :26 nos recuerda que no sabemos orar como debiéramos, de manera que el Espíritu nos ayuda haciendo intercesión de acuerdo a la voluntad de Dios.

Casi todos hemos tenido experiencias cuando nos hemos dado cuenta que nuestra oración ha sido inspirada. Nos dimos cuenta en el acto que el Espíritu de Dios nos estaba ayudando a orar y que la oración sería efectiva. Eso es orar en el Espíritu.

Sin embargo, Romanos 8 :26 habla de algo más profundo. Habla de gemidos indecibles. Creo que esto es lo que Juan quiere dar a entender en Juan 11 :33,38, cuando dice que Jesús se estremeció en Su Espíritu al llegar a la tumba de Lázaro. Entonces dijo: «Padre, gracias te doy por haberme oído.» En Su Espíritu supo que era la voluntad del Padre resucitar a Lázaro.

Creo que podemos orar en el Espíritu Santo con nuestro entendimiento, también creo que podemos orar en Espíritu Santo desde nuestro espíritu como lo hizo Jesús frente a la tumba de Lázaro. Pablo habla de este mismo orar en el Espíritu en 1 Corintios 14:2 donde dice: «Porque el que habla en lenguas (desconocidas) no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.» De nuevo en el versículo 14 Pablo dice: «Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.» Concluye diciendo que orará con el Espíritu y con el entendimiento. Orad en el Espíritu, según lo entiendo, es hacer una oración inspirada por el Espíritu Santo desde nuestro espíritu (en lenguas) o desde nuestro entendimiento.

MART IN: Orar en el Espíritu no es sólo orar en lenguas, sino cualquier tipo de oración, ya sea en nuestro idioma nativo, la oración puede ser larga o corta, en silencio o en voz alta, pero tiene que ser motivada y vitalizada por el Espíritu. Creo que orar en el Espíritu son los ríos de agua viva que fluyen según Juan 7:38 y nos lleva a expresarnos de diversas maneras: con gran regocijo, en el canto, la danza, en gemidos poderosos, en adoración silenciosa, en amor profundo, en seguridad apacible. El Espíritu Santo es imprescindible en nuestra vida de oración. Sólo el Espíritu de Dios conoce las profundidades de Dios (1 Corintios 2:11,12,13) y cuando en nuestra debilidad no sabemos cómo orar, el Espíritu Santo lo hace por nosotros (Romanos 8:26). Dios mismo dentro de nosotros, por medio del bautismo en el Espíritu Santo, hace toda la diferencia en nuestra vida de oración.

MUMFORD: Judas y Pablo hablan de orar en el Espíritu Santo como edificación para el creyente. Judas 20 dice: «. . . edificándoos . . . orando en el Espíritu Santo». 1Corintios 14:4 dice: «El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica.» Edificarse es fortalecerse. Pablo concluye diciendo (vers. 15) que él orará con el entendimiento y con el espíritu; y (vers. 18) que él da gracias a Dios que habla en lenguas «más que todos vosotros.»

Cuando el espíritu humano se encuentra con el Espíritu de Dios, el resultado es refrigerio, edificación, gran alegría y una fuerza vitalizante que puede ministrar vida a otros. Reproducido de V.N. Vol 2 #4.