Respuestas por: Don Basham

Pregunta: ¿Hasta qué punto tiene Satanás autoridad en el mundo y hasta dónde ha sido su poder quitado y entregado a Jesús?

Respuesta: La lucha espiritual en la que estamos involucrados ha sido fielmente descrita como una guerra entre el reino de Dios y el reino de Satanás. Como uno de los resultados de su muerte propiciatoria en la cruz y de su resurrección subsecuente, Jesús triunfó sobre Satanás (Col. 1: 13; 2: 13-16; I Juan 3:8). Sin embargo, aunque Satanás ha sido legalmente derrotado, es todavía identificado como el gobernador y el dios de este mundo. (Juan 14:30 y II Coro 4:4).

Aunque no existe duda alguna del resultado final del conflicto entre los dos reinos, todavía estamos en medio de la lucha. La lucha para nosotros, consiste en apropiarnos por fe, de lo que es legalmente nuestro por el triunfo de Cristo en la cruz. La autoridad de Cristo Jesús en nuestra experiencia cotidiana se extiende únicamente hasta donde la reconozcamos y la apliquemos. Satanás mantiene todavía control sobre los sistemas mundiales y todas las filosofías y religiones que ignoran o niegan a Jesucristo.

Cuando Jesús fue tentado en el desierto, Satanás le mostró todos los reinos del mundo e hizo alarde de que eran suyos (Lucas. 4:5-7) y Jesús no se lo negó.

El poder y la influencia de Satanás son solamente temporales, sin embargo. Cuando Jesús dijo a sus discípulos después de su resurrección, «Toda autoridad me ha sido dada en los cielos y sobre la tierra» no estaba haciendo declaraciones vanas. Aun así, todavía estamos en el proceso de manifestar en la tierra los resultados de ese triunfo espiritual.

Pregunta: ¿Cuáles son los «principados y potestades» que se mencionan en Efesios 6: 12 contra los que luchamos?

Respuesta: Efesios 6:12 parece describir varios rangos de autoridad y de poder en la jerarquía satánica. Nos ayudaría recordar que, en el principio, Dios a través de Jesucristo, creó todas las cosas, incluyendo la jerarquía espiritual de los seres celestiales quienes, bajo el Padre, Hijo y Espíritu Santo gobernaban la creación.

Y El (Jesucristo) es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda creación. Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles, ya sean tronos, o dominios, o autoridades, o poderes =todo ha sido creado por medio de Él y para El.

Pero una porción de la jerarquía celestial se reveló y cayó con Lucifer (Judas 6). Ellos componen el gobierno variado del reino de Satanás descrito en Efesios 6: 12. Los «principados y poderes» son presumiblemente los rangos más altos de los ángeles del diablo, los «príncipes» que gobiernan sobre grandes áreas del mundo como las que describe Daniel 10, donde el «príncipe de Persia» y el «príncipe de Grecia» batallaron con el arcángel Miguel por 21 días para retardar la respuesta que Dios daba a la oración de Daniel.

Los «poderes mundiales de estas tinieblas corresponderían a aquellos ángeles caídos que mantienen al mundo en tinieblas impidiendo que el Evangelio de Jesucristo se propague.

Finalmente «las huestes espirituales de maldad» (literalmente huestes de espíritus malos) parece referirse al orden más bajo de seres malignos sobrenaturales, los demonios o espíritus malos que llenan la tierra y la atmósfera que nos rodea.

Pregunta: ¿Cómo podemos saber cuáles son los principados y las potestades que controlan nuestras ciudades y regiones y qué podemos hacer para combatirlas?

Respuesta: Ya hicimos mención del «príncipe de Persia» y del «príncipe de Grecia» de Daniel 10. Basados en esta referencia bíblica, concluimos que hay príncipes malignos que gobiernan sobre áreas geográficas en particular. Esto ha sido confirmado repetidamente en la experiencia contemporánea. Dios ha revelado que naciones, ciudades y hasta vecindarios o comunidades son dominados a menudo por entidades espirituales invisibles y poderosas. Como resultado de la oración, Dios puede revelar a un grupo de cristianos el nombre del príncipe o gobernador en particular. También dará con la revelación, la autoridad para orar contra ellos atándolos y hasta «destronándolos» o quitándolos de su posición de gobierno. Es importante identificar el príncipe que gobierna en el particular antes de enfrentársele en la oración.

No hace mucho tiempo que algunos de nosotros estábamos involucrados en una situación donde un espíritu gobernante de legalismo estaba ejerciendo gran autoridad y poder sobre un grupo de cristianos. Se habían hecho algunas decisiones legalistas y destructivas como resultado, las que habían causado mucho daño, en conclusión. Pero una vez que discernimos cuál era el espíritu que gobernaba sobre la situación, entonces ofrecimos una oración unida y concertada. Todos juntos, tomamos autoridad sobre el espíritu gobernante, lo atamos en el nombre de Jesús y por fe lo despojamos de su potestad. ¡Los resultados fueron drásticos e inmediatos! En un lapso de 24 horas de confusión sobre la situación se había levantado. Los líderes que habían estado atados a ese espíritu de repente se arrepintieron de su error, cambiaron algunas de las decisiones cruciales y la paz y la armonía fueron restaurados milagrosamente. Estos resultados dramáticos no son siempre inmediatos; sin embargo   estos ejemplos ilustran el poder de la oración colectiva y autoritaria.

Pregunta: ¿Qué direcciones podemos seguir para atar a las fuerzas satánicas? ¿Qué otras maneras podemos usar para combatirlas?

Respuesta: Es importante que nos demos cuenta que el tipo de conflicto espiritual que hemos estado describiendo no es recomendable para novicios. Tampoco debemos entrar en esta actividad normalmente solos. «Gobernadores» «principados» y «potestades» son términos que indican varias órdenes poderosas de dignatarios malignos. La batalla contra ellos deberá ser llevada colectivamente y bajo la dirección clara del Espíritu Santo. Cualquier cristiano solo que decida declarar su propia guerra personal contra algún espíritu poderoso gobernante podría meterse en serias dificultades. Aún en el ministerio de echar fuera demonios, que pudiese ser efectuado por un sólo cristiano (aunque siempre es mejor tener ayuda), los que ministran experimentan frecuentemente molestias y ataques de desquite. Los demonios representan el orden más bajo de los poderes malignos; comenzar a oponerse a fuerzas satánicas más poderosas es invitar mayor oposición e intentos de venganza.

Por esta razón recomendamos firmemente que se tenga cuidado y precaución cuando se entre en la guerra espiritual de este alto nivel. Si bien no hay por qué asustarnos con este reto, debemos tener una revelación real del Espíritu Santo con relación al principado o al poder en particular que hemos de resistir y la asistencia de un grupo determinado de hermanos cristianos que se nos unan cuando entremos en la región del conflicto espiritual.