• ¡Ame, lea y viva La Palabra!

Querido amigo en Cristo,

Sinceramente espero que esté bien. Este mes voy a continuar lo que comencé en la Carta Pastoral del mes de febrero pasado. Lucas 4 dice que cuando Jesús fue tentado y acusado por el diablo en el desierto, él declaró: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Lucas 4:4 RVR1960).

De manera que la palabra de Dios da vida; nos sostiene, es nuestro pan. La palabra de Dios no es sólo nuestra brújula para darnos dirección; es oxígeno, alimento, agua. De la manera en que nos alimentamos con la palabra de Dios, recibimos vida, salud, fuerza y gozo.

En el relato de Lucas 4, fue la palabra de Dios la que sostuvo y dio fuerza a Jesús en el desierto, un lugar inhóspito de prueba física y espiritual. Para Jesús, el énfasis en la palabra no le impidió adorar, más bien fue fundamental para enseñar que la verdadera adoración es siempre dirigida “al Señor tu Dios… y sólo a él.” Cualquier otra dirección está mal dirigida.

En el ambiente brutal del desierto, Jesús fue tentado por el mismo diablo. Satanás no es omnipresente… no puede estar en todas partes a la vez. No es omnipotente… el diablo no es todo poderoso, aunque es más poderoso que cualquier ser humano aparte de Jesús. El enemigo tampoco es omnisciente, que todo lo ve, pero es muy astuto, halagador y taimado – sabe apelar a las debilidades de la carne.

El diablo tentó a Jesús en tres plataformas diferentes, las primeras dos las cubrimos el mes pasado. Primero, el diablo intentó manipular el hambre física de Jesús tentándolo a que hiciera un truco mágico para satisfacer su carne y acariciar cualquier ego que el diablo imaginó que Jesús tuviera: “Di a esta piedra que se haga pan.” Cuando fracasó en ese primer intento, el diablo creó una ilusión para tentar a Jesús a cometer idolatría. “Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Ver Deuteronomio 6:13).

Falsificación de Poder

Ese fue “Strike dos” para el diablo, pero tenía otro truco bajo la manga: “Y (el diablo) lo llevó a Jerusalén y lo puso de pie sobre el pináculo del templo, y le dijo: —Si eres Hijo de Dios échate de aquí abajo. Porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti para que te guarden, y en sus manos te llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo: —Dicho está: No pondrás a prueba al Señor tu Dios” (Lucas 4:9-12).

De la misma manera que Satanás intentó tentar a Jesús con alimento y adoración falsificados, también tentó a Jesús ofreciéndole poder falsificado. Intentó inducir a Jesús a crear un espectáculo con los ángeles. Y el diablo le citó la Biblia a Jesús. El diablo sabe versículos de la Biblia, pero nunca los usará correctamente porque es el enemigo del Autor. El diablo tratará de hacer un mal uso de la palabra de Dios para luchar contra la voluntad de Dios. Para el inmaduro o falto de discernimiento, esto se puede convertir en una trampa.

De la misma manera, el enemigo es experto falsificador de adoración, inventando fuegos adulterados de actividad sobrenatural. Quien persiga indiscriminadamente lo sobrenatural y no siga al Espíritu Santo, será fácilmente engañado. Quien quiera lo sobrenatural sólo para cumplir deseos egoístas o para ser entretenido, entonces va a caer en la trampa del enemigo y obtener el resultado que el enemigo quiere. Se dará cuenta de que no todo lo que reluce es oro.

El enemigo intentó pervertir las preciosas promesas de Dios de protección para nosotros. Jesús no quería nada de eso y reprendió al enemigo con la poderosa palabra de Dios en Deuteronomio 6: Dicho está: No pondrás a prueba al Señor tu Dios.”

Dios no se presta para que jueguen con él o lo manipulen. Quien espera recibir la protección y la bendición de Dios pervirtiendo su palabra, rebelándonos contra su plan, o actuando presuntuosamente, encontrará que las consecuencias de una caída pueden ser duras y de larga duración. Todos quieren ver a Dios haciendo algo espectacular, y a menudo lo hace. Los hechos de Dios son impresionantes, poderosos y traen salvación. El Espíritu Santo todavía hace milagros hoy. Pero son los caminos de Dios, revelados en su palabra por el Espíritu Santo, los que nos dan vida día a día. Recientemente oí a mi padre (Charles Simpson) decir: Los hechos de Dios nos salvan, pero sus caminos nos preservan.”

Necesitamos permanecer en la palabra y aprender los caminos de Dios, porque el enemigo regresará cuando menos lo esperamos. Sabemos que el diablo volvió a tentar a Jesús porque Lucas 4:13 dice: “Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de Él esperando un tiempo oportuno” (LBLA).

Pero Jesús, lleno del Espíritu Santo, y habiendo sido hallado fiel en el desierto, volvió en el poder y sabiduría de Dios y comenzó a enseñar al pueblo. Estaba listo. Se irguió con poder de la debilidad. La palabra estaba en él, el Espíritu estaba sobre él y su camino estaba abierto.

Conforme a su palabra

Jesús, la Palabra de vida, fue concebido por el Espíritu y confirmado por la Palabra eterna. Cuando en Lucas 1, Gabriel anunció a María que concebiría al Mesías, su respuesta de fe fue: “Hágase conmigo conforme a tu palabra.»

María tenía preguntas, pero no dudas. Ella preguntó: “¿Cómo será esto? Ella sabía que era verdad; lo que no entendía era cómo. Pero creyó la palabra. Sabía que el Señor había hablado y que él haría suceder. Lo que resulta imposible para los hombres es hecho posible por la palabra de Dios.

Dios habló y el universo fue creado. Quien recibe su palabra en su mente y corazón es transformado, sustentado, y cobrará vida en él hacer lo que es imposible para los hombres.

Limpiando el corazón

El Salmo 119 dice que la palabra tiene el poder de limpiar y guardar el corazón puro. Meditar en la palabra de Dios, nos mantendrá enfocados en el blanco y encauzados en la dirección correcta: “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti. ¡Bendito seas tú, oh SEÑOR! Enséñame tus leyes. Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios más que sobre toda riqueza. En tus ordenanzas meditaré; consideraré tus caminos. Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras” (Salmo 119:9-16).

Es importante observar que el salmista no dice que sólo hojeemos de vez en cuando la palabra o la escuchemos 30 minutos los domingos; dice que cobra vida en nosotros cuando “cuidamos nuestros caminos.” Es decir:

  • Meditarla con reverencia en vez de darla por sentado o desatenderla
  • No tratarla con ligereza o con poco seriedad
  • Prestándole atención cuidadosa
  • Amándola y deleitándose en ella
  • Disposición de hacer lo que dice; la obediencia es una de las maneras de decir a Dios que lo amamos

El Salmo 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” ¡Preste atención a lo que sigue! Este versículo implica movimiento a alguna parte con Dios; estamos caminando en su dirección, gracia y poder. En el versículo 10 el salmista dice que ha buscado a Dios “con todo su corazón.” Esta es la calve para recibir la palabra de Dios. No podemos acercarnos a su palabra a medias y esperar recibir la plenitud de su provisión.

Habrá personas que den una ojeada a esta carta u oigan mi voz leyendo la escritura cuando predico. Pero sólo quienes verdaderamente aman al Señor y tienen hambre de su Palabra, de su presencia, recibirán su revelación. Hay personas que oyen el sonido de la voz del Señor y pensarán que truena. Pero quienes tienen un corazón que perseverantemente sigue al Señor, que tienen sed de su Espíritu, conocerán su voz, la escucharán, la entenderán y responderán.

El deseo de apartarse del pecado no es solo un plan para convertirse en un brillante modelo religioso, es relacional; es poder caminar en comunión perfecta con Dios y no separarse; caminar por la senda que lleva a la vida y no a la muerte. La palabra no solo da dirección, da fe y poder. La fe viene oyendo la palabra.

La palabra de Dios es más que su ley. Es su ley, los profetas y la gracia de Dios en Cristo quien cumple la ley y los profetas. Jesús es la Palabra hecha carne.

La palabra de Cristo

Cuidado con cualquier predicador o experto que busca poner el Antiguo y el Nuevo Testamento uno contra otro. Cuidado con cualquiera que busca denigrar o restarle importancia a la Biblia como un fundamento esencial de nuestra fe. Cuidado con cualquiera que busca divorciar la palabra de Dios que “para siempre… permanece… en los cielos” (Salmo 119-89) de la actividad del Espíritu Santo. Cuidado con cualquiera que busca divorciar las enseñanzas de Pablo de las enseñanzas de Jesús.

Jesús no vino para abolir el Antiguo Pacto sino para cumplirlo (ver Juan 5:17-19) y nos ofrece su gracia y poder en el Espíritu Santo para caminar en el plan perfecto de Dios para nuestra vida. Jesús a menudo citó el Antiguo Testamento y sus seguidores también. Jesús y sus seguidores entienden que él es tanto el cumplimiento como la Palabra de Dios hecha carne (Juan 1:14). Si usted quiere saber lo que piensa el Padre, escuche lo que dice Jesús y observe lo que hace el Espíritu Santo.

Proverbios 4:23 da este oportuno recordatorio: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida.” ¿Tiene usted un corazón sano? ¿Tiene usted un corazón para la Palabra? Pídale hoy que llene su corazón y lo guarde.

Gracias por orar por Charles Simpson Ministries mientras continuamos publicando, viajando y sirviendo al pueblo de Dios en todo el mundo. ¿Consideraría en oración una donación especial para apoyar la labor de este ministerio? También le pedimos que nos levante en oración a medida que avanzamos en nuestra misión. ¡Dios bendiga a usted y a los suyos este mes y siempre!

En Jesús,

Stephen Simpson

Presidente

Referencias bíblicas: Lucas 4: 1-13; Deuteronomio 6:13; Lucas 1; Salmo 119; Proverbios 4:23

A menos que se indique de otra manera, las citas bíblicas son de la Biblia Reina Valera Actualizada 2015

STEPHEN SIMPSON es el Editor de One-to-One Magazine y el Director de CSM Publishing. Además del ministerio de publicaciones, Stephen ha servido al liderazgo de iglesias y ministerios en Costa Rica, Florida, Mississippi, Texas y Michigan, además de haber sido pastor principal de Covenant Church de Mobile, Alabama (2004-2013). Stephen continúa ministrando en América del Norte y otras naciones.

Tomado con permiso de Pastoral Letter, marzo del 2019